Capítulo 2: «¿Quieren?» 🦋

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       Mis ojos fueron hasta Nataly.

—¿Quieren? ¿Cómo? —Ella sonrió nerviosa mirando el suelo, como si la estupidez que había dicho estuviese en el.

—Dije quiere. Él te quiere a ti. —Melody bufó cruzando sus brazos.

—¿Cómo para que o qué? —Preguntó, yo le di una ligera mirada y luego miré a quien sabía de qué trataría la conversación en ese momento.

—Para quitarte lo extra virgen. —Me reí por lo que dijo, pero rápidamente mi rostro volvió a la realidad elevando una de mis cejas pesadas.

—No es para nada divertido, Nat. No me da risa. —Pero mis ganas de partirme de risa me delataban en ese momento.

—¡Ay por favor! Te urge que te cojan, por eso estás siempre con ese amargue en tu rostro. —Me respondió Nataly.

—Ella es una aburrida, ¿Que esperabas? —Soltó Melody, me removí incómoda sobre mis pies, quise decirle algo, pero lo guardé para mí.

—¿Nos quedaremos aquí o iremos a la fiesta? —Agregué, pero era obvio que ya quería irme a mi casa, lo que había pasado con Owen había hecho que me desanimara y qué decir de ir a casa... No quería ir a ningún lado.

—¿Estás bien? —Me preguntó Nataly poniendo una de sus manos en mi hombro, yo asentí para ella y seguido de eso las tres bajamos las escaleras. La atención recayó en nosotras de alguna forma y mientras yo trataba de ocultarme, mis amigas lo disfrutaban. Al llegar al final de las escaleras vi a Melody ser observada por Owen.

Lo siguiente que vieron mis ojos hicieron que mi corazón latiera fuerte, pero no era emoción, era traición, dolor. Los labios del chico que me había gustado casi toda la vida habían besado los de una de mis mejores amigas, yo...

Y cuando nos volvemos fríos nos tachan de insensibles, sin saber, sin conocer, sin haber estado en nuestras vidas cuando los seres que más queríamos enfriaron nuestra alma.

Ella no tiene la culpa, él no me vio de la misma forma nunca, pero... Era mi amiga, ella lo sabía, ¿No se suponía que eso era intocable? ¿Los amores de las amigas?

Un bullicio comenzó, la música se elevó, Nataly la miraba con enojo, pero le sonrió justo como yo lo hice cuando volteó. Vi} como ella caminó hacia mi y se acercó a mi oído.

—Nunca se iba fijar en ti, te ahorré la humillación.

Esa pe... No, no.

Mi cuerpo se movió entre la multitud, choqué con varias personas, pero logré salir del lugar, tenía ganas de llorar, de subirme a la torre más alta y tirarme de ella.

¿Nunca podré ser suficiente y feliz? Con uno me sería suficiente.

Vi la luz de una de las mansiones y la forma del jardín me llamó la atención. Estaba un poco lejos por lo que mientras avanzaba el sonido de la música era menos.

El estruendoso sonido de un claxon hizo que de mis labios saliera un grito y que me quedase estática en mi lugar, vi hacia donde ahora se encontraba detenida y no me sorprendió en lo absoluto ver a una camioneta negra con los cristales del mismo color, me hice a un lado para que pudiese pasar, pero lo que noté fue una puerta siendo abierta.

Este es el momento de mi vida donde me secuestran, me matan y me hacen ir hasta Diosito.

Mis labios se entreabrieron y mi corazón latió con rapidez, sentí esa misma sensación cuando los vi por primera vez a ellos, cuando me dejé tocar por ellos, cuando sentí cosas inimaginables con ellos.

Entre dos tentaciones prohibidas: Sintiéndolos. [+18]Where stories live. Discover now