𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗟𝗔𝗬𝗘𝗗 ─── CHAPTER VIII

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Nancy estaba manejando rumbo al hospital, la mayoría estaba en silencio, de vez en cuando uno que otro arrojaba una frase al aire pero el silencio de Siete era tortuoso; Seven conocía a Tom y a su esposa, los había visto en su visión recientemente y también sabía que, posiblemente, ya no estuvieran en ese mundo. Eso carcomía su consciencia ¿Y si hubiera dicho algo sobre lo que vio? Tal vez nada de eso hubiera sucedido, pero no podía saberlo a ciencia cierta.

—Mei es un lindo nombre. — Soltó Once.

Todos giraron su cabeza hacia ella, incluso Diez.

—Tal vez mejor que Seven ¿No crees?  — Sonrió.

—No. —

Y Siete volvió a mirar por la ventana. Le gustaba que la llamaran de esa forma, pero no podía decir que aquel nombre era mejor que su original, si bien era cierto que sólo escuchaba su número cuando la regañaban, también había personas que la trataban bien y que la llamaban con cariño; como Yulia... O Alexei.
Alexei, Yulia ¿Estarán bien? Quería creer que si.

—Llegamos. —

Nancy estacionó el auto y todos bajaron en fila, la mayor de los Wheeler caminaba a paso rápido mientras que todos, como si fueran patos detrás de su madre, la seguían.

—Solo síganme la corriente. — Susurró una vez dentro.

"Mei" odiaba el color blanco, los pasillos blancos para ser exactos, aquello le recordaba al encierro en Rusia. Sus manos temblaban, lo cierto es que nunca supo mentir porque si lo hacía, acabaría castigada pero, en ese momento sintió cálida su mano, bajó un momento la mirada y notó que la mano de Will estaba sobre la suya.

—No te preocupes. —

Seven se preguntaba si solo daba palabras de aliento, no sabía la respuesta pero era reconfortante escucharlo.
Nancy pasó frente a la repecionista del hospital, todos la copiaron pero cuando la señora de piel morena llamó su atención todos frenaron.

—Hola, soy yo nuevamente... — Sonrió amablemente. —Vengo a visitar a mi abuela, otra vez. — La señora miró a todo el pelotón detrás de ella, esperando una respuesta coherente. —Ellos son mi familia... —

—¡Extendida! — Agregó Lucas.

—No me importa quiénes sean, ya saben las reglas: Dos personas. — Y sin más, volvió a tomar el teléfono para seguir en llamada.

Nancy y Jonathan fueron hacia el ascensor mientras que Max, Once, Lucas, Mike, Will y Seven fueron a la sala de espera; Max y El fueron a tomar unas revistas,  Mike y Lucas estaban frente a una máquina expendedora, Will se quedó sentado y Seven contempló la máquina de bebidas.

—¿Ca... Fé frío? —

Hasta donde sabía, esa bebida se tomaba caliente. Quiso sacar una lata de refresco, pero lo cierto era que no sabía cómo funcionaba, tampoco podía ni quería descomponerla. Tocó los botones y nada. Golpeó un poco la máquina y tampoco hubo cambios.

—Necesitas esto. — Will le mostró una moneda, la insertó y la miró. —¿Cuál quieres? —

Seven señaló una lata verde que decía "Sprite", Will apretó dos botones y la bebida cayó.

—Ten. — El muchacho sacó la lata y se la dió.

—Gracias. —

Seven la abrió y le dio un sorbo; su garganta burbujeó por el nuevo sabor, el azúcar y ese suave gusto a lima hizo que Seven adorase esa bebida. Will rió por su cara de asombro.

—¿Es la primera vez que bebes eso? — Preguntó a lo que Seven asintió varias veces. —¿Alguna vez probaste el helado de Vainilla?  — Ella negó. —¡Son deliciosos! Tenemos un amigo que trabaja en una heladería, Scoops Ahoy.—

𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡,- 𝗐𝗂𝗅𝗅 𝖻𝗒𝖾𝗋𝗌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora