Capitulo 24: Teniente y la Superación

59 4 0
                                    


"El general la está esperando en la sala de estar."

Dio un salto al escuchar aquel nombre. ¿Ahí? ¿Ahora?

Cuando volteó a ver a Weiss, está ya estaba despierta del todo, pero no parecía impresionada con la visita en lo absoluto. Su rostro se veía serio, meditando, pero como si esperase algo así. Ese era su rostro cuando se enfocaba en algo, cuando pensaba en las posibilidades, siempre precavida.

Era un poco gracioso el verla así de seria cuando estaba desnuda, pero no iba a juzgar aquello.

"De acuerdo, Klein, ofrecele una bebida o algo, bajaré en unos minutos."

"Entendido, señorita Schnee."

Y dejó de escuchar sonido alguno. No era tan fácil oír los pasos desde el otro lado de la puerta, y eso era bueno, porque daba a entender que las paredes eran realmente gruesas, por ende, nadie las había escuchado. Menos mal.

Weiss se levantó de la cama y fue hacía su armario. No quería que la dejara, pero vamos, era su trabajo, y amaba cuando la teniente hacía su trabajo. Simplemente hacía cada cosa tan perfecta y meticulosa que daba placer el solo verla. Se abrazó a sus rodillas y la miró fijamente, mientras buscaba algo para ponerse. Y tenía que admitir que ese armario sí que era grande y tenía mucho de donde escoger.

Le vio ponerse una camisa, dejándola dentro de una falda azul que le llevaba hasta las rodillas. Se veía formal, pero casual. Elegante como siempre, señorita Schnee. La vio fruncir el ceño cuando comenzó a arreglar su cabello, cosa que le tomaba más tiempo del que prefería.

Los ojos gélidos se posaron en ella.

"¿Piensas quedarte ahí mirándome como una idiota o te vestirás de una vez?"

Ladeó su rostro en confusión. Sin entender aquellas palabras.

"¿Quieres que vaya contigo?"

Weiss puso sus manos en su cintura, regañándola, sin importarle que dejara de lado la labor en su cabello dejando que este volviese a caer majestuosamente por su cuerpo.

"¡Claro! ¿No se supone que querías hablar con Ironwood? Este es tu momento."

Frunció el ceño.

Si, estaba enojada. Ironwood debió decirle al menos que aún mantenía contacto con la heredera, o sea, mínimo. No tenía que darle un reporte, solo con mencionar que estaba bien era suficiente. Él no quería recibir el odio que le profesaba, pero realmente lo hacía difícil. Intentaba entenderlo, y hacer las paces consigo misma para no tenerle tanto rencor, pero era algo tan simple.

Uhg.

Pero no. No quería enfrentarlo, ni recriminarle. No servía de nada. Las cosas estaban bien, no tenía sentido que siguiera dándole vueltas a cuestiones del pasado, mucho menos ahora que le faltaba tan poco para graduarse. Quizás hablar con él sería bueno, y saber que pasó por su mente, cerrar un ciclo tal vez. No quería generar más caos ahora que estaba tan feliz.

Soltó un largo suspiro y se levantó para recoger su ropa del suelo y se dio cuenta que su camiseta estaba muy arrugada. Soltó otro suspiro y escuchó una leve risa en respuesta, así que volteó a mirar a la mayor.

"Si quieres puedes buscar algo que te quede."

Iba a decirle algo, pero esta comenzó a caminar hasta el espejo, para maquillarse y arreglarse al parecer, así que no pudo y prefirió mirar al armario. Ya quería volver a suspirar.

¿Vestidos? No. Todo parecía tan pulcro. Dios, le daba miedo el solo saber que se pondría esa ropa elegante y blanca y la mancharía con quien sabe qué, si es que no la rompía antes.

Academia Militar de AtlasWhere stories live. Discover now