𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐉𝐚𝐤𝐞𝐖𝐨𝐧

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El tono constante de su celular, taladrándole los oídos, terminó por despertarlo en medio d pequeñas quejas y balbuceos. Sin abrir los ojos aún, tanteó la cama en el lado contiguo al suyo, encontrándolo vacío y frío al tacto.

Quiso disponerse a saber dónde estaba la persona que debería estar ocupando tal lugar, pero el sonido de su celular le gritaba que atendiera tal llamada. Entreabrió uno de sus ojos para verlo sobre la mesita de noche, estirando el brazo con pereza hasta alcanzo. Aún tenía sueño y su cuerpo se hallaba cansando, lo acercó a su oído y finalmente habló.

Apenas descolgó la llamada, fue bombardeado con palabras a una velocidad en la que su cerebro no podía procesar pues todavía estaba soñoliento.

Al otro lado de la línea, JongSeong sonada alterado nervioso y estresado. Una combinación en la que no se le solía ver, o al menos, en la que no solía mostrarse ante los demás; solo ante su mejor amigo en ocasiones como esta.

──Primero que nada, buenos días. ──su habitualmente dulce voz salió ligeramente ronca al estar recién levantado.

Bostezó perezoso, peinado sus cabellos azulados hacia atrás. Se tomó unos segundos no solo para darle un tiempo a su amigo de clamarse y respirar, sino también para despertarse del todo y poder prestarle su total atención- Si Jay estaba en problemas, él siempre estaría dispuesto ayudarlo.

──Entonces HeeSeung hyung está en celo y siente que debes ayudarlo... De acuerdo... ¿Cuál es el problema, entonces?

Una vez entendió la razón del estado de su amigo, JungWon se dispuso a darle consejos y palabras de ánimo en respecto a lo que creía que era lo mejor para hacer en aquella situación. Una vez el omega peli-castaño pareció convencido y halló una respuesta a sus dudas y miedos, JungWon ni siquiera pudo despedirse de él pues el otro ya había colgado, al parecer demasiado decidido y anisioso por hacer lo que debía como para pasar un minuto más hablando por el móvil.

El omega peliazul no le importó esto para nada y solo deseó que todo fuera bien para su amigo.

Dejó el movil de lado y se estiró en la cama, respirando profundamente mientras dejaba que sus adoloridos músculos se relajaran sobre el suave colchón. Inmediamente aquel varonil aroma llenó sus fosas nasales y su lobo se removió de gusto en su interior.

Alfa.

JungWon sonrió. Incluso sabiendo que el alfa estaba perfectamente cerca, iba a buscarlo pues debió esperar que él abriera sus ojitos para despertarlo, llenándole la cara de besos y mimos, como de costumbre.

Se sentó en la cama y miró hacia el suelo con el fin de encontrar que ponerse encima. Estaba completamente desnudo y tenía un poco de frío. Sus ojos brillaron levemente al ver la prenda perfecta a unos pasos de la cama.

De repente, sintió la necesidad de ver y abrazar al alfa; por lo que no tardó en ponerse aquella camisa ajena, la cual lo cubrió hasta la mitad de sus muslos, y salió de la habitación.

Un fuerte aroma a limón hizo menear la cola a su lobo; por otro lado, su estómago rugió al oler tocino y huevos cocinándose. Una sonrisa iluminó el rostro del pequeño mejillas abultadas al entrar a la cocina y ver al chico dueño de sus anhelos y suspiros.

Muy ocupado frente al sartén, el alfa de cabellos rubios estaba concentrado mientras preparaba el desayuno, vistiendo únicamente un pantalón chándal. No tenia miedo de quemarse ante la posibilidad de salpicadura de alguna gota de aceite, era confiado cuando se trataba de cocina.

JungWon sabía que, a pesar de estar dándole la espalda, el alfa ya se había percatado de su presencia. El aroma del omega era bastante notable pues era liberado especialmente para el australiano.

❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Место, где живут истории. Откройте их для себя