Capítulo 08: Game over

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—A mí tampoco me gusta esta situación —dije, inclinándome sobre él y dándole un puñetazo en la sien.

Me dolieron los nudillos, pero él dejó de moverse.

Shisui-nii tenía razón, este golpe noquea enseguida...

Tendría que darle las gracias a mi hermano.

Me estaba poniendo de pie cuando me agarraron de la cadera y me lanzaron al aire.

—¡¿Qué...?!

No pude seguir hablando porque me llegó un puñetazo en la boca del estómago que me lanzó aún más arriba. Se me borró todo pensamiento sintiendo cómo mis jugos gástricos subían por mi garganta. Pude divisar a un hombre vestido por completo de negro, no muy alto pero sí muy musculoso. Tenía picos de roca en su espalda y nudillos.

Choqué de espaldas contra el techo y luego caí frente a él, apenas alcanzando a poner mis manos para no romperme la cara al caer. Quedé inmóvil, sintiendo súbitamente que no tenía energías para casi cada. Moví un poco mis manos, y supe que mis serpientes se dirigían silenciosamente hacia el enemigo. 

Pude haberle pedido ayuda a Bakugou o Kirishima para que me ayudaran en combate, que era algo en lo que definitivamente no era buena, pero había un sentimiento (orgullo) que me lo impedía.

Me hice bolita en el suelo, juntando mis manos a la altura de mi pecho. Sentí un pie apoyarse en mi espalda.

—Mocosa, por tu tono de piel y tu cabello puedo ver que eres del clan Kuroka —movió su pie, lo que me obligó a deshacer mi postura y verlo desde el suelo. Mantuve mis manos juntas a mi pecho. Vio mi rostro y frunció el ceño en una mueca extraña, casi como riéndose—. No me digas... ¿eres la hija de Marina y eres así de débil?

Separé mis manos y un murciélago de fuego salió disparado a su rostro. Las serpientes se fueron enrollando por sus piernas, abrazándose con fuerza a las extremidades del villano. Comencé a sentir olor a quemado al mismo tiempo que el sujeto comenzó a gritar. Me puse de pie apenas, con mis manos en mi estómago y me posicioné detrás de él. Le di una patada en la parte trasera de sus rodillas, y él cayó. Le di otra patada en la nuca y se dejó de mover.

El murciélago voló a mis hombros y se paró ahí. Las serpientes se arrastraron por el suelo y se enroscaron en mis piernas. 

—¿Ya eran todos? 

Volteé al escuchar la voz de Kirishima.

—Eran una bola de inútiles.

Bakugou y Kirishima ya habían vencido a todos los demás villanos. Me quise ahorcar. Si hubiera caído sola en ese lugar, me hubieran aplastado como a una hormiga.

Me dolía la espalda, la cabeza y el estómago, ni siquiera tenía ánimos de caminar. En cambio, Kirishima tenía algún que otro rasguño y estaba muy sudado, mientras que Bakugou se veía sin heridas y solamente estaba sudando bastante.

—¡Tenemos que ir a salvar a los demás! —dijo Kirishima limpiándose el sudor de la frente— Si estamos aquí, significa que nuestros demás compañeros también siguen en USJ. Además, estoy preocupado por aquellos que no tengan tantos movimientos de pelea...

Bakugou sonrió con burla y me apuntó. Me puse rígida de inmediato.

—¿De qué hablas? Si la que no tiene movimientos de pelea está con nosotros.

El murciégalo que reposaba en mis hombros voló como una flecha hacia Bakugou, sin siquiera yo tener que pensar en que quería atacarlo. Bakugou trató de explotarlo, pero extrañamente, el murciélago solo se hizo más grande. Fue una explosión fuerte.

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