48- El Pequeño Sammy

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KARA

El verano pasó casi sin darnos cuenta. Unos días después de la boda de Nia y Oliver en Las Vegas, Lena y yo regresamos a Midvale.

Durante los meses de julio, agosto y septiembre Clark y Lois estuvieron viniendo de visita con sus hijos prácticamente todos los fines de semana para disfrutar de la playa. También invitamos a Lucy y James, por cortesía. Pese a lo ocurrido el día de nuestra boda decidí darle una oportunidad. Además, sabía que Lena y ella aún tenían una conversación pendiente para aclararlo todo.

Pero una visita bastó para qué no quisiera volver a verla más. Esa tarde había invitado a todos a comer en casa y, cuando fui a la cocina para buscar más limonada, me encontré a Lucy lanzándose a los brazos de Lena, robándole un beso. James venía conmigo, contándome algo, y lo vio todo. Por supuesto, mi reacción fue echarla a empujones de nuestra casa. Lena se disculpó de inmediato, por no haber reaccionado a tiempo de evitar el beso. Pero yo no le di mayor importancia. Estábamos bien juntas, así qué sobraban las inseguridades. Poco después Lois me contó que James le había pedido el divorcio a Lucy y que ésta se había ido al extranjero el resto del verano.

Durante este tiempo, también he estado quedando con Winn. Aunque los viernes por la tarde solía escaparse a National City para pasar el fin de semana con Felicity. Luego de conocerse en nuestra boda, Winn decidió visitarla un fin de semana para tener una cita y desde entonces mantienen una relación a distancia.

En cuanto a nosotras, como decidimos mantener la casa de Midvale para vacaciones, no tuvimos qué hacer una gran mudanza. Únicamente empacamos nuestros efectos personales y alguna que otra cosa que pudiéramos necesitar o quisiéramos llevarnos. Todo lo demás se compró nuevo. Lena se ocupó de comprar los electrodomésticos, mobiliario y todo lo necesario para acondicionar la casa y pagó por el transporte y la instalación. Incluso contrató a una diseñadora de interiores para qué amueblara y decorara la casa. Por supuesto, siempre adaptándose a nuestras necesidades y peticiones, para qué quedase a nuestro gusto.

Estamos a primeros de octubre y hace una semana que nos hemos instalado en la nueva casa, en Smallville. Lena ha vuelto al trabajo presencial y, aunque aún me estoy acostumbrando a su ausencia en las mañanas, mi tía suele venir mucho de visita. Somos prácticamente vecinas, así que no tiene excusa. A veces me ayuda con las tareas del hogar mientras me ocupo de las niñas. Están creciendo muy rápido y Eliza ya está dando sus primeros pasos. Sin embargo, parece que Victoria se lo está tomando con calma. Lena está deseando qué se ponga en pie y eche a andar, y yo rezo cada día para que eso no ocurra mientras está en el trabajo. No me perdonaría qué se lo perdiera.

Hoy es sábado y hemos planeado una tarde de chicas. Desde que llegamos la semana pasada, ni Lena ni yo hemos tenido tiempo de socializar, así que lleva toda la semana insistiéndome para invitar a las chicas, con la excusa de ponernos al día y, ya de paso, enseñarles la casa. Así que hemos decidido organizar una merienda en el jardín.

Mi tía está ayudándome a preparar unos aperitivos, mientras Lena juega con nuestras hijas en el salón. Además del cuarto de juegos de la planta superior, decidimos poner una zona de juegos segura en un rincón del salón, junto a la zona de estar. Así, Lena y yo podemos pasar tiempo en el sofá, viendo televisión y, a la vez, vigilar que nuestras hijas no se hacen daño mientras juegan.

-Martha: Cielo, llévate esta bandeja - dijo, tendiéndomela.

Llevé la bandeja de aperitivos al jardín, dejándola sobre la mesa. Astra, que estaba jugueteando con una pelota, se acercó corriendo, buscando un poco de atención. La acaricié efusivamente, mientras se revolvía en el suelo, y luego volví adentro.

-Lena: ¿Necesitas que te ayude? - preguntó, cuando pasé por su lado.

-Kara: Tranquila, amor. Tú diviértete con las niñas - sonreí. Besé a Lena y volví a la cocina para ayudar a mi tía a llevar el resto de comida y bebida - Gracias por la ayuda- dije, cuando solté las dos jarras de sangría sin alcohol qué había preparado.

Cambio de aires (AU)Where stories live. Discover now