Capitulo 17: Teniente y la Despedida

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"Tengo que volver."

Weiss se sentó en la cama y comenzó a arreglar su cabello, amarrándolo como de costumbre.

Quería mirar esa imagen llena de elegancia todos los días de su vida. Era espectacular.

Ojalá algún día ese sueño se hiciese realidad.

Sus sueños siempre habían sido sobre ser una heroína, sobre seguir los pasos de su madre, pero jamás pensó en algo tan natural como lo que sería de su vida privada. Según ella, hace unos años, se hubiese dicho que su vida eran las armas, que si pudiese se casaría con un rifle o algo así. Ahora, años después, luego de conocer a esa chica, solo quería pasar sus días con ella.

Verla dormir a su lado, ver su rostro pálido, sus pestañas largas, ojos fastidiados al ver como la luz entra por los bordes de la cortina, escuchar sus resoplidos y luego escuchar ese suspiro tan profundo que daba cuando tomaba una taza de café, como si le volviese el alma al cuerpo. Quería verla salir de la ducha, con una toalla en el torso y una en su cabello, verla como se tomaba su tiempo para secar su largo cabello, peinarlo y luego arreglárselo. Ver como se cruzaba de brazos cuando miraba el armario en busca de que se pondría, como se ponía el conjunto perfecto, combinando incluso los zapatos y el maquillaje, sin espacio para la imperfección.

Quería disfrutar de todo eso y mucho más. Aquellas cosas simples que significaban el vivir con alguien.

Quería que su futuro fuese con Weiss Schnee.

Se volteó para verla, sin poder quitarse la sonrisa del rostro. Disfrutando de la belleza de la teniente. De su piel pálida y tersa. De sus curvas bien formadas. De su humanidad llena de elegancia y grandeza. Realmente no creía que existiera una mujer más hermosa en el mundo entero. En realidad, le molestaba que Jacques hubiese contribuido en la creación de una diosa tan perfecta. Quería pensar que los buenos genes eran exclusivos de su madre.

Le gustaría estar ahí con ella, para ayudarla, para apoyarla en todo segundo. Pensar juntas en el plan perfecto. Lograr obtener la ansiada libertad.

Soltó un suspiro.

Fue tan sonoro que Weiss volteó a mirarla.

"¿Qué pasó?"

Con Weiss sus incertidumbres siempre salían a la luz.

"Sé que no puedo ayudarte en mi estado actual. No tengo poder ni influencias. Me gustaría poder estar ahí para armar un contraataque o lo que sea. Lo siento."

La mirada gélida mostraba confusión, luego sus ojos se oscurecieron un poco, pero lograba vislumbrar una pequeña sonrisa en sus labios.

"Me diste un plan la otra vez. Así que he pensado en eso."

La miró con duda, sin entender.

"Seré la reina, Ruby. No huiré esta vez. Tomaré el apellido Schnee."

Su mirada se dirigía hacia la puerta, como si fuese el primer obstáculo para cumplir su cometido. La miró sin poder creer lo que escuchaba. Weiss no se detendría con joder a su padre, o con poder obtener su libertad. Weiss Schnee iba a pelear con todo, para conseguirlo todo.

"¿Recuerdas el libro que estabas leyendo? El que dijiste que era 'tu libro'."

Dio un salto y sonrió ante el recuerdo, para luego pensar en aquel tomo, el cual hablaba de guerras y estrategias. Miró a Weiss fijamente a los ojos. Ambos haciendo contacto. Sabía que estaban pensando lo mismo. Podía recordar un capitulo en particular, y era casi como si ella misma lo hubiese escrito, así de nítido estaba en su cabeza.

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