6. 30 de diciembre y una promesa

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— ¿Cómo te sientes?
—¿Qué? — preguntó Taehyung
— ¿Te lastime?
— No, no... estoy bien — dijo el castaño negando con la cabeza y las manos.
— Siempre tienes esa cara después de que estamos juntos, parece como si hubieras cometido un asesinato — dijo Jungkook riéndose.
— Uuuhm... Me siento un tanto culpable...
— ¿Por qué?
— Me resulta demasiado humano satisfacer mis deseos... ¿Podré detenerme algún día? — dijo un sonrojado Taehyung.
— ¿Demasiado humano? ¿Que eres un robot? no es para tanto. Además, no es que yo hubiera puesto demasiada resistencia. No es un pecado capital, Tae... — se acercó a él que estaba sentado en la cama y se agachó a su altura para mirarlo a los ojos — Si tienes hambre, comes ¿No es así? Con esto es lo mismo... De momento te controlan las hormonas pero vamos a estar bien, yo sobreviví a eso, tú también lo harás.

Jungkook parecía estar bromeando lo cual hacia sonrojar aún más a Taehyung.

Siempre que estaban juntos sentían una emoción nerviosa, era como una droga y se habían hecho adictos.

— ¿Quieres que nos abracemos en la tina? — dijo Jungkook arrugando su nariz y señalando el cuarto de baño.

Taehyung lo miraba con los ojos muy abiertos y las cejas alzadas.

— Estoy bromeando — dijo con una carcajada descarada — voy a bañarme, mientras quiero que pienses que es lo que quieres hacer hoy.

Era 30 de diciembre y un cumpleaños atípico le espera a Taehyung, a diferencia de sus otros cumpleaños estaría acompañado por alguien más que su madre.

El pelinegro aprovecho el tiempo cuando fue el turno de la ducha para Taehyung. Llevaba todo un kit de cumpleaños guardado en una de las maletas que llevaba.
La señora Kim tenía listo el desayuno y ayudaba a inflar globos mientras Jungkook pegaba unos banderines de Happy Birthday. Pronto la casa de la playa estaba decorada para un digno festejo de cumpleaños.

Cuando Taehyung bajo las escaleras, le esperaban en la cocina.

— ¡Sorpresa! — gritaron al unisono haciendo que el castaño brincara un poco del susto.
— No puedo creer que mi hijo cumpla 18 años — musito la señora Kim con los ojos a punto de lagrimas. Aunque Taehyung siempre seria su bebé, estaba creciendo.

Taehyung la abrazo fuertemente, mirando a Jungkook de reojo que los observaba.

— Aquí tienes
— ¿Otro regalo?... ¿En dónde traes tantas cosas si solo trajiste dos maletas? 
— Además de guapo, soy mago — sonrió arrugando su nariz — No hay nada que decir, es tu cumpleaños. Ábrelo — Jungkook le ofrecía un maletín rectangular.

«Jungkook, eres un idiota... pero eres mi idiota» pensó Taehyung.

— ¿Es en serio? — el castaño estaba aún más sorprendido, en el maletín había un saxofón — Siempre quise uno, lo amo, de verdad... pero... no sé tocar — se encogió de hombros.

— Es por eso que te pague un curso... no parabas de hablar de eso y de cuántas ganas tenías de aprender a tocar jazz — agrego la señora Kim.

...

La señora Kim acordó hacer las compras para la comida de cumpleaños y año nuevo. Los chicos se ofrecieron a acompañarla y postergar el picnic que Taehyung quería tener y al que le habían invitado, pero ella se negó diciéndoles que no se preocuparán y que regresaría con un pastel.

Ella no se atrevía a preguntar por ser discreta pero sospechaba que algo pasaba entre ellos dos, el humor de Taehyung había cambiado notablemente desde que Jungkook había regresado a su vida, así que prefería darles espacio y que uno disfrutara de la compañía del otro.
Si sus conjeturas eran ciertas su hijo tenía un noviazgo con Jungkook y se sintió muy molesta, no por el hecho que era evidente sino porque Taehyung no hubiera tenido la confianza para contárselo, «igual y aún no está preparado para hacerlo», pensó.

Las Estrellas De Tus OjosWhere stories live. Discover now