Gazes to the soul [Nejiten]

Capítulo 36: Plenitud

Verlos ahí, trajo a su memoria aquella primera vez que los había conocido, cuando eran unos principiantes y debiluchos. Los había forjado y con su instrucción junto con las situaciones que habían pasado recientemente, habían crecido exponencialmente. Se sentía tan orgulloso. Un nudo en su garganta se formó impidiendo que hablara más y los ojos le picaban, con la advertencia que en cualquier momento terminaría llorando. Dio un largo trago de su bebida a la par que se servía otra, con las lágrimas amenazando con salir.

―Gai-sensei, haremos esto cada semana, mientras nuestra llama de la juventud siga ardiendo.

Gai respondió con efusividad, secundado la noción y sin poder evitarlo ambos terminaron llorando dramáticamente mientras seguían mencionando cosas de la juventud y el fuego.

―Lo siento por eso, tal vez deberías acostumbrarte. ―Tenten habló avergonzada, a la chica que tenía a un lado.

Yayoi sonrió con un gesto nervioso, negando con la cabeza.

―No pasa nada.

Tenten sonrió ligeramente, aún no podía visualizar a una chica tan tímida y reservada como ella con alguien tan efusivo, ruidoso y extrovertido como Rock Lee. Sus personalidades eran contrarias, pero parecían complementarse. Ella lo veía con los ojos brillantes aun en sus escenas ridículas.

Esa noche por fin, luego de mucho tiempo, Tenten había conocido a la chica con la que Lee llevaba saliendo hace un poco más de un año, una chica común, su familia tenía un pequeño puesto de barbacoa. Lugar donde Lee la había conocido al ir a comer ahí. Lee se había paralizado al conocerla, entablando una torpe conversación anonadado por su belleza y como su pecho se había agitado al verla. Desde ese primer instante en que la vio supo que ella era la indicada y que debía ser digno para invitarla a salir. Por lo que esperaría a pasar el examen de Jounin para estar a la altura de invitarla a una cita formal. Mientras tanto se había acercado con sigilo, hablándole y cortejándola un poco, nada demasiado directo.

O eso pensaba él, ya que sus intenciones fueron claras desde el primer momento y cualquier persona que prestara atención en sus conversaciones podía darse cuenta. A los minutos de saber los resultados del examen, se había presentado enfrente de ella, pidiéndole salir.

Tenten entendía que Gai ya la conocía, cuando fueron a comer al restaurante de su familia y la había aprobado desde el primer instante. Neji, por sus ocupaciones no había logrado cuadrar una de las reuniones que Lee había hecho para conocerla. Hasta ese momento, aunque sabía que Neji la ubicaba de vista y había visto a Lee con ella en la aldea de forma rápida un par de veces. Pero nada como esa reunión que tenía ahora.

La kunoichi comprendía que era lo que la chica veía en su amigo, dejando de lado sus gestos vergonzosos, era una gran persona. Cálido, comprensivo y sentimental. Él merecía todo y mucho más. Podía notar como era correspondido con la misma intensidad que ofrecía. Yayoi no se avergonzaba de las escenas dramáticas de las dos bestias y hasta parecía encantada con su gran efusividad y su energía.

Habían pospuesto aquella reunión una semana después por la rehabilitación de Gai y por qué Lee había tenido que salir de misión, además de que Neji se había visto envuelto en alguna cosa del clan Hyūga. Pero finalmente habían logrado cuadrar en el departamento de Neji, para tomar un par de tragos y crear nuevos recuerdos.

Maito Gai sirvió un poco más de sake a su copa que terminó de vaciar y al vaso vacío del genio Hyūga que parecía particularmente nervioso esa noche. Una sonrisa divertida salió de sus labios. Necesitaba un poco de alcohol para tomar valor para lo que fuera que haría esa noche. El mayor vio a Lee pasar el brazo por los hombros de Yayoi y atraerla hacia él, sonriendo satisfecho por ese gran movimiento. La música resonó en el apartamento y la bestia de Konoha se levantó fingiendo que una botella era su micrófono y cantando la música que salía de la bocina.