Capítulo 37: «Tres»🦋

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Maddox Harrinson.

Cuando llegamos al lugar donde comeríamos el ambiente ya se encontraba mucho más relajado, pero para mi no estaba resuelto del todo, mi corazón quemaba, sentía como si mi pecho ardiera. Pero cuándo sonreía era con sinceridad y al hacerlo no me sentia incomoda o como si estuviese siendo una maldita infiel. Supongo que eso estaba bien.

Para mi almuerzo pedí una hamburguesa con papas y Gabriel lo hizo de igual manera, pero en su caso la había pedido vegetariana, yo evité hacer una mueca o algún comentario y solo me limité a sonreir cuando él le dio una mordida a la suya sonriendome. Al final del día, a pesar de todo era mi amigo, por lo que sonreí de igual forma para el.

De forma epica y con un entrada magistral, mis novios pasaron por la puerta del restaurante, negué con la cabeza y elevé una de mis cejas mirandolos con reprimenda.

—Hola, nena —le sonreí a Lucien quién se acercó a darme un beso en los labios, Leroy se limitó a darme un asentimiento con la cabeza. Parecía estar enojado conmigo por algo, y yo sabía perfectamente el porqué, pero me daba igual, no iba a dejar que me azotara.

Hacía dos noches había estado con ellos y tuvimos una de las muchas noches de pasión que se formaban solo al mirarnos a los ojos, Leroy salió con un latigo en sus manos con una intención clara en los ojos, pero yo no estaba dispuesta a permitirlo y desde esa noche tenía una molestia coqueta e infantil hacia mi.

—¿No me besarás?—pregunté cruzando los brazos, noté como Gabriel volteó la mirada siguiendo en lo suyo.

—Mmmm, el ambiente se siente un poco pesado aquí, ¿ya lo rechazaste nena? —Lucien dijo derrepente uno de sus tantos crudos comentarios, me limité a mirarlo con seriedad.

—Que lastima que lo hicieras, me hubiese gustado tener a quien azotar, ya que mi novia no quiere complacerme —mis ojos se pusieron en blanco.

—Me gustaría hacértelo a ti, ¿eso te gustaría?

—Si eso te complacerá, desde luego, he nacido para ser tu esclavo nena.

No respondí nada, sabía que estaba tratando de hacerlo para que yo diera mi brazo a torcer y ceder ante sus deseos. Leroy era quién de los dos me lograba persuadir con más facilidad, antes, Lucien era quien siempre me trataba borde y con un ápice de sequedad, pero ha cedido y es ahora quién más comprometido está en todo esto, supongo que estoy completamente amarrada a ellos.

—¿Y qué tal les fue en la reunión?

—¿Cuál reunión? —respondió Lucien en el hueco de mi cuello, me besaba mientras sus manos se paseaban por mis muslos.

Noté como Leroy junto a Gabriel abrían los ojos sorprendidos, ambos miraron a mi novio como si fuesen capaces de matarlo a través de sus miradas, yo sonreí negando con la cabeza.

—Voy a ignorar las ganas que los tres tenían de esto y la forma en la que querían de alguna forma hacerlo a la fuerza. Ahora, debo irme.

—Te llevamos —negué con la cabeza poniendome de pie. Esperé recibir algún reproche, pero los tres asintieron.

Al salir por la puerta tragué el nudo que había en mi garganta, pero eso no evito que las lagrimas salieran de mis ojos, traté de no llorar de nuevo delante de él, quise ocultarlo, pero aunque estabamos hablando normal y teniendo buenas conversaciones; los cuatro sabiamos que algo andaba mal, y aunque fuesemos buenos actores no podríamos fingirlo todo bien.

Llorar en la calle era una de las cosas que para mi estaba en mi lista de verguenzas, todos saben que llorar en la calle es una clara muestra de que tu mundo se está cayendo a pedazos y aunque ese no era mi caso, sentía que algunas cosas se estaban derrumbando. Había tragado la comida con dificultad, el nudo no dejaba que lo disfrutara, pero...

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⏰ Last updated: Jun 17, 2023 ⏰

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