Capitulo 22: Teniente y la Revelación

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Se quedó de piedra.

Los ojos celestes no la miraban en lo absoluto, en ese momento solo se enfocaban en su hermana y en su cuñada, pero notaba claramente la determinación en su rostro.

Sus manos temblaban.

Sus labios temblaban.

Su cuerpo temblaba.

No esperaba aquello, no lo esperaba en lo absoluto, ni siquiera se lo imaginaba en sus fantasías más lejanas.

¿¡Ni siquiera se acostumbraba a que le dijera novia y quería decirle esposa!?

O sea, acababan de encontrarse luego de dos años. ¡No podía creerlo!

¿Hablaba en serio?

Todo parecía un sueño.

Llevó la mirada donde su hermana, encontrándose con sus ojos violeta que brillaban con asombro y confusión. En ese momento notó como el calor había subido por su rostro.

"Ruby, ¿De qué está hablando?"

Vio reflejado en su rostro el suyo propio. Consternación. Asombro. Confusión. Abrió la boca, pero nada salió. Tampoco sabía que decir, pero sentía que debía decir algo al respecto. La propuesta iba para ella, y su hermana asumía que ella sabía de aquello, pero no era así. Las tomó a las tres por sorpresa.

La mano de Weiss, aun en la suya, se removió hasta entrelazar sus dedos. Llevó sus ojos hacía los azules, mirándole luego de segundos que parecían eternos. El brillo en su mirada hizo que todo su estómago se revolviese en anticipación.

"Siento haberlo mencionado tan abruptamente, quería hacer las cosas bien, pero con el alboroto pensé que era lo mejor el desvelar mis motivos."

Solo asintió. Asintió como una idiota, pero las palabras de Weiss parecían una melodía paradisiaca. Como una nueva forma de hechizarla. No le molestaba en lo absoluto, pero...

¿Weiss realmente quería casarse con ella?

¿Weiss Schnee?

¿En serio?

¿Dónde está la cámara indiscreta?

Yang emitió sonidos similares a palabras, pero nada realmente coherente. Estaba en shock. Si hubiese podido hablar cuando lo intentó, hubiesen salido un vomito de palabras sin sentido entre sí. En eso si parecían hermanas.

Le dio un vistazo a Blake, cuyos ojos estaban agrandados en sorpresa. Sus pupilas parecían pequeños puntos entre el mar amarillo.

¿Alguien siquiera imaginaba que Weiss Schnee le pediría matrimonio a alguien?

Incluso que la casaran por obligación sonaba más realista.

Incluso casarse por conveniencia.

¿Pero que tenía ella para ofrecerle a la heredera de la compañía Schnee?

Nada.

Solo era una mujer que pasaba más tiempo entre el barro y suciedad, con las manos llenas de pólvora, tierra y sangre que siendo miembro honorable de la sociedad. No era nada en comparación a la heredera de una de las empresas mineras más grandes y conocidas del mundo entero. ¿Qué le podía ofrecer una chica que pasaba horas encerrada entre libros comiendo dulces insalubres?

¿Por qué ella?

No lo entendía.

"Realmente has cambiado."

La voz grave de Blake resonó en el silencio que había invadido el restaurante. Volteó para mirarla, topándose con una mueca que no había visto en ella hace mucho, al menos no cuando hablaban precisamente de Weiss.

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