𝐝𝐨𝐜𝐞.

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JongSeong se encontraba tirado en su cama luego de haberse dado un baño. Ya era de noche y recién había retirado las vendas de sus rodillas para dejar que sus heridas tomaran algo de aire. Al menos no estaban inflamadas, pero aún provocaban una ligera molestia al caminar.

Estaba acostado bocarriba, sosteniendo su cabeza con una de sus manos mientras se dedicaba a observar el techo de su habitación en silencio.

Sus pensamientos estaban igual de revueltos que su estómago. Por su mente seguían rondando las palabras dichas por HeeSeung en la tarde.

"Me gustas, presidente."

¿Gustar? ¿Pero por qué le gustaba alguien como él?

No comprendía por qué aquel alfa insistía tanto en llamar la atención de él, ni tampoco entendía por qué había dicho eso.

El azabache era el más popular en la escuela y podía tener al omega que quisiera. Él ni siquiera era como los omegas normales. Era terco, tenía un carácter horrible y un cuerpo musculoso, en vez de uno con tiernas curvas y trasero pomposo. Eso sin contar el hecho de que se hacía pasar por alfa ante todos.

Tener un alfa tan reconocido por los demás detrás de él con esas intenciones, era peligroso para su secreto. Los demás podrían interesarse y empezar a sospechar, incluso descubrirlo.

Si Nicholas logró descubrirlo, ¿Qué detenía a los otros de enterarse también?

Además, el hecho ver el rostro decaído del alfa mientras hablaba con él, lo había incomodado bastante. No era normal ver eso en quién siempre le sonreía con arrogancia, y que muchas veces le hablaba con un tono burlón solo para molestarlo. Sin embargo, al final le había mostrado aquella ancha sonrisa tan peculiar.

Una sonrisa sincera dedicada a él, quién siempre era tosco y cortante con el azabache. Y, aun así, no parecía importarle esto.

Es verdad que el azabache muchas veces lo provocaba a propósito, a la hora de ayudar siempre se mostraba serio y decidido ante cualquier situación. Por eso Jay empezaba a sentirse mal consigo mismo.

El alfa lo había ayudado en varias ocasiones, algunas veces con métodos poco convencionales, pero lo había hecho. Y estaba empezando a sentirse en deuda con este. Sentía que quería hacer algo para agradecerle al alfa, pero no estaba seguro de qué.

Se dio la vuelta quedando acostado boca abajo, con su cara enterrada en la almohada, con frustración. Siguió pensando hasta que recordó unas palabras dichas por el chico que ahora reinaba en sus pensamientos. Aquel alfa se lo había mencionado un par de veces. Quería salir con él a algún lado.

El americano se puso a analizar aquella posibilidad, y realmente no era una idea tan horrible como pensó al principio. Solo aceptaría la propuesta del otro por cortesía. Quizás así, aquel sentimiento de deuda desaparecería y dejaría de sentirse mal por haber sido tan borde.

De igual forma, podría aclarar aquella situación de mejor manera con el alfa, sin estar a la vista del resto de los estudiantes de la escuela. Incluso si alguien de casualidad los veía, no resultaría demasiado raro.

Solo serían dos alfas, compañeros de escuela, saliendo un rato juntos.

Jay sacó su cabeza de la almohada y sonrío levemente, sintiéndose más tranquilo con la solución que había hallado para su reciente problema. Mañana hablaría con HeeSeung luego de que acabaran las clases.

Finalmente se acomodó para irse a dormir, tapó su cuerpo con una manta y soltó un pequeño suspiro, cansado. Realmente solo esperaba que aquella fuera una buena idea.






❝¡El presidente del consejo estudiantil es un omega!❞Where stories live. Discover now