Capitulo 8: «Necesidad» 🦋

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Mini maratón 1/2.

                            




                         El sol se había puesto de una forma hermosa, el día estaba oscureciendo con su acostumbrada lentitud haciendo que personas empezaran su día que era noche, mi hermana estaba sentada en una de las mesas del centro donde no se podía escapar de mi vista, ella se encontraba haciendo garabatos en uno de sus cuadernos de dibujos mientras yo terminaba mi turno.

—Gracias por su compra, regrese pronto. — Le sonreí a la chica que había ordenado un pastel para llevar.

Al ver que no había ningún cliente salí detrás de la barra caminando hasta mi hermana, al sentarme frente a ella esta me sonrió con dulzura, algo en definitiva había cambiado... creo que tal vez su vida había tomado un poco de forma, ahora no estaba tan sola, me tenía a mí; estaba desde siempre, pero éramos un poco más unidas y me gustaba.

—¿Qué dibujas? —Pregunté.

—Una rosa, le estoy dando el ultimo toque a las espinas, pero no salen tan bien. —Su rostro se arrugó por la molestia que sentía en ese momento.

—Mmm... quizás estás tratando de que se vean como la parte pequeña que siempre hace daño y no te estás enfocando en que no decidieron ser así, mientras las hagas trata de contar una historia, como si en verdad quisieras contarla. —Ella me miró analizando mis palabras, yo la miré analizando su expresión.

—Son solo espinas.

—Exacto... son solo. —Mi cuerpo se levantó como si fuese un resorte al oír el sonido de la campana sonar. Al voltear vi a la chica que en ese día le tocaba el turno de noche.

—¿Qué hay Mad? —Una sonrisa fue hasta ella, caminé saludándola con un beso en la mejilla.

—Bien, Gayle, ¿tú que tal? —Hablamos por unos minutos, los cuales pasaron volando dado que ella tenía que ponerse el delantal y yo debía quitármelo.

Mientras me despojaba de mis prendas de trabajo aquel apellido vino a mi mente mis ojos se abrieron como platos. —¡ME CAGO EN...! —Quise gritar en ese momento, mi labio inferior fue mordido por mis dientes mientras reprimía un grito. Ellos vendrían y estaba con mi hermana, ¡carajo! Me sentía presa estando libre, sentía un compromiso con ellos y no había nada de por medio, pero estaba obligada.

—¿Todo bien? —Preguntó la chica que cocinaba. Elley era así de atenta, pero en ese momento lo que más quería era que la tierra me tragara. Yo asentí y salí de la habitación de empleados, quizás estaba siendo paranoica, ellos no sabían mi horario de trabajo.

¿o sí?

Al salir –no sin antes arreglar mi vestido– fui directamente hacia donde estaba mi hermana, la tomé del brazo dirigiéndonos hasta la salida, cuando logramos salir solté todo el aire que estaba conteniendo gracias a mi nerviosismo, mi mano derecha soltó el brazo de Madison y peinó mi pelo repetidas veces a causa del nerviosismo.

—¿Todo está bien? —Curioseó mi hermana.

—Sí, Maddox, ¿todo está bien? —La voz a mis espaldas hizo que me tensara, ella era baja, pero a la vez fuerte y gruesa, era varonil y sensual. Mi cuerpo giró y me encontré con quien menos esperaba en ese momento.

—¡Hey! —Saludé. Aquel era el chico que se había subido conmigo al bus y me había preguntado si se podía sentar a mi lado.

—¿Cómo has estado? —Me preguntó mientras sonreía para mí y extendía su mano para saludar a Madison.

Entre dos tentaciones prohibidas: Sintiéndolos. [+18]Where stories live. Discover now