Capítulo 20: «Fantasías extrañas» 🦋

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A la mañana siguiente el calor en mi cuerpo hizo que despertara más temprano de lo normal, podría apostar que eran alrededor de las ocho de la mañana.

 Excelente, primer día libre y me levanto temprano.

—Deja de moverte.

¡Ojo! Que las almohadas no hablan.

Todas mis alertas se encendieron y sin siquiera pensarlo me alejé de aquel cuerpo, y en el proceso caí al piso gritando a causa del dolor, mi trasero dolía y no era de más decir que mis ojos se hicieron agua por la molestia.

—Joder, —es voz, esa... esa jodida voz —¿Estás bien? No sabes cuánto lo... —Y sus labios se cerraron abruptamente y en su lugar sus ojos se abrieron como platos. —¿Amorcito?

—¿Ro-drick? —Mis mejillas se encendieron bajo la atención de su mirada, sus ojos me veían con atención a pesar de estar semidesnuda. Amaba su forma de ser, él... él me respetaba de todas formas y podría decir si alguien me preguntara que esa fue una de las razones por las que me enamoré de él.

—Estás tan hermosa, —su cuerpo salió de la cama y se exhibió en su máximo esplendor, está más fuerte y definido, se veía mucho mejor que antes —como siempre. —Agregó. Sus manos tomaron mi cuerpo ayudándome a subir de vuelta a la cama. Nos subimos completamente, por lo que, crucé mis piernas como mariposa y él de igual forma.

—Dios, per-o ¿Cómo es que estás aquí? Después de tanto... —Lo miraba en todas partes, de todas formas, no podía creer que su mirada estaría sobre la mía después de tantos años.

—Hay algo que llaman avión, ¿has oído de ellos, amorcito? —Sin poder evitarlo golpeé su hombro haciendo que este hiciera una mueca de dolor, pero evidentemente era fingida.

—Eres un idiota, ¿sabes? —Él sonrió de lado asintiendo.

—Me lo decías seguido, —su mano derecha viajó hasta mí, acariciando mi mejilla y pasando sus manos por el pelo —veo que te sigues cortando el cabello y que tu cuerpo y mirada dicen más que tus labios. Te he extrañado, Maddox. —El oír mi nombre a través de sus labios, a través de esos labios que pertenecían a mi primer amor, a esos labios que besé y amé primero, era una sensación indescifrable.

—Yo también te he extraño, Rodrick.

—¿Tienes novio u novios, amorcito? —Yo negué mientras su mano aún seguía en mi mejilla dejando caricias, —sabes que siempre he respetado que alguien tenga una relación, —asentí —por lo que si te beso no hay problema.

—No tengo novios, Rodrick. —Sus labios diseñaron una ligera mueca.

—No salías llamarme así, era tu Rori, era tu amor, ¿aún lo recuerdas?

No sabía que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, pero me gustaba y no quería que aquel momento acabara, quería que se congelara mientras me sentía amada bajo esa mirada.

—Sí lo recuerdo, Rori. —Susurré. Sus manos se movieron rápidamente deshaciendo el enrede de mis piernas y halándome hasta él, mi rostro quedó a centímetros el mío y la sensación que me estaba abrazando me gustaba, pero...

—¿Puedo tocarte, Maddox? —Mis labios entreabiertos formularon un ligero sí, y cuando su mano derecha que antes estaba en mi mejilla descendió por mi cuerpo cerré los ojos ante la sensación. Sus dedos fueron a uno de mis pezones haciendo un ligero tire. Jadeé abriendo los ojos y encontrándome con sus ojos y pupilas dilatadas.

Admito que las cosas que estaba sintiendo me gustaban, eran delicadas y no estaban abiertas a ninguna comparación.

—¿Te gusta cómo se sienten tus manos sobre mi cuerpo? —Hubo una leve sorpresa en su mirada.

Entre dos tentaciones prohibidas: Sintiéndolos. [+18]Where stories live. Discover now