CAPÍTULO 17

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31 de diciembre de 1991, Madrid:

Llevábamos ya más de diez días de gira, yendo de ciudad en ciudad, sin apenas descanso alguno, pero aun así éramos felices, los 4 lo éramos.

Si es cierto, que había días mejores y otros peores, especialmente Kurt. Algunos días le veía sonreír, beber y disfrutar de mi compañía, pero otras veces notaba como este quebraba, le veía llorar en rincones o por la noche, cuando él pensaba quee yo dormía lloraba, lo hacía en silencio, y sí, tenía realmente miedo a perderle, pero intentaba no pensar en eso.

- Intenta olvidarte de eso.

Me decían Krist y Dave, que, aunque estaban preocupados por él, intentaban no mostrar su estado de ánimo delante de mí.

- Hoy vamos a disfrutar, que es el último día del año.- Me dijo Dave.

Y no, no se equivocaba, era día 31 de diciembre, y en apenas unas horas estaríamos en 1992. Estábamos en la capital de España, en Madrid y el día anterior habían tocado delante de cientos de personas, pero el último día del año, les habían dejado descansar y les habían propuesto quedarse en la ciudad de Madrid a pasar fin de año.

- Pues no es mala idea.- Dije yo sin dudarlo, ya que desde siempre, me había gustado aquella ciudad y su gente.

- Podemos ir a la Puerta del Sol, allí habrá bastante gente y podremos pasarlo bien y beber... ya sabéis.- Comentó Dave.

Kurt estaba en el rincón de la habitación donde nos encontrábamos fumando, no había hablado hasta entonces.

- Por mí sí.- Krist al oír la palabra beber no dudo en ceder.- ¿Y tu Kurt, que opinas?

Todos miramos al rubio, este levantó la mirada y apagó el cigarro.

- Joder, vamos a celebrar todo lo que hemos conseguido, que ya es hora.

Y se levantó de la silla donde estaba sentado.

- Ya son las ocho y media, así que deberíamos ir vistiéndonos y esas cosas para salir de aquí aun rato y que aunque sea nos dé tiempo a visitar esta ciudad.- Kurt seguía hablado.- Que Amy quiere visitarla y yo no se lo voy a impedir.

Yo, me sonrojé y no pude evitar sonreír. Kurt era tan bueno y se preocupaba tanto por mí.

- Venga idiotas, a moverse, que si no no llegamos.- Exclamé y después les indiqué a Dave y Krist que era momento de que se fueran a su habitación, ya que nos encontrábamos en la de Kurt y mía.

- Ya nos vamos, tranquila, eh.- Rio Dave y luego me abrazó, Krist hizo lo mismo.

Cuando salieron de la habitación, Kurt se encontraba pensativo delante de su maleta, no paraba de mirarla.

- ¿Qué te pasa Cobain?- Me acerqué por detrás y le abracé. Su cuerpo era delgado pero suave.

- No sé que ponerme...

- ¿Tú eres mi Rubio? ¿Seguro?- Me extrañaba que le diera importancia a la ropa que iba a levar, nunca lo hacía.

- No sé, me apetece ponerme algo especial.- Dijo él.- Sé que te hace ilusión estar en Madrid y bueno... quiero que seas feliz...

- Kurt... lo que menos me importa es la ropa que lleves.- Reí por como se comportaba Kurt, a veces era tan tierno y cursi a la vez.- AL fin y al cabo todo te queda bien

Vi que no decía nada y seguí mirando fijamente la maleta.

- Mira ponte esto... y esto.- Cogí de la maleta unos tejanos negros que jamás había visto, pero que me llamaron la atención y un jersey gris.

- ¿Quedará bien esta chaqueta?- Me enseñó un cárdigan negro.

- Te he dicho que todo te queda bien.

Tampoco mentía cuando dije eso

Bueno, el Rubio ya tenía la ropa elegida, peor yo ni siquiera sabía que ponerme, así que eché un ojo a mi revuelta maleta y con una cerveza en la mano, elegí un vestido de color negro y terciopelo y me lo puse, acompañándolo con una chaqueta fina.

- Que guapa eres Amy Miller.- Oí la voz de Kurt detrás de mí y no pude evitar girarme para mirarle.

- Te quiero Rubio.- Dije antes de fundirme en un beso.

Sus labios estaban húmedos y sus mejillas frías.

- Estás frío Kurt.- Susurré en un momento en el que nuestros labios se separaron.

- Miller.- Le encantaba llamarme así.- Cállate y bésame.

Y así hice, agarré su cintura y lo pegué a mi cuerpo, ahora él besaba mi cuerpo e iba bajando lentamente. Pude notar como mi cuerpo se iba calentando y comenzaba a sudar, sentía verdadero placer al notar sus labios sobre mi piel.

Comenzó a desabrocharme la chaqueta que llevaba puesta y después el vestido, pero justo entonces, el bajista entró a la habitación.

- Siento interrumpir.- Dijo tapándose los ojos a modo de burla.- Pero podéis hacer esto en otro momento, ahora deberíamos de salir que si no no llegaremos.

- Como tú digas.- Exclamó Kurt recogiendo del suelo mi chaqueta y colocándomela de nuevo.

Y así, salimos del hotel los cuatro, yo de la mano de Kurt y a nuestro lado Dave y Krist. Caminábamos por las calles de la capital mientras hablábamos de nuestras cosas, reíamos y disfrutábamos, parecíamos estar felices, aunque fuera solo por un rato.

- Se oye a bastante gente por allí.- Exclamé yo echando a correr, detrás de mí Kurt, Dave y Krist.

- No corras tanto.- Dave apenas podía hablar, estaba cansado de correr, además iba con el cigarro en la mano.- Esperadme.

Pero para entonces, ya habíamos recorrido algunas calles y habíamos llegado hasta la Puerta del Sol, el lugar donde la gente se reunía y esperaban a que las campanas que indicaban que el año 1991 había acabado y que comenzaba un nuevo año.

Era una plaza grande, llena de gente, en una zona había un campanar y al lado, un hombre y una mujer vestidos de gala. La mujer llevaba un vestido blanco y largo, y el hombre un traje. Aquellos debían ser los hombres que saldrían en la televisión española anunciando que un nuevo año daba comienzo.

- Esto es muy bonito.- Dave acababa de llegar, exhausto después de haber tenido que correr.

- Sí lo es.- Yo estaba realmente emocionada porque siempre había soñado con venir a Madrid y ver sus calles y gente.

Kurt se acercó y depositó un beso en mis labios, luego me abrazó y sonrío. Krist, por otro lado, iba a lo suyo, se había adentrado entre la multitud sin avisar.

- Krist, espéranos.- Gritó Kurt.

Había realmente mucha gente allí, la mayoría de ellos con bebida en la mano.

- Oye ¿Y si vamos a por algo de bebida?- Preguntó Dave, seguía cansado de correr.

- Vamos, allí hay un puesto donde seguramente vendan alcohol.- Acabé diciendo yo.

Dave y yo, dejamos a Kurt y Krist allí, entre la multitud, y nos dirigimos al pequeño local que parecía vender bebida. Allí cogimos la cantidad suficiente al alcohol para pasar un rato y volvimos al lugar donde los dos chicos estaban.

- Mira.- Me dijo Dave señalándome a Kurt, el cual se situaba a unos metros de mí. Este estaba hablando con una mujer, si no me equivoco estaba escribiendo en un papel.

Caminé rápidamente hacia él y le abracé por detrás, al ver aquello, la mujer, miró por última vez a Kurt y Krist y se despidió amablemente.

- Era una... ¿Fan?.- Exclamó Kurt.- No me gusta llamarles así.

- Es lo que tiene ser un personaje público y cada vez lo notarás más.

- Sí, la fama tiene un precio.- Acabó por decir Krist.- Menos mal que soy el bajista y a mí la gente apenas me reconoce.

Kurt suspiró, odiaba que Krist hiciera esos comentarios, ya que consideraba que los tres eran igual de importantes y todos eran esenciales para el funcionamiento de la banda.

- Bueno que... a ver si empieza ya esto.- Quise cambiar de tema.

Ya eran las once y cuarenta y allí no había nada más que ruido y música.

- Si porque llevamos aquí un buen rato y lo único que hemos hecho es beber y estar en medio de mucha gente plantados.

Y justo entonces pude oír una voz que hablaba por un micrófono, eran aquella mujer del vestido y el hombre del traje, que iban a decir unas palabras antes de que sonaran las doce campanadas, el caso es que hablaba en castellano y, por tanto, ninguno de nosotros entendía nada.

- ¿Qué dice?- Exclamó Dave riéndose.

- Creo que está diciendo que tienes cara de rata.- Contestó Krist.- Idiota, ni tú ni nadie lo entiende.

- Bueno...- Me metí en la conversación.- Mi abuela por parte de madre era española y aunque mi madre no lo fuera, ella si sabía castellano, yo siempre tuve interés por aprender el idioma y visitar España.

- Entonces ¿Sabes castellano?- Kurt parecía sorprendido, no se esperaba eso de mí, ya que yo era de Londres, la gran ciudad de Inglaterra y allí solo se habla inglés, además jamás le había hablado de mi abuela materna ni de sus orígenes.

- Algo si sé, pero muy poco.

Y no mentía, mi madre cuando era niña intentó enseñarme, pero siempre me cansaba de escucharla hablar y acaba por irme a jugar o pintar.

Así que sin entender apenas más de cuatro palabras, esperamos a que acabaran de hablar. En ese momento todo el mundo estaba callado y de fondo, tan solo se podía oír la música que animaba en cierta manera el espacio.

Y por fin, después de más de diez minutos de chrla se callaron y anunciaron que en tres minutos sonarían las campanas.

- Toma, coge las uvas.- Dijo Kurt acercándome un recipiente, parecido a una copa, que contenía 12 uvas. En España, es tradición tomar doce uvas junto a las doce campanadas que indican el final del año y el inicio de uno nuevo.

- Gracias.- Le besé.

Y así, los cuatro unidos, juntos, con nuestras copas en la mano esperamos a que las campanas sonaran.

- Feliz año nuevo.- Anunciaron de nuevo los dos hombres que antes habían hablado.

Kurt me besó y luego abracé a Krist y Dave, los cuales saltaban de alegría. Iban ya bebidos.







Kurt Cobain, la historia jamás contadaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon