𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 (2/2).

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Toda la escuela se encontraba reunida en el gimnasio. El lugar lucía impecable, gracias a que los dos días anteriores habían sido dedicados a la limpieza y recogida del centro luego del festival escolar.

Los miembros del Consejo, junto al claustro de profesores, se encontraban parados en fila en la plataforma, siendo visibles para todos. Murmullos combinados hacían eco dentro de las cuatro anchas paredes, pues nadie sabía verdaderamente de que se trataba aquella reunión tan repentina.

Nadie, excepto aquel azabache que observaba suspicaz al americano que dio un par de pasos al frente hasta tomar un micrófono entre sus manos.

──Buenos días. ──su voz resonó por todo el lugar, llamando la atención de los presentes y provocando un silencio colectivo. ──Como sabrán, nuestra escuela siempre se ha esforzado en mantener buenas relaciones entre sus compañeros, como también con la comunidad y otras instituciones.

Tomó una pequeña pausa y habló nuevamente.

──El motivo del por qué los hemos reunido aquí es simple. Hay una persona que tanto los profesores y yo quisiéramos presentarles un por petición del mismo... Con ustedes, Choi YeonJun, presidente del Consejo Estudiantil de la Preparatoria Shinwa.

Jay aplaudió a sus palabras, siendo seguido por los profesores y luego por la totalidad de estudiantes quiénes miraron boquiabiertos como un alfa de porte elegante entraba seguido por otros dos que parecían sus guardaespaldas.

El recién llegado subió a la plataforma y se paró justo al lado del omega, a quien saludó con una ligera reverencia, bajo la mirada atenta de todo el público.

Más murmullos comenzaron a oírse, todos preguntándose qué hacia un sujeto de tan distinguida escuela allí, pues era sabido por todos que Shinwa era un centro solamente para personas de posición social acaudalada, totalmente diferente a la de ellos.

Podía notarse solo con ver la calidad de sus uniformes y calzado, así como por el porte de grandeza que emanaban aquellas tres personas que podía hacer sentir intimidado a cualquiera.

──Buen día a todos. Es un placer conocerlos. ──habló con una sonrisa. ──Debo admitir que el presidente JongSeong y yo no nos conocimos en las mejores condiciones... Sin embargo, gracias a la comunicación, pudimos resolver nuestras discrepancias y llegar a un mutuo acuerdo.

El alfa azabache miraba la escena con desconfianza desde su lugar entre el alumnado, prestando muchísima atención a los gestos de Choi. Tanto él como su lobo estaban intranquilos con toda esta situación, no les gustaba para nada que aquel idiota estuviera cerca del omega.

Cierto pálido de hebras negras también observaba todo sin poder creer que aquel alfa tan cínico se estuviera comportando como todo un caballero de la alta sociedad.

──Para serles sincero, yo llegué a admirar al presidente Park luego de conocer la manera en que logró mejorar las condiciones de este centro en tan poco tiempo. ──miró otra vez al americano, quién le sonrió un poco cohibido al ser halagado en frente de tanta gente. ──Por eso, le sugerí que nuestras escuelas deberían crear un convenio en el que pudiéramos aprender mutuamente el uno del otro y beneficiarnos de forma recíproca.

El asombro por aquella declaración no se hizo esperar, era un gran acontecimiento que una escuela tan particular, a la que no le faltaba nada en cuanto a bienes materiales, quisiera hacer tratos con ellos que eran solo una preparatoria pública más.

Aun así, todos se alegraron, en especial los profesores que sabían que aquello sería una oportunidad de oro para su trabajo.

──O eso pensé el principio. ──volvió a hablar el alfa peli-negro, borrando la sonrisa de su cara y sus ojos tornándose más oscuros de lo normal. ──Pero resulta que yo nunca he creído en las personas perfectas, pues tal cosa no existe... ¡Porque todos tienen algún defecto que mancha sus personalidades! Incluso si este está oculto. ──dijo mirando al americano por el rabillo de su ojo.

Jay se estremeció por el tono de voz en que pronunció aquellas últimas palabras, sintiéndose desconcertado por lo que estaba pasando. Se acercó al oído del más alto para susurrarle lo más discretamente posible.

──Presidente YeonJun, ¿Qué está...?

──Tal es el caso de este chico a mi lado. ──interrumpió e ignoró sus palabras, girando su rostro para mirar acusadoramente a quién se mantenía en completa confusión. ──A los ojos de ustedes puede parecer un chico atractivo, responsable, trabajador e inteligente... ──soltó una risa sarcástica. ──Un ejemplo a seguir, ¿Cierto? ¿Pues qué pasaría si les dijera que es solo un vil mentiroso que ha engañado descaradamente a todos?

Su vista regresó al grupo de estudiantes que lo miraban sin entender de qué hablaba. El omega sintió una punzada en su pecho, el rumbo de aquel discurso lo estaba haciendo sentir aterrado.

Tanto que comenzó a liberar un aroma amargo, y bastante desagradable al estar mezclado con el olor artificial de la menta. Su estado no pasó desapercibido por HeeSeung, quién quería subir allá arriba y derrumbar a aquel alfa de un buen golpe.

Sospechaba en cómo iba a terminar la situación, y gruñó al presenciar una jugada tan sucia por parte de quién ahora no dudaba de que fuera un maldito hijo de perra.

──BeomGyu, los papeles. ──le exigió al alfa de hebras grises a sus espaldas. Este le entregó un bulto de papeles para luego volver a su posición. ──Observen por ustedes mismos el fraude al que han sido sometidos. ──arrojó el fardo de hojas al aire, las cuales se desparramándose por el suelo y sobre las cabezas de los sorprendidos estudiantes. ──Su querido presidente y alfa modelo, ¡Es un omega!

En ese momento, JongSeong casi se desploma cuando sus huesos se tornaron tan pesados como rocas.

Sintió como un balde de agua congelada se volcó sobre su cuerpo, mientras que su respiración fue cortada por el grueso nudo que apretó su garganta, siendo ahorcado por sus propios temores.

❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora