𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬é𝐢𝐬.

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Luego de haber pasado por la enfermería y haber curado rápidamente las superficiales magulladuras de aquel problemático trío, el grupo de cinco chicos partieron con rumbo a la escuela vecina como lo habían planeado.

Para hacer más corto el recorrido decidieron tomar un bus y llegaron después de unos breves minutos. El pequeño grupo se detuvo frente a la entrada del lugar y todos admiraron con fascinación el majestuoso edificio frente a ellos.

Aquella obra de la arquitectura era realmente ostentosa, luciendo sus bellas paredes de mármol y cada uno de sus pisos adornados por anchos ventanales de cristal.

Efectivamente era una escuela de ricos.

Jay fue el primero en dar un paso adelante, manteniendo su mentón levantado y su vista fija al frente. No le importaba que tan elegante fuera el lugar, si al final sus estudiantes no podían comportarse como personas educadas.

En la puerta de entrada se presentaron ante un hombre vestido con un pulcro uniforme oscuro, quién los guió al despacho del presidente sin objeciones. Al parecer, su visita ya era esperada.

El interior de la escuela era tan lustroso como el exterior, y bajo sus pies se extendía un brillante suelo negro con paredes adornadas por diseños victorianos. Una enorme puerta de la más fina y brillante caoba los detuvo, el hombre que los guiaba dio un par de toques antes de abrirla, anunciado su presencia.

El omega entró delante y el resto justo detrás de él, sintiendo como la puerta era cerrada a sus espaldas nuevamente.

──Bienvenidos a la preparatoria Shinwa. ──una voz grave y jactanciosa fue la primera en romper el silencio. ──Mi nombre es Choi YeonJun, soy el presidente del Consejo Estudiantil de esta respetable institución.

Jay escudriñó con la mirada al dueño de tales palabras. Claramente era un alfa. Se encontraba sentado tras la mesa de su escritorio, mirándolos con arrogancia. Centelleantes joyas adornaban sus muñecas y dedos, su cabello castaño oscuro perfectamente peinado hacia atrás, dejándose ver una frente prominente y ojos oscuros. Su apariencia era complementada por unos gruesos labios y una piel incluso más blanca que la de HeeSeung.

Detrás de él, y a cada lado suyo, se encontraban dos estudiantes más, parados tan firmemente como soldados mientras cruzaban sus brazos tras sus espaldas. A su derecha, cabizbajos y en silencio, estaban los tres chicos inmiscuidos en la pelea.

──Mi nombre es Park JongSeong, soy el presidente de la preparatoria Hokori. ──habló con sus orbes fijos en los del contrario, para seguidamente presentar a quienes venían con él.

──Tengo entendido que estos estudiantes míos les causaron problemas. ──su tono de voz era petulante, y se levantó de su silla, caminando alrededor de los mencionados mirándolos de una forma indescifrable.

──Siendo honesto, mis estudiantes también son responsables. Quería que hubiera unas disculpas mutuas, pero me fue imposible llegar a un acuerdo con ellos. ──el peli-castaño analizaba cada movimiento de aquel alfa, no pareciéndole nada confiable.

──Entiendo.

El alto alfa pálido agarró con su palma abierta la cara de uno de los temblorosos chicos a su lado, estrellando esta sin ningún remordimiento contra el duro material de la mesa. Un sonoro golpe causado por el impacto se extendió por la sala, el ambiente empezaba a tornarse más hostil e incómodo.

El rudo alfa mantuvo una presión sobre el rostro del chico, el cuál solo podía soltar gimoteos y quejas seguramente por el dolor del golpe, el miedo podía notarse incluso en su aroma.

──¿Acaso eres sordo? ¡Pide unas disculpas ahora mismo! ¡Ustedes tres también, escorias! ──los gritos salían de sus cuerdas vocales con notable molestia, haciendo resonar un fuerte eco en la habitación.

❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Where stories live. Discover now