Capitulo 14: Teniente y la Petición

72 6 0
                                    


Sus amigos le preguntaron de inmediato el porqué de su ausencia. No iba a decir nada al respecto, no quería generar ni empatía ni que sintieran pena por su situación, ni mucho menos involucrar más gente en todo aquel problema sin solución. El mismo jueves en la mañana anunciaron que la teniente dejaría la academia y que la semana siguiente llegaría alguien más que estaría a cargo. No se sabía si sería alguien nuevo o alguien que actualmente trabajaba ahí, pero quien fuese, jamás tomaría el lugar de Weiss.

Si bien algunos sabían que ella prácticamente adoraba a la teniente Schnee, nadie sospechaba que su ausencia por días y la ahora renuncia de Weiss tenía algo de relación. Nadie siquiera imaginaría en algo así.

"Es una lástima, tu parecías idolatrar mucho a la teniente, Ruby."

Dio un salto al escuchar su nombre. No estaba realmente atenta a la conversación en el almuerzo, aunque en su situación no podía estar tan atenta a nada, aunque quisiera. Se sentía aún demasiado despistada y deprimida como para seguir, aunque lograba ocultarlo lo mejor que podía, ya que aún nadie le preguntaba el típico '¿Estas bien?'.

Siguió comiendo con normalidad, como si la pregunta no fuese dirigida a ella, pero finalmente contestó, bajándole el perfil al tema, levantándose de hombros y simulando poco interés en el asunto.

"Si, era realmente genial, aunque fuese estricta y algo aterradora."

Todos en la mesa asintieron ante la descripción.

Su otro amigo matón dejó su mentón en su mano, suspirando pesado.

"Ojalá sea una teniente mujer, aunque dudo que sea tan bonita como la teniente Schnee."

Quiso sonreír ante aquello, y quizás terminó haciéndolo.

Podía darle razón al chico.

No había mujer más hermosa que Weiss. Era imposible encontrar a alguien que pudiese asemejársele. Aunque el puesto no tenía nada que ver con la hermosura, pero era como un dos por uno.

La semana se le hizo difícil, incluso se contuvo de volver a su casa por el fin de semana, prefería estar lo más lejana a la ciudad que pudiese. Se quedó acostada en su cama, mirando el techo, mientras escuchaba voces en la habitación, voces mucho más reducidas de lo normal. Al menos la mitad de las chicas habían vuelto a sus hogares. Su mente necesitaba estar ocupada para no caer nuevamente en todo el dolor e impotencia que le provocaba su situación.

Sintió un peso en la cama y dio un salto.

Sabía que estaba distraída últimamente, pero Lyra era bastante sigilosa.

"¿Extrañas a la teniente?"

La miró de reojo, observando su rostro placido y sus ojos que observaban algún punto de la habitación.

"¿Por qué lo dices?"

Preguntó de vuelta, observando nuevamente el techo, como si fuese lo más interesante en el mundo. Tal vez Lyra la conocía más de lo que imaginaba, ya que nadie más parecía darse cuenta de su pequeño cambio de ánimo.

Lyra se tiró hacia atrás, apoyando su espalda en sus piernas. Frunció los labios ante la cercanía tan repentina. No es que ella fuese la persona que más respeto tuviese por el espacio personal de otros, era cosa de preguntarle a Weiss, pero seguía siendo extraño que otros tomasen esa iniciativa.

"Probablemente nadie lo note, sin embargo, fuiste mi primera amiga aquí, así que estuve siempre al tanto de ti. Y no pude evitar notar lo mucho que intentabas acercarte a la teniente, o cuanto la mirabas. No soy una experta en lo absoluto, pero era obvio que te gustaba."

Academia Militar de AtlasWhere stories live. Discover now