Cambio de aires (AU)

42- La familia crece

DOS MESES DESPUÉS...

LENA

Desperté en la habitación del hotel, en Metrópolis. Estábamos a jueves, cuatro de marzo. Ayer, de madrugada, Clark nos llamó para decirnos que Lois se había puesto de parto. Y, aunque intenté convencer a Kara de ir al hospital por la mañana, no pudo esperar. Así qué dejamos a nuestras hijas con Winn y conduje en mitad de la noche.

Cuando llegamos al hospital, la tía Martha y Oliver estaban en la sala de espera. Nos dijeron que Lois estaba en el quirófano y que el parto se estaba complicando. Nos sentamos con ellos a esperar y, después de una hora sin saber nada, comencé a cabecear. Era tarde y yo estaba muy cansada, así que no pude evitar que se me cerrasen los ojos.

Cuando Kara se dio cuenta me dijo qué me fuera a descansar, qué ella se quedaría y me llamaría cuando tuviera novedades. Así qué reservé una habitación de hotel y vine a dormir un rato.

Llevaba sin dormir en condiciones desde hacía varias semanas. Había estado muy estresada con todos los preparativos de la boda y la luna de miel. Aún no había podido hablar con Kara sobre ello. Y debía decírselo pronto, porque nos casábamos en un mes.

En cuánto a la luna de miel, había preparado un viaje por Irlanda.

Cuando tuve aquella conversación con Sam, en ese pub irlandés, fantaseé con la idea de llevármela conmigo al país donde pasé gran parte de mi infancia. Por aquel entonces no sabía si Kara me correspondería. Pero ahora que estábamos juntas no quería esperar más para mostrarle esa parte de mí.

A ella y a nuestras hijas.

El plan era recorrer el país durante varias semanas, en familia. Kara no soportaría estar tanto tiempo alejada de Victoria y Eliza. Y yo tampoco, para qué engañarnos.

En cuánto a mi regalo de bodas, era un proyecto que me tenía muy ilusionada y no podía esperar para hacerlo realidad. Pero llevaba su tiempo y tenía que tener paciencia.

Cuando este verano Oliver comentó que le gustaría establecerse en Smallville y formar una familia con Nia, empecé a darle vueltas a algo.

Kara adoraba su pueblo y, aunque Midvale me parecía un buen sitio para criar a nuestras hijas, tengo que reconocer que Smallville tiene un encanto especial, del cual me percaté la primera vez que vine con la intención de invertir en sus granjas.

Todos sus vecinos son fantásticos y me ganaron con su amabilidad y cercanía. Y en especial una rubia torpe de mirada sincera, que me conquistó con su timidez y esa forma tan tierna de acomodarse las gafas cuándo está nerviosa o incómoda.

De pronto lo vi claro, teníamos que mudarnos a Smallville. Así que hice varias llamadas y unos días después descubrí que había algunos terrenos en venta. Y uno en particular estaba muy cerca de la granja de Martha, así que era perfecto. Kara podría estar cerca de su tía y nuestras hijas podrían pasar más tiempo con su abuela. En cuanto a mí, estaría más cerca de Sam y podríamos volver a quedar más a menudo. Además, al estar más cerca de National City podría volver a encargarme de mi empresa como lo hacía antes.

No había razones para no hacerlo. Así que lo hice, compré el terreno y contraté un arquitecto qué se encargó de elaborar el proyecto siguiendo mis indicaciones. Eso le llevó casi un mes y, cuando nos pusimos de acuerdo, envié el proyecto al ayuntamiento de Smallville para conseguir la licencia de obras. Hace un par de semanas me aprobaron el proyecto, lo cual fue un record tratándose de un trámite como ese. Pero imagino que el apellido Luthor jugó a mi favor.

Hice más llamadas y contacté con una empresa de construcción que me aseguró que en seis meses tendría mi casa lista para entrar a vivir. Otras empresas con las que había estado hablando me daban una estimación de doce a dieciocho meses. Y yo no podía esperar tanto, así que decidí contratar a esta empresa. Evidentemente, sus servicios eran mucho más caros. Pero el dinero no era un problema para mí. El jefe de obra me dijo que empezarán la próxima semana, cuando lleguen los materiales para la construcción, así que intentaré volver a escaparme para asegurarme de que está todo en orden.