𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨.

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JongSeong salió de un vestidor luciendo un traje bastante refinado y elegante.

¿A aquello se referían con servicio especial en el ticket que habían ganado?

Se miró en un amplio espejo de cuerpo completo, apreciando bien las prendas que lo vestían. Era una camisa blanca, un pantalón negro de vestir, decorado con unos tres botones de cada lado, y un saco blanco con detalles negros. Igualmente, una chica le había ayudado a completar su look, aplicando un poco de maquillaje de forma natural para resaltar sus ojos cobrizos, así como un toque de brillo que hacían ver sus labios más esponjosos.

Parecía un verdadero príncipe, y se robó muchas miradas de otros estudiantes que también se vestían con diferentes disfraces, suspirando por quién a sus ojos, era un alfa perfecto. Él estaba satisfecho con su apariencia, no se veía nada mal, aunque sí le daba un poco de vergüenza.

Salió de aquel salón y se encontró con HeeSeung, quién lo esperaba afuera con su cuerpo apoyado en la pared. JongSeong lo admiró por unos segundos, notando que él también lucía un traje de príncipe, pero diferente al suyo. El alfa tenía una camisa con estampado de cebra, adornada una especie de corbata y un broche dorado. También un saco negro con detalle dorados y un pantalón de vestir negro.

Debía admitir que se veía increíblemente bien en aquel atuendo, parecía que había sido confeccionado especialmente para él.

──Te ves hermoso, Jay.  ──lo llamó por su nombre mientras sus ojos escaneaban maravillados su figura.

──No digas eso, es vergonzoso. ──respondió colorado. ──Nunca pensé que nos harían vestir así.

El alfa soltó una risilla y extendió su brazo de forma caballerosa indicándole al omega que se aferrara de él.

──Vamos, están a punto de prender la fogata. ──el peli-castaño tomó su brazo algo indeciso y siguió los pasos del otro, ensimismado en sus pensamientos. Por alguna razón, ahora que veía a HeeSeung, las palabras de K volvían a invadirlo.

Mordió su labio inferior y un leve escalofrío lo recorrió cuando su rostro fue golpeado por una mínima ráfaga de viento. Estaba tan entretenido que no había notado el momento en que el alfa los guio a la azotea de la escuela.

──Desde aquí tendremos una mejor vista y el olor a humo no se pegará en nuestras ropas. ──le dijo el azabache acercándose a la baranda que rodeaba todo el borde para observar hacia abajo, viendo como un montón de alumnos y profesores se reunían expectantes alrededor de una enorme pero organizada pila de madera que aún se encontraba apagada.

El americano se acercó al alfa, y un deja vú le dio escalofríos cuando recordó aquella ocasión en el puente. Era la misma situación, pues allí estaba otra vez, a solas con el alfa, con la redonda luna y un mar de estrellas refulgiendo sobre sus cabezas. Miró al alfa y bajó su mirada, hincando sus dientes con frustración en su labio inferior al querer hablar, pero no decidirse por hacerlo.

──¿Qué sucede? ──preguntó el alfa percibiendo la inquietud en el contrario.

──Nada. ──respondió vacilante sin dejar de mirar al suelo.

──Si quieres, podemos cambiar de lugar si no te gusta.

──¿Estás conteniéndote? ──soltó de forma atropellada, interrumpiendo al contrario.

──¿De qué hablas? ──el alfa estaba confundido por tan repentina pregunta.

──¿Estás aguantando muchas cosas que realmente quieres hacer solo por mí? ──su voz salía en un tono vacilante, como si le costara trabajo pronunciar las palabras.

❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Kde žijí příběhy. Začni objevovat