Capítulo 3. Ciudad de Wolfics

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Pasaron pocos minutos y ya estábamos acabados, cansados y con la ropa toda resquebrajada, quedábamos nosotros tres de pie y una docena de ellos, Roko se quiso hacer el chistoso y dijo:
-Tal vez los números no ganen guerras, pero, uff... como ayudan.-
Reí por la ironía.
Luego volvimos a atacar, esta vez sin detenernos. Acabando la pelea el hombre de la cicatriz se sentó sobre los piratas para recuperar el aliento, le pregunté quién era, el me volteó a ver y me dijo:
-¿Qué haces en un lugar como este? Se ve que sabes lo que haces, ¿porque no estas con el ejército? Yo soy Kaizo Nana, soy parte de 'los rebeldes', una organización reciente quienes quieren derrocar a los piratas, pero en este momento, mi grupo se encuentra en tiempo libre, entonces...-
-vengo a cumplir mi misión la cual es acabar con los piratas y el 'Cardenal'...- Le dije.
En ese momento, todo el pueblo me volteó a ver, asustados, Kaizo me dijo:
-Que valiente eres, ¿Por qué querrías terminar tu vida tan pronto? ¿Qué dice tu novia acerca de tu 'misión'?-
Me reí unos momentos, después le respondí:
-¿'morir', dices? Jajá, no me hagas reír, escucha, me gusta como peleas, ¿Qué tal si tú y tu grupo se unen a mí? De todos modos, ambos tenemos un objetivo en común.-
Él se quedó pensando unos momentos y me dijo:
-De todos modos, ¿Cuántos años tienes, siquiera? Estoy seguro que no pasas de los veinte, ¿Qué crees que pueda hacer un adolecente contra 'El' señor de la oscuridad? Bueno, hagamos un trato, me uno a ti si agregas a ese bombón de allá.-
Él señaló a Ria, lo tome del cuello y lo levante, y con fuego en los ojos, literal, le dije:
-¡Ni se te ocurra meterla en esto!-
-Vale, vale, era un chiste, tranquilo, ya me puedes bajar...- dijo intentando calmarme.
Se arregló la camisa y prosiguió:
-Bueno, éste es el trato, yo te ayudo, pero a cambio necesito que hagas algo por mí.-
Le pregunté qué era lo que quería, él sonrió malévolamente y dijo:
-Bueno, como vi lo sorprendido que quedaste al ver un restaurante asumo que no tienes dinero...-
-Sí, y ¿Qué?- le dije muy disgustado.
Se aclaró la garganta y siguió:
-Entonces, supuse que como no tienes dinero, (otra vez lo vi disgustado) tienes que ser bueno robando y haciendo todo ese tipo de cosas, ¿no? Veras... hace un par de semanas uno de los señores feudales de Wolfics se llevó el escudo de los rebeldes, y este es un recordatorio de que somos libre y, pues, la verdad es que los rebeldes ya no quieren pelear contra los piratas, les tienen miedo, entonces, yo pensé que si recuperásemos este escudo, los rebeldes estarían dispuestos a, pues, a hacer su trabajo. El punto es que necesito que me traigas ese escudo, ¿crees poder hacerlo?-
Me quedé pensando unos momentos, pero finalmente acepté, el juntó las manos y dijo:
-¡Perfecto! Ahora, para agradecerte lo que vas a hacer por nosotros, te daré asilo esta noche.-
En ese momento llegó Ria y se paró junto a mí, le pregunté que si había estado buena la comida, ella asintió con una sonrisa en la cara, después le dije:
-Ves a este anciano aquí, (me volteó a ver disgustado) bueno, se ha ofrecido a darnos asilo el día de hoy, entonces no vamos a tener que buscar donde quedarnos esta noche.-
Ella lo volteó a ver y le dio las gracias. Él se acercó a Ria y le dijo:
-Todo esto es gracias a tu novio, quien ha ofrecido ayudarme a recuperar algo que es muy importante para mí y mis chicos.-
Ella me miró y me tomo del brazo, después me sonrió, le dije que estaba bien, que se lo merecía por haber trabajado tanto, le acaricié la cabeza y noté que tenía arroz en cerca del labio, se lo quité y me lo comí. Roko y Kaizo se me quedaron viendo con cara de pervertidos y les dije:
-¡no es mi novia!... como sea, Kaizo, llévanos a tu casa, ahí seguiremos hablando.-
Cuando llegamos me quedé sorprendido, era enorme el lugar, nunca creí entrar una casa tan grande siendo invitado, era increíble, me le quedé viendo a Kaizo, él me volteó a ver y me preguntó que me sucedía, yo le dije:
-Qué no es obvio, ¿Cómo conseguiste una casa así?-
-es el cuartel general de los rebeldes, me la heredó mi padre, aparentemente él era un magnate en su juventud... síganme, por aquí está su cuarto.- Él me respondió.
Llegamos al centro del pasillo y nos paramos frente a una gran puerta doble de madera, Kaizo la abrió y nos dijo:
-Bienvenidos.- Todos nos quedamos atónitos, el cuarto era enorme.
-Aquí vas a dormir tú con tu novia, pónganse cómodos, la cena es en una hora, después de la cual vamos a ir a los cuarteles para hablar sobre el plan de mañana.- Kaizo agregó.
Después de decir esto se llevó a Roko y cerró la puerta, dejándonos a mí y a Ria solos, Ria entonces se dirigió a la cama, ahí se sentó y luego se tiró sobre ella, le pregunté si estaba cómoda, ella contestó que sí, le dije que ella se podía quedar con la cama, yo me iría al sillón que estaba en frente, ella se levantó de golpe y me preguntó que si no quería yo también estar en la cama, la cual, insistió, estaba cómoda. Le sonreí y me senté junto a ella y le dije que solo si la cama estaba muy cómoda, ella asintió con la cabeza.
-Entonces dormiré en la cama también.- le dije.
Me recosté con los brazos en la cabeza, Ria entonces se recostó encima de mi pecho, la noté un poco preocupada, le pregunté si estaba todo bien, ella dijo que si, que solo sentía que lo que iba a hacer era peligroso, le tomé la cabeza y le dije:
-No te preocupes, para eso estoy aquí, para hacer cosas estúpidas y peligrosas, y para protegerte.-
Ella me sonrió, se acercó un poco a mí y cerró los ojos, yo también me acerqué a ella, poco a poco, en eso, alguien tocó a la puerta:
-Perdón, señorita Ria, su baño está listo, si gusta le enseño donde está.- dijo una de las muchachas de Kaizo.
Los dos nos levantamos y yo me aclaré la garganta y dije:
-Bueno, parece que te llaman, creo que será mejor que te vayas, nos vemos en la cena.-
Ella asintió y se dirigió a la puerta, la abrió y volteó a verme, yo le sonreí un poco disgustado y confundido, ella me hizo una seña de 'adiós', entonces cerró la puerta. En ese momento me tiré a la cama, estaba muy confundido, no sabía que acababa de pasar, cerré los ojos unos segundos y pinté esa imagen de nuevo con mi cabeza:
-¿Qué está pasando, acaso me estoy enamorando de Ria?- pensé.
Me giré hacia mi izquierda y vi mi mano, tratando de comprender que era en realidad un contrato y que tenía que ver con todo lo demás, suspiré lo más fuerte que pude, tenía que relajarme.
Acabando la cena nos dirigimos todos al cuartel, era en realidad una sala con juegos, tenía una mesa en el centro de color verde con un par de palos que tenían figuras extrañas de adorno, y había un triángulo en el centro de la mesa con bolas de distintos colores, unas eran una raya de color y otras eran todas pintadas de color, tenían números del uno al quince. También había en la pared un círculo con dos colores distintos, uno era rojo y el otro negro y tenían distintos números, los números incrementaban conforme llegaban al centro, el juego tenía una clase extraña de dardos, nunca había visto algo así.
Kaizo nos pidió que nos sentáramos entonces, del armario que estaba frente a nosotros saco varias prendas, eran dos sacos y un vestido. Primero me dio a mí el mío, era un saco rayado con una camisa de un rojo oscuro con corbata negra, unos guantes blancos y una máscara, Kaizo me dijo:
-Tú vas a ser mesero.-
Me sentí indignado y muy enojado, como era posible que yo fuera mesero, ni siquiera sabía que era eso, ni por qué me vestiría así. Kaizo no me hizo caso y prosiguió, le pasó otro saco a Roko, éste tenía una camisa blanca con figuritas extrañas y el saco tenía una especie de cola en la parte de atrás, le dijo que él sería banda, Roko sonrió felizmente. Después volteó a ver a Ria, le dije que no la involucraría a ella, fuera lo que fuera que estuviere planeando, no dejaría que Kaizo pusiera en peligro la vida de Ria, pero en eso, Ria tomo mi brazo y me dijo que estaba bien, así ella podría cuidarme la espalda. Kaizo prosiguió:
-Y para la princesa, este hermoso vestido, tú serás, preciosa, mi pareja.-
Tomó su mando y la besó con delicadeza, estuve a punto de romperle la mandíbula, pero me contuve, ya tendré mi oportunidad después. Yo le pregunté para que necesitáramos algo como eso, él, en seguida, no sé de donde, saco un cartel con el plan, la invitación y toda la información de la casa del señor feudal, Kaizo se aclaró la garganta y comenzó:
-Como verán, ya les di sus papeles, ahora, el día de mañana el señor feudal organizará una fiesta a la cual todos, menos tú (me señaló a mí, por supuesto), quien aparentemente es un alma buscada por el ejército, están invitados, entonces, lo que necesito es que todos hagan exactamente lo que les voy a decir, ¿está claro? Bien, ahora...-
El tipo no paró en casi tres horas, no se callaba, yo ya no podía más, me estaba quedando dormido, era demasiado para mí, en eso:
-Ahí es donde entras tú (de nuevo, yo), lo que vas a hacer es: una vez que Roko cumpla con su papel, te dará la señal, en ese momento, tu, 'accidentalmente', tirarás una de las copas de vino en el señor feudal y ofrecerás limpiarlo, por supuesto él no va a aceptar, pero tú lo vas a seguir al baño, ahí es donde actúa Ria, quien va a fingir que se siente mal, atrayendo la atención de los guardias, cuando esto suceda, tú (yo, otra vez) vas a noquera, y entiende que dije noquear, no matar, al señor feudal y vas a ponerlo en uno de los escusados, fingiendo que tomó de más y le vas a quitar la llave de su cuello. Después de esto te irás directo hasta su habitación y harás lo que haces mejor, después, con la llave vas a abrir un cofre que el señor feudal guarda siempre debajo de su cama, recuperas el escudo y sales por donde quieras, debe haber una ventana si gustas, nosotros nos iremos en cuanto tu salgas del baño con la llave, ¿entendido todos?- finalmente terminó de explicar el plan.
Yo no me sentía cómodo con ese plan, pero no podía hacer nada para evitarlo, entonces acepté. Cuando llegamos a la habitación, Ria intentó decirme algo, pero yo la interrumpí con un abrazo y le dije:
-Por favor no quiero perderte, ten mucho cuidado mañana, no soportaría no tenerte a mi lado nunca, por favor.-
Cuando dije el ultimo pedazo de la oración, Ria me abrazó con fuerzas y apretó mi chamarra con las manos, supe que ella se sentía igual, la tomé de los hombros y le iba a decir que la vería mañana en la habitación después de recuperar el escudo, pero ella antes de poder me besó, en ese momento todas mis dudas desaparecieron, me dejé llevar por el beso y la llevé hasta la cama, ahí la recosté lentamente y la seguí besando pero me detuvo, puso su mano sobre mi pecho y cuando la voltee a ver, noté que estaba insegura, con una mano resguardándose, entonces ella dijo, por primera vez no con telequinesis, sino con los labios y con voz quedita y angelical:
-Por favor, regresa a salvo mañana, si lo haces, te prometo que podremos seguir lo que hicimos hoy.-
Al oír esto me quedé callado, no sabía que decir, pero entonces me levanté y le dije tomándola de la mejilla:
-Te prometo estar a tu lado hoy, mañana y siempre, nunca me separaré de ti, prometo volver mañana.-
Le sonreí y levanté el pulgar como lo hubiese hecho hacía años cuando la conocí, entonces ella se echó a llorar y me abrazó con todas sus fuerzas, me di cuenta, entonces, de que ella siempre estuvo preocupada por mí, que intentaba verse fuerte, pero en realidad temía por mi seguridad todo el tiempo, me alegré, porque por primera vez en mi vida vi que alguien se preocupaba por mí, sentí que debía hacer algo por ella, entonces me prometí a mí mismo regresar. Nos quedamos así un rato hasta que ella se quedó dormida, entonces la acosté dentro de las sabanas y me dirigí a la puerta, la voltee a ver y le dije en voz baja:
-Buenas noches, princesa.-
Ya era pasada de la media noche, yo me encontraba sentado en la barda, afuera de mi cuarto, estaba viendo las estrellas, otra vez se veían increíbles, me puse a chiflar una canción, en eso salió Kaizo de su habitación, también se puso a ver las estrellas, inspiró profundamente y me dijo:
-Se ve cuanto la quieres, es una buena chica, yo también, alguna vez tuve algo así...-
Hubo un silencio incomodo, se podía escuchar al viento soplando, entonces siguió:
-Era una mujer increíble, su nombre era Auria, lo tenía todo, era hermosa, tenía la risa de un ángel y una sonrisa que te privaba de todos tus problemas, simplemente increíble. Un día la llevé de picnic afuera de la cuidad, era un día soleado y hermoso, nos la pasamos perfecto, platicamos, nos reímos, y al final del día lo hice, saqué de mi bolsillo el anillo, aún recuerdo su cara cuando lo vio, fue el día más feliz de mi vida cuando dijo que sí. Ya estamos listos para irnos cuando de pronto salieron un par de piratas de los árboles, me asusté, la agarré de la mano y nos fuimos corriendo hacia la ciudad, pero nos emboscaron por delante, les dije que no quería problemas, ellos se rieron, hice lo que cualquier ingenuo en esa situación, tomé su mano y corrí hacia ellos, los empujé para hacer espacio y poder escapar. En eso oí un mosquete dispararse, me asuste y me paré para ver si me habían disparado a mí, en eso Auria cayó en mis brazos, me tiré al suelo y grité lo más fuerte que pude, ellos me rodearon, supe que era mi final, en eso llegaron los soldados y los piratas se escaparon. Mientras tenía a Auria entre mis brazos no pude evitar más que llorar, ella abrió los ojos y me limpió las lágrimas y dijo: 'no llores, este fue un buen día, gracias.' Dicho esto cerró los ojos y se fue. En el día del funeral nos dijeron que Godi Daro había tomado el poder, también me enteré que él era el general de los piratas, mientras bajaban la tumba de mi amada juré venganza, así es como cree a los rebeldes... bueno, el punto de esta historia es que no pierdas el tiempo, si la amas demuéstraselo y no la dejes ir nunca. Tienes que ser fuerte para poder protegerla, si lo eres, demuéstralo, ahora vete a dormir, mañana va a ser un día muy largo.-
Le sonreí con un pésame en la cara y me metí al cuarto. Me dirigí hacia le cama y me senté junto a Ria, le acomodé el pelo detrás de la oreja, ella se movió como si la hubiera despertado, aunque no lo hice, y le sonreí, le dije en quedito que la protegería de todo, que no dejaría que lo mismo que le pasó a Kaizo me pasare a mí. Me acerqué y le besé la frente, después me dirigí a la cama.
En la mesa a la hora del desayuno éramos solo yo y Ria, acabando de desayunar me encontré a Kaizo afuera en el jardín admirando el paisaje, lo tome del hombro y me paré junto a él, le pregunté que si no tenía hambre, me respondió que ya había desayunado, le pregunté por Roko, me dijo que probablemente estaba dormido todavía, me reí y me dirigí hacia su habitación.
Cuando entré noté la vergonzosa figura que poseía Roko al dormir, tenía los dos brazos levantados, las piernas estaban afuera de las sabanas y estaba babeando, lo empujé de la cama y cayó de cabeza, le dije que se apurara o ya no habría desayuno y me fui. Me encontré a Ria en el jardín leyendo, me dirigí a ella y le pregunté que estaba leyendo, me dijo que una historia de un romance entre una niña y un niño, le pregunté si le gustaban esa clase de historias, ella me contestó que sí, entonces me senté junto a ella y le dije si volvíamos los dos de esta misión, le prometería una historia de romance, ella se sonrojó y asintió.
Kaizo me llamó desde la casa, le dije que ahí iba, voltee a ver a Ria y me dijo que fuera. Cuando llegue con Kaizo me dijo que el señor feudal había retrasado la fiesta, dijo que aparentemente había un ataque pirata del otro lado del pueblo, le dije que debíamos ir a checar, él me dijo que sí, le dije que yo iría por Ria y él fue por Roko.
Llegué corriendo con Ria y le conté todo lo que estaba pasando, ella dijo que me ayudaría, le dije que necesitaría de la espada, ella aceptó. Kaizo llamó al encargado de los caballos y le pidió tres caballos, una vez que los trajeron me subí y subí a Ria frente a mí y nos dirigimos hacia la salida, y nos fuimos rápidamente hacia donde estaban los piratas.
Cuando llegamos vimos que estaban quemando la ciudad, uno de ellos gritó que estaba buscando al que había matado a todos sus compañeros el día anterior, le dije a Ria que se quedara en el caballo y le dije a Roko que la cuidara, después me dirigí hacia el pirata que me estaba buscando, apareció a espada de mi mano, le dije que aquí estaba, él volteó, sonrió y me dijo que iba a sufrir, le dije que dejara en paz al pueblo, él se rio y me dijo que yo no estaba en posición de decir nada, en eso le apunté con la espada y le volví a decir que dejara en paz a la gente, que a quien buscaba era a mí, los piratas me rodearon, yo agaché la cabeza y me reí, noté que uno de los piratas que estaba en el techo me apuntó con un mosquete, lo vi de tal manera que el sujeto dejó de apuntarme.
Algunos piratas vieron esto y se asustaron, bajé la mirada al pirata que me buscaba y le pregunté si todavía quería pelear, él se rio, se hizo para atrás y sacó su espada y la blandeó hacia mí, yo detuve el ataque y salió volando su espada, le gritó a los demás que me atacaran y así comenzó la pelea.
Después de unos quince minutos quedaba yo, ya cansado, y varias decenas de piratas, en eso uno de ellos por la espalda disparó una flecha, la cual detuvo Kaizo con sus espadas, se puso en mi espalda, me dijo que yo cuidaba su espalda, le pregunté si el la mía, entonces seguimos atacando.
Cuando terminamos estábamos los dos cansados, la ciudad era un desastre y todos los piratas estaban en el suelo, toda la gente del pueblo se quedó viendo sorprendidos, y después de una pausa nos aplaudieron. Me sentí querido y sonreí, después me fui al caballo, Ria seguía inconsciente, Kaizo nos dijo que nos fuéramos, pero un señor nos dijo que nos quedáramos, que él nos invitaba la comida en su restaurante, Kaizo se quedó pensando y dijo:
-¿Porque no?-
El hombre nos dirigió por toda la ciudad hasta que llegamos a nuestro destino, ahí le pasé Ria a Roko, porque seguía dormida, después me la dio y la cargué entre mis brazos. El lugar se veía que era bueno, el hombre nos dijo que éramos sus invitados de honor y nos llevó al piso de arriba, se veía como una zona para gente importante ya que así me sentí. Voltee a ver y vi un sillón, les dije que yo me quedaría ahí hasta que Ria despertase, entonces me dirigí ahí y nos sentamos y la coloqué sobre mi hombro, así nos quedamos unos momentos, después despertó y me volteó a ver, notó una cortada en mi cachete y limpió la sangre son sus dedos, le dije que no era nada, ella entonces me abrazó y me dijo que estaba muy preocupada de que algo me hubiera pasado, le dije que gracias a nuestro contrato y a lo fuerte que era su confianza en mí, nunca me iba a pasar nada.
Después la tomé de los hombros y le dije que nos habían invitado a comer en ese lugar, ella se notó alegre, entonces la ayudé a levantarse y la llevé a la mesa en donde estaban todos. Desde donde nos encontrábamos se podían ver las mesas de abajo, mientras estábamos comiendo, una de las meseras llamó mi atención, ella estaba atendiendo a una pareja cuando una de sus compañeras se tropezó y la charola salió volando, está la detuvo sin voltear y cachó todo lo que había salido volando, esa destreza y reflejos no te lo dejaba el ser mesera.
En ese momento me dirigí hacia abajo y me senté en una mesa aparte en la zona de abajo, le pedí a una de las meseras que la llamase, cuando esta llegó tiré uno de los vasos de la mesa sin querer y esta lo detuvo con su pie. Le sonreí y le pedí que se sentara junto a mí, ella me dijo que no podía ya que estaba trabajando, le dije que no se preocupara que yo conocía al dueño, le insistí y ella se sentó, lo primero que le pregunté fue su nombre, ella dijo:
-Me llamo Jun Mai.-
-señorita Jun Mai, esos reflejos que usted posee no son comunes por estas zonas, ¿usted no es de por aquí o sí?- Le dije.
-No, yo soy... era de un pequeño pueblo a las afueras de Wolfics, pero cuando era pequeña un grupo de delincuentes, de los cuales supe un tiempo después que se hacían llamar 'los piratas', destruyeron mi pueblo y tuve que adaptarme al bosque, un día llego un hombre a ofrecerme ayuda para vengarme, me dijo que lo siguiera y me enseñaría como defenderme y como pelear (estuve seguro que hablaba de Taisho), y yo acepté, después llegue a esta ciudad, pero como no tenía nada de dinero y me daba miedo la gente no pude avanzar, entonces me quedé aquí.- ella me contestó.
Me pareció interesante su historia y supe que ya tenía mi excusa para meterla al grupo, le dije:
-¿Qué tal te parecería lograr tu venganza? Lo único que tienes que hacer es trabajar para mí, a mi grupo le vendría bien unos reflejos como los tuyos, lo único que necesitas es aceptar.-
Ella se quedó pensando unos segundos y luego dijo:
-Y si acepto, ¿Qué es lo que tendría que hacer?-
-lo único que tienes que hacer es demostrarme que sabes defenderte y que sabes lo que haces, ¿Qué dices? Entras o no, estrecha mi mano si aceptas...- yo le contesté.
Ella lo hizo y dije:
-Perfecto, en este instante acabas de renunciar a tu empleo y te acabas de unir a mi grupo, por aquí.-
Ella se me quedó viendo asustada, no comprendía que era los que estaba pasando, la tome del brazo y me la llevé al piso de arriba a presentarla, cuando llegamos todos pararon lo que estaban haciendo y se quedaron viendo, yo me paré en frente de la mesa, aun agarrándole el brazo, sonreí y proseguí a decir:
-Les presento a la nueva adquisición del grupo, esta es la señorita Jun Mai.-
Ella se sonrojó, no sabía que hacer o que estaba pasando, Roko, muy confiado, se paró y pasó a presentarse. Con una reverencia le tomó la mano y la besó, diciendo:
-Mucho gusto señorita Jun Mai, mi nombre es Roko Jon, soy el líder del grupo y yo...-
Al decir esto lo golpee en la cabeza, haciendo que este cayera al piso, y le dije entre dientes:
-Idiota... como sea, Jun, ¿Te puedo decir Jun? Ésta hermosa princesa de aquí es Ria, el anciano de allá (me volvió a ver enojado) es Kaizo Nana, el jefe de los rebeldes, no sé si los conozcas, y el idiota del piso es Roko Jon, mi subordinado, mi nombre es Togi Kouri, soy el líder de este grupo y mi misión es acabar con el señor de los piratas, el Cardenal.-
Ella se veía sorprendida, no dijo nada, le dije que se sentara en el lugar de Roko, que él no importaba, se iba a sentar en otro lado, en ese momento, Roko se levantó llorando y se dirigió a la mesa de al lado. No mucho después llegó el gerente y le preguntó a Jun que hacía sentada en la mesa con nosotros, yo me levanté y le dije que ella había renunciado, él se quedó con cara de indignado y le pedí un vaso de agua, el hombre se fue enojado por el vaso de agua, voltee a ver a Jun y le pregunté:
-¿Qué opinas?-
Ella se quedó callada un momento y dijo:
-Creo que me va a gustar estar en su grupo.-
Cuando salimos del restaurante tuvimos que esperar a que Jun terminara de cambiarse, no tardó mucho, para cuando salió estábamos ya todos en los caballos. Roko le ofreció subirse con él para que no tuviera que irse caminando, ella se le quedó viendo por un momento, pero al final suspiró fuertemente y aceptó, Roko hizo una seña de que venció, Jun se burló de él y se subió al caballo, de ahí nos dirigimos todos al cuartel general.
Cuando llegamos le pregunté si había un lugar en donde pudiéramos practicar, él dijo que en la parte de atrás del cuartel, voltee a ver a Jun y le dije:
-Tú vienes conmigo, tengo que ver que tan buena eres.-
Ella no entendió de que hablaba pero no tuvo de otra más que aceptar, luego llegamos a una zona que era una planicie enorme, me dije a mi mismo 'esto es perfecto', después le pregunté a Jun:
-¿Cuál es tu arma de elección en cuanto a peleas?-
Ella se puso a pensar, intrigada:
-Tendría que decir que el Tessen es mi arma favorita.-
Kaizo, quien era bien conocedor de las armas de Wolfics le aventó un abanico con cuchillas en las puntas, ella le dio las gracias y prosiguió:
-También me gustan los Kunais.-
Dicho esto sacó un par de su chamarra y me los arrojó, yo logré interceptar el primero pero el segundo llegó a cortarme el hombro. Me reí y le dije que la había aplicado brillantemente, ella sonrió y se dirigió a atacarme, le dije que para esa pelea utilizaría su Kunai, ella aceptó.
En ese instante empezó la pelea, me atacó directo a la cara por la derecha, lo esquivé y ataqué al pecho con el Kunai, ella lo detuvo con otro Kunai, seguimos peleando así con unos cuantos minutos, después Kaizo le aventó un ninja-to, en ese momento le avente el Kunai y seque el cuchillo de mi pie, y seguimos con la pelea, ella era bastante buena con la espada, podía contestar cada uno de mis movimientos, seguimos peleando un rato más, pero al final golpee su ninja-to y este salió volando y Jun cayó al piso, le apunté con el cuchillo y le dije:
-Nada mal, has practicado bastante, ¿no te he lastimado o sí?-
Extendí mi mano para ayudarla a levantarse y ella se rio y dijo:
-Por favor, que me vas a estar lastimando, ve, si tú eres el que terminó lastimado.-
Me disgusté un poco y le dije:
-Bueno, como sea, el punto es que eres buena, bienvenida al equipo.-
En ese momento llegaron todos a felicitarla, hasta Ria, le dio la mano y le dijo:
-Bienvenida al equipo Jun.-
Ella le sonrió y me volteó a ver, yo le levanté el pulgar diciéndole que bien hecho, después vino Ria a ver que no me hubiera pasado nada en el brazo, le dije que estaba bien, que me lo merecía por estar distraído y sobreestimarla, ella me tomó la mano y me sonrió preocupada, le puse la mano en la cabeza y le sonreí, Roko seguía felicitando a Jun, tomé el Kunai y con el mango le peque en la cabeza y dije:
-Ya déjala en paz, debe estar cansada, fue una pelea larga.-
Le devolví su Kunai y le pregunté que le parecía el lugar, me dijo que era enorme y que siempre había querido entrar a un lugar así de grande, me reí y le dije que era exactamente lo que yo pensé la primera vez que entre, ella también se rio.
Acabando de cenar nos dirigimos cada quien a su cuarto, estaba yo recostado en la cama cuando entró Ria a la habitación y me dijo que estaba muy cansada y que necesitaba tomar un baño, le dije que lo hiciera, ella me dijo que en un rato, se dirigió a donde yo estaba y se recostó junto a mí, yo la abracé, de pronto alguien toco la puerta y la voz de una mujer que decía:
-Soy Jun, mmm, perdón, Ria, quería saber si quisieras acompañarme a tomar un baño, es que me da un poco de pena ir sola.-
Yo voltee a ver a Ria y le dije que fuera, ella se rio y se fue hacia la puerta. Le dije:
-Pórtate bien, es nuestra invitada de honor.-
Ella me volteó a ver y me sacó la lengua, me volví a recostar en la cama y me quedé viendo el techo hasta que me quedé dormido.
Cuando desperté ya estaban las luces apagadas y estaban Ria y Jun acostadas juntas, se habían quedado dormidas, les sonreí y me dije a mi mismo:
-Ya son buenas amigas, esto es bueno.-
Me levanté sin hacer ruido y me dirigí hacia la puerta, ya en el pasillo noté que había una luz prendida y me dirigí hacia ahí, en ese lugar estaba Roko, llevaba una botella en la mano, me reí y me senté junto a él y le pregunté si le gustaba Jun, él se sonrojó y me preguntó si yo estaba loco, le dije que era demasiado obvio, pero él me volvió a decir loco, hice caso omiso y le quité la botella de la mano y me puse a beber con él.
Nos quedamos platicando toda la noche, estábamos a punto de irnos a dormir cuando a Roko se le ocurrió ir a la torre del vigía solo por hacerse el chistoso.
Cuando llegamos ahí notamos unas luces a lo lejos, no se alcanzaba a ver mucho, pero se estaban acercando, pensamos que tal vez era la guardia patrullando las calles, en eso, una flecha pasó entre Roko y yo, nos quedamos viendo mutuamente y nos dimos cuenta de que era un ataque, saqué mi katana y los saltamos por la ventana para saludar a las visitas.
Esperamos a que llegaran, en cuando lo hicieron salió de entre toda la multitud de soldados uno que tenía una cicatriz en forma de 'M' en la cara, él me dijo que venía por mí y por Ria, era parte del ejército, me dijo que si no me entregaba iba a derrumbar la casa y a matar a todos dentro y también me dijo que si me entregaba en ese momento perdonarían a Ria, Roko les dijo que sobre su cadáver, pero lo detuve, guardé mi katana y se la di, le dije que regresara y que les dijera a los demás que yo estaría bien, después me acerqué a los soldados y uno de ellos me golpeó con un mosquete y me llevaron con ellos, voltee a ver a Roko y le dije protegiera a Ria, después le dije que se metiera.
En cuanto abrí los ojos voltee a la pared e hice una marca en la misma, llevaba tres días ahí dentro y nada había pasado, ya mes estaba aburriendo, lo único que hacía en mi cárcel era arrojar el cuchillo que, sorprendente, no me quitaron y estaba seguro que no lo harían nunca, y platicar con otros prisioneros, lo cual era aburrido, ya que sus conversaciones se dividían en dos:
-A mí me metieron porque...- oí a uno de los prisioneros.
-cuando salga de aquí...- decía otro prisionero.
Entonces no hay mucho que hacer, recuerdo que el primer día, cuando me llevaron a mi cubículo tenía un compañero, se veía fuerte, con muchos tatuajes por todo el cuerpo, y aretes, yo estaba frente a la puerta, tranquilo, sin hacer nada y el otro llegó por la espalda y me tomó del hombro, me voltee y muy amablemente le dije que no me tocara con sus manos sucias, no sé porque el sujeto lo tomó a mal y me intentó de meter un gancho, yo, sin ser estúpido, esquive el golpe y le metí dos ganchos y un recto, simplemente para que se alejara, pero en el último creo que me pasé y el sujeto se estrelló con la cama, se levantó de golpe e intentó meterme otro golpe, yo lo esquivé y le metí el pie y él se golpeó contra la celda y calló al piso, me le acerqué y le pedí perdón, pero que yo había creído que la gente de la cárcel era buena peleando, esa fue la última vez que lo vi y desde ese día viví aburrido. Una vez que acabé de hacer la marca en la pared dije:
-Ya, hasta aquí, ya me harté, me voy a ir...-
En ese momento se abrió la celda y seguí:
-Pero primero, a comer.-
Me dirigí al comedor y como siempre, no sé porque, todos se abrían y me dejan pasar primero, yo siempre se los agradecía con una sonrisa, ese día había arroz y una cosa que supuestamente eran albóndigas.
Cuando me dieron mi plato me dirigí a mi mesa, estaba alejada de los demás, siempre comía solo, pero ese día fue distinto a cualquier otro, por primera vez alguien se me acercó y se ofreció sentarse conmigo, me pareció agradable y le pregunté su nombre, me dijo:
-Me llamo Bob, oye, ¿no estás muy pequeño para estar aquí metido? ¿Qué hiciste para que te metieran?-
-Bob, huh, es complicado, el ejército lleva casi una semana buscándome porqué tengo entendido que el ejército y los piratas están afiliados, entonces como yo, aparentemente he acabado con no sé cuantos cientos de piratas, ahora soy un hombre buscado, pero ya me harté de estar aquí encerrado, entonces, pues tengo planeado irme.- yo le contesté.
Él se rio fuertemente, yo no entendí el chiste pero no le di importancia, entonces él me dijo:
-¿'irte', dices? Lo haces sonar fácil, jajá, no me hagas reír, llevo años aquí y nunca he oído de alguien que simplemente se 'vaya', ¿Cómo pretendes hacerlo?-
Me puse a pensar unos segundos y le dije:
-No tengo idea, solo sé que estos idiotas no me quitaron mi cuchillo, podría amenazar a uno de ellos y hace que me dé su llave e irme.-
Bob estrelló su frente contra la mesa, después me volteó a ver, tenía un poco de sangre en la frente, y me pregunto si lo decía en serio, le sonreí y le dije que no, pero que no le diría mi plan, él me preguntó porque no, le dije que para decirle tendría que encontrarlo valioso, él me preguntó a que me refería con 'valioso', y le dije:
-Lo que sucede es que estoy juntando un grupo con gente sobresaliente en algún ámbito de pelea para unirse a mí y mi misión...-
Él me preguntó cuál era mi misión, le dije casi pegado a su oído que era destronar al Cardenal, en ese momento todos se callaron y me voltearon a ver, Bob me puso cara de impresionado, de pronto llegó otro encarcelado y me tomó del hombro y me preguntó:
-¿Qué del cardenal?-
Voltee a ver a Bob y le pregunté:
-¿Quieres saber de mi plan? Esta es tu oportunidad.-
Bob se paró de la mesa y le tomó de la muñeca al sujeto que me agarró del brazo y se la rompió, yo me voltee para ver la pelea, un grupo de encarcelados nos rodeó y otros se metieron a pelear también, él les empezó a romper todo, de pronto llegaron unos cuantos con cuchillos, le chiflé a Bob para que volteara y le aventé mi cuchillo, tenía buen movimiento de muñeca y sabía cómo mover el cuchillo, me pareció decente su destreza.
Cuando acabó la pelea le dije que lo vería en el confinamiento, le pedí de regreso mi cuchillo, una vez que me lo dio llegaron los guardias y se lo llevaron a la zona de confinamiento, me voltee de nuevo y me seguí comiendo, ya estaba fría, me enojé.
Abrí los ojos, estaba en mi cama dentro de mi celda, todavía era de noche, me levanté y tomé el cuchillo, lo aventé al techo y lo caché con el dedo índice, después me dirigí hacia la puerta de la celda, inserté el cuchillo de tal manera que al darle un pequeño golpe al mango la puerta se abrió, después me salté el barandal del tercer piso, tenía que llegar al piso más bajo, estaba oscuro, caminé con cuidado y pegado a la pared, llegué a unas escaleras, las bajé rápida y silenciosamente hasta llegar al último piso.
Llegando al último nivel puse mis manos en las piernas, necesitaba recobrar el aliento, inspiré fuertemente y seguí, me paré frente a una puerta completamente de metal, tenía un pequeño espacio que servía para ver al prisionero, inserté nuevamente el cuchillo en la cerradura, pero antes de poder abrir la puerta oí los pasos de uno de los guardias, salté hacia el techo y ahí me quedé hasta que estuviera debajo de mí, entonces le caí encima, le quité les llaves y la lámpara, abrí la puerta de Bob y le dije que se cambiara a lo que llevaba puesto el guardia.
Cuando acabó le dije que le pusiera su ropa, después nos dirigimos hacia el piso de arriba, Bob quiso que le explicara pero le dije que ahí no podía, que lo dejara para después. Nos dirigimos hacia la salida, pero en eso nos interceptaron un par de guardias, preguntaron que estaba sucediendo, yo junté mis manos como si estuviera esposado, Bob me agarró de la espalda y se aclaró la garganta, luego prosiguió diciendo:
-Lo que sucede es que lo acompañé al baño...-
Yo agaché la cabeza, estuve a punto de patearlo, los guardias dijeron:
-¿Pero cómo? Los prisioneros tienen baño en su celda.-
-No, yo no, hubo un pequeño incidente cuando llegué, mi compañero colapsó y lo rompió, y desde entonces no tengo baño.- les contesté.
Los guardias me vieron con sospecha, entonces Bob se volvió a aclarar la garganta, los guardas se voltearon y uno dijo:
-Bueno, prosigan.-
Bob se despidió y nos seguimos, en cuanto perdimos a los guardias le pisé el pie y le dije que no volviera a decir algo así, luego le dije que no apresuráramos. Logramos llegar a la salida después de cruzarnos con cinco parejas de guardias, me sorprendió que todos nos creyeran, proseguimos a la puerta principal y cuando llegamos saqué las llaves de mi bolsillo y logramos escapar. Una vez afuera voltee a todos lados, solo una pregunta se formuló en mi cabeza:
-¡¿en dónde estamos?!-

En un Solo Segundo por Santiago BravoWhere stories live. Discover now