11. Una nueva oportunidad de amar

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MAYO

"Cuando cierro mis ojos
Veo tu luz en la oscuridad
Ilumina el camino para mí
Podemos seguir adelante sin miedo, tú y yo..."

Había pasado un mes desde el trágico accidente de la señora Kim.
Jungkook había arreglado todo para un lindo funeral, ahora sus cenizas estaban a un lado de las de sus padres encima de la chimenea bajo el cuadro familiar Jeon. Mandaron a enmarcar una foto de la madre del castaño y la pusieron a un lado.

La despedida fue realmente devastadora para Taehyung. Aunque ese día ya no lloró, se le miraba con un semblante serio. Ya había aceptado la muerte de su madre y el hecho factible de que no volvería a verla más, lo que realmente le pesaba era que no pudo despedirse propiamente de ella. Pedirle perdón si alguna vez la decepcionó y agradecerle por cuidar de él y lo buena madre que había sido.

Decidió que este hecho no era algo que quería dejar atrás, "superarlo", como todos dicen y es que no se trataba de lo que pasó, sino de las cosas que iban a pasar en la vida de las personas en las que la señora Kim ya no iba a formar parte. Taehyung quería que su madre lo viera convertirse en un adulto y que en algún momento fuera abuela. Todos se privarían de la presencia de la señora Kim de ahora en adelante.

Definitivamente fue un momento muy amargo para Taehyung, pero parecía progresar para bien, tuvo algunas sesiones con el psiquiatra de Jungkook y le ayudo a entender muchas cosas, como el por qué había días que se sentía muy enojado y resentido.

Fue así que un día se decidió a volver a su antiguo hogar. Recorrió su casa y se sentó por última vez en el ahora pequeño columpio de su patio trasero. Dio un gran suspiro y salió de allí con sus últimas cosas.
Decidió vender su casa y le pidió a Jungkook que cuidara de su dinero. El pelinegro invirtió una parte en acciones de su propia empresa y le dijo que ahora eran socios.
Jungkook lo dejo ser y lo trato como a él le hubiera gustado que lo trataran cuando murieron sus padres y al parecer le funcionaba.
Parecía casi restaurado en su totalidad había recuperado la capacidad de sonreír y sentir placer.

Se habían vuelto una pareja totalmente doméstica. Iban a la escuela por la mañana, cocinaban juntos la comida, después hacian los deberes. Se dividían para ir a entrenar y a las clases de saxofón,  regresaban a bañarse y comer la cena que Hwan les preparaba.

— Si me hubieras dicho que está iba a ser mi vida a esta edad nunca lo hubiera creído — dijo Taehyung mientras lavaba los platos que Jungkook le pasaba de la mesa.
— ¿Por qué lo dices? ¿Hay algo que te moleste?
— No, no es eso. Hay un extraño equilibrio entre lo que ocurre, las cosas felices y tristes... Es como si alguien se divirtiera escribiendo lo que nos pasa ¿No crees?
— No me detengo a pensar en esas cosas, simplemente intento vivir una vida que valga la pena — dijo Jungkook abrazando al castaño por detrás enrollando sus brazos en su cintura y apoyando su mentón en el hombro de este.
— Parecemos una vieja pareja casada — dijo Taehyung sonriendo divertido
— Claro que no, si así fuera tendríamos una gran foto de nuestra boda en la sala y nos faltaría un perro y un hijo... no puedo darte el hijo ahora mismo pero si podemos tener un perrito — Jungkook soltó una risita burlona.
— Lo tomo — Taehyung mostraba su sonrisa geométrica — terminé — dijo colocando el último plato limpio.

Jungkook lo soltó del abrazo y lo giró para que lo viera a los ojos.

— Tae, tu... ¿Te casarías conmigo?

Taehyung soltó un jadeo audible y abrió mucho los ojos.

— No te lo estoy pidiendo ahora, no lo haría de esta manera — dijo Jungkook señalándose repetidamente a él y después a Taehyung que aún tenía puestos los guantes de goma para lavar los platos — solo quiero que pienses en el hecho del matrimonio entre tu y yo...

Las Estrellas De Tus OjosWhere stories live. Discover now