Academia Militar de Atlas

Capitulo 18: Teniente y la Invitación

Empezó a empacar sus cosas en la mochila.

Cada vez que las chicas de la habitación pasaban cerca de ella, le daban un leve golpe en la espalda. Como apoyo. Como agradecimiento. Impresionadas con su acción.

No podía evitar sentirse algo avergonzada.

Llamar la atención nunca había sido su objetivo, y ahora toda la academia sabía de aquel suceso. No era la gran cosa, de todas formas, estaban ahí para proteger a la gente, pero al parecer no había ocurrido un incidente así en la academia y nunca relacionado con una serpiente hundiendo a un recluta. Incluso el pensar en cómo la miraban los cadetes de primer y segundo año lograron hacer que se ruborizara. Estaban haciendo de un simple acto algo venerado y eso la hacía sentir algo incomoda.

Era una chica normal, o eso quería ser, pero no importaba lo que ocurriese, siempre terminaba bajo el foco de la atención. Era algo que realmente odiaba, pero no había nada que pudiese hacer al respecto, solo sonreírles e intentar que los rumores se detuviesen y no se salieran de control.

"Saldrás en tres meses con una condecoración."

Lyra se había dejado caer en su cama. Chloe, la amiga fauno de ambas, también se dejó caer, empujando levemente a la rubia. Su cola delgada y larga se movía de un lado a otro, con ánimo.

"Lyra tiene razón. Será muy útil para tu futuro como militar. No todos se destacan de esa forma en la academia."

Rodó los ojos ante las palabras de sus amigas. Cerró su mochila y se la puso en la espalda. La sentía pesada, pero solo era el cansancio. Si bien sus entrenamientos le exigían mucha resistencia y estaba acostumbrada al dolor de sus músculos y posibles heridas, el nadar de esa forma y en esa situación le dejó todo su cuerpo agarrotado. Fue un acto de pánico puro y adrenalina al límite. Esperaba que pudiese mover su cuerpo por la mañana, porque sentía que no sería capaz en lo absoluto.

Movió su cuello de un lado a otro, acomodando su equipaje.

"Solo hice lo que era correcto."

"Seguimos ordenes, no siempre hacemos lo correcto."

Lyra apoyó su cabeza sobre la espalda de su amiga castaña, y se quedó mirando el techo. Esas palabras eran las que siempre decía Shawn. Ambos habían estrechado su relación en ese tiempo, y se podía notar claramente por la forma en la que se expresaban, a veces casi una copia del otro. No los culpaba, se notaban apegados con los meses que iban pasando.

Dio un suspiro y miró hacia la misma dirección, como si realmente hubiese algo en ese sector del techo. Sus parpados se sentían pesados. Solo quería dormir un poco, descansar su cuerpo.

Probablemente permanecer todo el fin de semana acostada, aunque no debía descuidar su rutina ni aquellas cosas, no cuando sus notas y sus resultados estaban en lo más alto. Era una batalla constante contra algunos de sus compañeros cadetes, los cuales también se esforzaban, y no planeaba dejar que ellos la pasaran, mucho menos cuando quedaba tan poco tiempo para graduarse. Debía ser de las mejores ahí.

Soltó un suspiro.

Aun podía sentir las escamas en sus manos, y el agua fría entrando por su ropa.

Pero sobre todo sentía el miedo a fallar.

¿Qué hubiese hecho ella?

Bajó la mirada para encontrarse con la mirada de sus dos amigas, como si ellas esperasen una respuesta, aunque no hubiese ninguna pregunta que responder. ¿O sí? No lo tenía claro, y no quería preguntarles. Tal vez ellas ya estaban acostumbradas a la actitud algo misteriosa que había tomado con el tiempo, como la miraban con respeto. Como se había ganado su posición.