Capítulo 10: El festival deportivo de UA

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—Sí, estoy emocionada, claro.

Nadie que tenga el derecho de llamarme traidora sabe que estoy en UA, porque precisamente ser alumna de UA me hace traidora para algunos. Así que, ¿quién lo sabe y cómo fue que se enteró? ¿Y cómo consiguió mi número celular?

—¿Eso es todo? —preguntó Kaminari, sentándose en mi mesa.

Me sudaban las manos y se me apretó el estómago.

¿Quién me mandó este mensaje?

—Es todo... anoche no pude dormir bien, pero de seguro que cuando empecemos con la primera prueba me despierto del todo.

—Te ves... enferma —comentó Sero.

—Ya... debería ir a lavarme la cara, quizás despierto con eso.

Me puse de pie rápidamente y salí de la sala casi trotando. Faltaba poco para que dieran las 07:30hrs, el festival comenzaba en una hora más.

Había poca gente en los baños. Me acerqué a un lavamanos, me saqué el parche del ojo y me enjuagué la cara varias veces. Por alguna razón, seguía muy nerviosa. El hecho de no saber quién estaba detrás de ese mensaje era lo que me tenía los pelos de punta, si tan solo hubiese podido relacionar esas palabras con un rostro conocido...

Me sequé la cara y me volví a poner el parche sobre mi ojo izquierdo. Me miré al espejo y fruncí el ceño, como desafiándome a mí misma.

Sea quién sea, será esa persona la que acabe con miedo de haberme enviado ese mensaje. Hoy debo hacer las cosas bien, por muchas razones.

Salí del baño y de camino al salón Bakugou me detuvo. Estaba apoyado en una de paredes del pasillo y en cuanto me vio aparecer por la esquina se paró derecho. Puse mi ojo en blanco.

—¿Qué quieres?

—Tenías razón —dijo.

—Todos tenemos razón cuando decimos que eres un insoportable de mierda, ¿a qué quieres llegar?

No pareció afectado por mis palabras y eso me pareció extraño. Sus ojos rojos estaban clavados en mí, pero no parecían estarme mirando realmente.

—Tenías razón cuando en secundaria dijiste que podías vencerme —admitió. Vi sus dos manos apretarse en puños y finalmente sus ojos se aclararon, mirándome de verdad—. Pero ya no estamos en la secundaria y hoy te voy a ganar. A ti, al maldito de Deku y al bastardo de hielo.

—Haz lo que quieras —dije, volviendo a caminar hacia el salón—. Tú no eres mi objetivo, así que no me importa. —Llegué a su lado y le toqué un hombro. —Pero es bueno que hayas podido reconocer la diferencia entre nuestras habilidades.

Cuando volví al salón, ya estaban todos, solo faltábamos Bakugou y yo.

—¿Ya te estabas metiendo en problemas? —me preguntó Kaminari cuando fui a sentarme.

—Fue él quién me habló primero —gruñí, sentándome.

Al poco rato entró Bakugou junto a Aizawa, que seguía con el rostro exageradamente vendado.

—Buenos días, espero que se hayan preparado bien para el día de hoy. Recuerden que esta será su primera y gran oportunidad para su futuro laboral como héroes, así que esfuércense al máximo, confío en que pondrán todo su empeño en el festival deportivo de hoy. Ahora deben ir a cambiarse de ropa. De su traje de héroes solamente podrán usar sus zapatos, por lo demás, deben usar el uniforme de educación física de la escuela.

De inmediato se escucharon quejas:

—¿Quéeee? ¿Y eso por qué, sensei?

—¡Y yo que tenía tantas ganas de usar mi traje!

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