4- Sentimientos encontrados

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LENA

Desperté temprano.

Después de lo ocurrido ayer me costó bastante dormirme. Estuve dando vueltas durante prácticamente toda la noche, hasta que por fin caí vencida por el sueño.

Apenas cerré los ojos y ya estaba sonando el despertador. Eran las cinco y media de la mañana. 

Me apetecía quedarme en la cama pero había quedado con Cat Grant a primera hora en mi despacho así que no podía hacer eso.

Hice un esfuerzo por levantarme y me fui directa a la ducha para ver si conseguía despejarme un poco.

El agua salía tan caliente que en vez de espabilarme me estaba relajando aún más así que le eché valor y abrí el grifo de agua fría al máximo. Enseguida sentí el agua helada caer por mi espalda, pero no pude aguantar ni 2 segundos y salí corriendo de la ducha.

Al menos funcionó – pensé en voz alta. Ya estaba más espabilada.

Me puse una toalla para secarme y me miré en el espejo, fijándome que tenía muy mala cara.

Estaba acostumbrada a dormir al menos 5 o 6 horas seguidas y las preocupaciones de los últimos días ya no me permitían dormir del tirón.

De pronto recordé el incidente de ayer, no podía quitármelo de la cabeza. Por culpa de esa tal Kara hoy tenía unas ojeras que me llegaban al suelo, parecía un puto oso panda.

La situación con los manifestantes se había descontrolado, pero lo que más me preocupaba era la prensa.

Seguro que ya habría alguna noticia pensé, mientras me aplicaba un poco de corrector bajo mis ojos.

Después me maquillé un poco y me dirigí al vestidor para ponerme uno de mis trajes.

Como aún tenía tiempo aproveché para desayunar en casa, me preparé un café solo y me lo bebí tranquilamente mientras pensaba cómo iba solucionar la situación. No me gustaba reconocerlo, pero se me había ido de las manos. No debí subestimar a la familia Kent.

Cuando terminé, llamé a mi chófer para que viniera a recogerme y me fui a la oficina.

Una vez allí me bajé del coche y cuando me dirigía hacia la entrada me asaltaron unos periodistas.

Pero yo traté de esquivarlos lo más rápido posible.

- Señorita Luthor ¿es cierto que trató de aprovecharse de unos pobres granjeros?

- Perdone ¡aquí! ¿Puede decirnos sí Luthor Farms cederá a la petición de los manifestantes?

- ¡Señorita! Otra pregunta ¿se siente usted orgullosa de seguir los pasos de su padre?

No me gustó nada esa última pregunta y lo aquel periodista insinuó, así que le eché una mirada de las mías y entré dentro, haciendo un gesto a los guardias de seguridad del edificio para que se encargasen de echarlos.

No quería a la prensa merodeando por mi compañía, ya tuve bastante con lo de ayer.

Crucé el vestíbulo y subí en el ascensor hasta mi despacho, entré y me senté.

Inmediatamente después vino mi secretaria a informarme de las citas que tenía programadas para hoy y para traerme la prensa del día.

¡Y en qué momento se le ocurrió!

Me fijé en el titular del primer periódico que asomaba en el montón, que decía "Los granjeros de Smallville se enfrentan a Luthor Farms". ¡No me lo podía creer! Aun así continúe leyendo.

Cambio de aires (AU)Where stories live. Discover now