𝐨𝐜𝐡𝐨.

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Las clases del día habían finalizado, y como siempre, Jay se encontraba en la sala del Consejo Estudiantil revisando las cuentas de la escuela entre otros papeleos de menor importancia.

Eran alrededor de las seis de la tarde, le había dicho a JungWon y Jake que podían marcharse, pues estos ya no tenían trabajo que hacer.

El cielo era pintado por los tonos anaranjados y algo rojizos del atardecer, adornando el salón con los rayos que se colaban por las ventanas.

Todo estaba tranquilo, y agradecía eso mentalmente, más aún después de lo que había pasado en la mañana. Pero la tranquilidad se acabó cuando un alto alfa azabache abrió la puerta y entró al salón con mucha familiaridad.

Jay rodó los ojos y siguió en lo que hacía sin mirar el otro.

──Como se esperaba del presidente. ──rompió el silencio el recién llegado. ──El primero en llegar y el último en irse.

──Al fin apareces Lee. Pensé que no vendrías por tus preciados fondos. ──dijo el peli-castaño, sin dejar de lado su faena.

──Lo siento por eso. Mi club acaba de terminar la práctica y me quedé recogiendo solo. Dejé que los demás se tomaran un descanso.

──Vaya, me alegra oír que eres bueno con tus miembros. ──lo miró unos segundos. ──Me complace saber que están practicando para el festival.

HeeSeung tomó una silla del salón y la arrastró hasta acercarla al escritorio del americano, quedando así frente a frente.

Se sentó con sus piernas separadas y puso sus brazos sobre la mesa, cruzados uno encima del otro, para luego apoyar su cabeza en los mismos.

──Claro que estamos practicando. Nos va bastante bien. Y luego de que tengamos el resto de los instrumentos, nos irá aún mejor.

El omega abrió una de las gavetas de su mesa y sacó de allí un papel, el cual le extendió al contrario sobre la mesa.

──El profesor de música habló con nuestros proveedores, ellos traerán los instrumentos mañana y los dejarán en la sala de tu club. ──le extendió un lapicero también. ──De igual forma, una persona vendrá a arreglar el piano. Solo debes firmar esa hoja.

El azabache tomó ambos objetos, leyendo el papel vagamente para por fin firmarlo. Se lo dio al contrario y volvió a su posición anterior. Jay lo tomó para luego guardarlo en el mismo lugar de dónde lo había sacado.

──Muy bien, eso todo. ──el peli-castaño lo invitó, indirectamente, a irse con sus palabras.

──Te veo mucho mejor ahora. ──HeeSeung ignoró esto y siguió hablando. ──Hoy en la mañana estabas bastante pálido.

──Obviamente estoy mejor, todo ese lío con Nicholas está resuelto.

──¿Por qué a él le dices Nicholas y a mí siempre me llamas por mi apellido también? ──su ceño se frunció.

──No hay una razón en específico, solo que las veces que he hablado contigo, hablo formalmente como le hablo a todos los estudiantes de esta escuela. ──respondió de forma pausada.

──Entonces te pido que a partir de ahora me digas solo HeeSeung, no me gusta oír mi apellido todo el tiempo.

──No veo cual es el gran problema. ──respondió con desinterés.

Jay terminó por revisar todos los papeles que necesitaban su firma, por lo que empezó a recoger su escritorio.

──Oh, ¿Ya terminaste? ──el alfa se paró en su lugar, sonriendo ──¿Quieres ir por café o un helado? Yo invito.

El más bajo lo miró serio y negó.

──No gracias. Debo volver a mi casa.

──Auch, ese fue un frío rechazo. ──la sonrisa en su rostro desapareció.

──No me digas que sigues con esa idea tonta del cortejo. ──el omega cruzó sus brazos bajo su pecho. ──Ya te dije que debo mantener mi secreto, y no sería normal ver a dos alfas saliendo, sobre todo a nosotros, con nuestra reputación.

──No sabía que le preocupaban tanto las apariencias, presidente. ──HeeSeung apoyó sus manos en el escritorio. ──Es solo un café, no veo que tiene eso de malo. ¿Tan poco te gusta pasar tiempo conmigo?

El contrario no respondió a esa pregunta, solo se mantuvo callado. El azabache pintó una sonrisa de medio lado en su rostro.

──Eso es raro, porque estoy seguro de que mis caricias aquel día sí te gustaron.

El rostro de Jay se tornó inmediatamente rojo. Su boca se abría y cerraba como pez fuera del agua, pensando en que decir.

Aquel alfa era un desvergonzado.

──Te pido que olvides ese incidente y no lo vuelvas a mencionar. Si vuelves a hablar del tema te golpearé en los huevos. ──soltó en amenaza, queriendo intimidar al alfa.

HeeSeung levantó sus manos en señal de rendición, pero sin borrar de su cara aquella sonrisa que tanto molestaba al omega.

──Ok, yo puedo olvidarlo, pero no creo que tu lobo pueda hacerlo igual de bien. Estoy seguro de que luego de eso, quedó muy emocionado.

Jay podía sentir sus orejas calientes, apretó sus puños debido a la irritación. Trataba de controlarse, pues no sería bien visto que golpeara a uno de los estudiantes.

Aunque realmente quería hacerlo, aquel alfa lo sacaba de sus cabales.

──Lo que sea que le pase a mi lobo, no es tu asunto. ──habló enfadado. ──Apenas nos conocemos, ¿Y pretendes saber todo de mí?

──No, pero tampoco me ha dado la oportunidad de conocerlo. ──el azabache se acercó un poco más. ──Esa imagen de presidente rígido que has creado a tu alrededor no me lo permite.

──Te dije que no estoy interesado. ──el menor peinó sus cabellos hacia atrás, resoplando. ──Solo déjame tranquilo, ya estoy bastante ocupado.

HeeSeung acortó más la distancia entre ellos y con una agilidad increíble, tomó al omega por unas de sus muñecas y la otra mano la puso sobre una de sus mejillas.

El contrario no tuvo mucho tiempo de reaccionar.

──Y yo te dije que a mí me encantan los retos. ──la sonrisa sensual que le dedicó lo puso algo nervioso. ──No me rendiré tan fácil. No olvides eso.

El azabache plantó un fugaz beso en la mejilla del otro, dejándolo sin palabras y sonrojado, lo que lo hizo sonreír de ternura.

──Hasta mañana, presidente. ──guiñó, para luego salir rápidamente.

Jay se quedó parado en el lugar.

Llevó sus dedos a su cara, justo donde había sido besado, sintiendo aún la sensación de los suaves labios en el lugar. Su lobo se removió un poco con entusiasmo, él chasqueó su lengua junto con una maldición.

──Ese alfa descarado. Lo odio.

Frotó un poco su mejilla y recogió todas sus pertenencias para por fin irse. Definitivamente aquel día había sido demasiado agotador para él.

❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Where stories live. Discover now