Cambio de aires (AU)

8- Reencuentros esperados y encuentros inesperados

LENA

La inversión en las granjas de Smallville estaba empezando a dar sus beneficios y la compañía se encontraba en su mejor momento.

Cada vez estaba más convencida de que Lionel se sentiría orgulloso de mí si viera lo lejos que había llegado. Luthor Farms seguía siendo líder del mercado en su sector y yo me sentía muy feliz.

Durante las últimas semanas había estado bastante ocupada con reuniones por aquí y por allá, y apenas había tenido tiempo de pensar en nada que no fuera trabajo.

Cuando me quise dar cuenta ya había pasado casi un mes desde que Jonathan me invitó a cenar a su granja y eso significaba que llevaba un mes sin ver a Kara.

Afortunadamente durante el día apenas tenía tiempo para pensar en ella pero cuando llegaba a casa siempre me venía su imagen a la mente.

De pronto recordaba sus ojos azules, su sonrisa, sus labios... Y, como cada noche, acababa consolándome pensando en ella.

En la ducha, en mi cama vacía... Las distracciones nocturnas me funcionaban muy bien hasta que me dormía. Pero al día siguiente volvía a ser lo mismo.

En el trabajo no tenía tiempo para pensar en ella y cuando llegaba a casa no podía dejar de hacerlo. Y volvía a las andadas.

Masturbarme pensando en Kara se había convertido en mi rutina preferida, era casi como una obsesión.

No veía el momento de volver a encontrarme con ella, necesitaba sentirla cerca. Pero no tenía ninguna excusa y no podía presentarme en la granja sin más. Tenía que pensar en algo y tenía que hacerlo rápido porque sentía que si seguía así me volvería loca.

Estaba en mi oficina y por desgracia para mí parecía que iba a ser un día tranquilo. Eso significaba que acabaría pensando en Kara y ya tenía suficiente con hacerlo por las noches.

Además, en mi despacho no tenía tanta privacidad y no quería tener que estar escapándome al baño cada dos por tres.

En ese momento mi secretaria me avisó que tenía una llamada, me la pasó y contesté.

-Lena: Buenos días, soy Lena Luthor

-Voz: Hola Lena ¿cómo estás?

-Lena: Bien pero ¿quién eres?

La voz me resultaba familiar, pero no la ubicaba.

-Voz: Tranquila, es normal que no te acuerdes de mí. Han pasado algunos años - me dijo - Me preguntaba si tendrías un rato libre para comer conmigo. Me gustaría verte

-Lena: Pues... sí. Dentro de un rato puedo escaparme. Tengo un par de horas libres

No conseguía saber quién era, pero sabía que ya nos conocíamos.

-Voz: Esta bien, ¿sabes esa cafetería que hay frente a tu compañía?

-Lena: Sí, la conozco

-Voz: Pues nos vemos allí a la una y media

-Lena: Pero... ¿no vas a decirme quién eres?

-Voz: No. Lo descubrirás cuando vengas. Espero que te haga tanta ilusión como a mí - dijo y cortó la llamada

En ese momento me levanté de mi asiento y me acerqué para preguntarle a Eve quién era la persona que acababa de llamar pero me dijo que no había dejado ningún nombre.

Así que no me quedaba otra opción que esperar dos horas dándole vueltas a la cabeza y tratando de averiguar quién sería.

Después de un par de citas y una reunión llegó la hora de marcharme, así que cogí mi bolso y salí de allí, crucé la calle y entré en la cafetería.