CAPÍTULO 2

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Se acercaban los nueve y media de la noche, hora en la que el grupo de música Nirvana, al cual no había visto antes y del cual tampoco había oído hablar, iban a hacer un concierto en aquel bar de mala muerte. Lo cierto es que no tenía muchas expectativas e iba para pasar un buen rato y desconectar, también para estar lejos de aquella oscura y apagada casa.

- ¡Bienvenido a todos y todas, nosotros somos Nirvana!- Exclamó emocionado el que parecía ser el cantante de aquella banda, también, había un bajista que parecía ser muy alto y un batería que se situaba al fondo del escenario. Eran tres los que tocaban.

Al principio lo cierto es que no me fijé muchos en ellos.. . ni en sus caras, pero después me di cuenta de que el cantante, era el mismo chico del día anterior, aquel de cabello rubio, largo, hasta los hombros, ojos azules, no muy alto y de constitución delgada. Me quedé mirándolo y noté como él también desvió su mirada hacia mí. Me sorprendí y al ver que sonreía, imité el gesto y emití una sonrisa de oreja a oreja.

Comenzaron tocando una canción llamada About a Girl y continuaron con Blew. Eran canciones grunge, un movimiento que se había iniciado en Seattle hacía tan solo unos años.

Se pasaron algunas horas tocando canciones suyas propias, pero también covers de sus bandas preferidas.  Entre ellas David Bowie o The Beatles.

El cantante, también parecía sentir admiración por los Beatles y su música, al igual que yo,  y cabe decir que eso, llamó mi atención.

Después de estar un rato de pie, entre la multitud del bar, ya cansada, decidí sentarme en una de las sillas de la barra y pedirme algo de beber para quitar la sed que tenía. Me pasé allí un rato, hasta que el concierto acabó y los tres chicos se despidieron seguidos de aplausos y gritos del público.

Entonces noté como alguien se sentaba a mi lado. Era el chico rubio. De nuevo me miró, no pude evitar perderme en sus ojos.

- ¿Bebes?- Me preguntó.

Yo me sorprendí.

- Solo lo hago en ocasiones especiales...

Él, le hizo un gesto al camarero y este nos sirvió dos cervezas, una para cada uno.

- Esta es una ocasión especial, porque ya te puedo asegurar que nunca habías hablado con alguien tan inútil como yo.

- Gracias.- Dije pegándole un sorbo a la bebida que acababan de traer.

- Por cierto.- Habló él.- Soy Kurt... Kurt Cobain.- Me extendió la mano y yo le imité.

- Encantada Kurt, yo soy Amy Miller.

Se rio y por lo bajo oí, "que bonito nombre, Amy". No pude evitar sonrrojame.

- ¿Que te ha parecido el concierto?- Continuó hablando.

- Joder... sois muy buenos. Yo toco la guitarra también, pero no lo hago igual de bien que lo haces tú, tienes un manejo increíble con el instrumento y tambiéncon la voz.- Le dije algo tímida.- Tienes una voz suabe y rota... tiene algo especial.

Él se limitó a sonreír... su sonrisa era tan bella.

-¿Así que la guitarra?

- Así es.- Contesté yo.- Cuando me mudé aquí, que para ser exactos fue ayer cuando llegué a este pueblo, me traje conmigo mi guitarra, era algo que no podía faltar. La necesito para ser feliz supongo...

- Eres nueva por aquí entonces?.- Suspiró.

- Sí, he heredado la casa de mi padre después de que este muriera...

Kurt Cobain, la historia jamás contadaWhere stories live. Discover now