capítulo veintinueve.

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Hay dos cosas que llaman mí atención una vez entró al gimnasio, la primera era que Itachiyama ganó el primer set y Fukurōdani el segundo, ahora en el tercero, iban 7 • 10, Itachiyama por delante.

La segunda fue... el uniforme de Itachiyama.

¡Es tan bonito, lo quiero!

Pero como no es posible a menos de que cambie de instituto

...

¡Fuera impulso de idiotez!

— Suzumeda–Chan —Saludó a la mánager de Fukurōdani que me devuelve el saludo con una gran sonrisa.

— Hola Hanako–San

— ¿Cómo van? —Me quedo junto a ella mientras miro a Akaashi–San armandola a Konoha–San que remata pero es hábilmente recibida por el libero de Itachiyama

— Bokuto–San tuvo uno de sus bajones pero ya sabes, como es normal lo pudieron controlar como siempre —Afirmó aunque escuchaba mucho alivio en su tono de voz.

— Ya veo —Asientó, escucho mucho bullicio a lo que miro la cancha, cuando veo al equipo de Itachiyama y quién iba a sacar abro los ojos de par en par.

¡Oh, pero sí ese era Sakusa–San!

...

¿Sakusa–San?

¡Cierto, cierto, ahora lo recuerdo!

¡Mí ángel de las bebidas es el as de Itachiyama, omg!

Lanza el balón y corre saltando para golpearlo, el saque iba bien para recibir hasta que en el último momento giro golpeando la linea de salida.

Me quede asombrada, aún más cuando el punto se marco dentro. Tras dos saques más finalmente Fukurōdani pudo detenerlo haciéndome suspirar aliviada.
El marcador rápidamente fue puesto en un 18 • 21, que si bien Fukurōdani estaba pisándole los talones a Itachiyama, no podía negar que el juego de ese equipo era asombroso

Y por supuesto, Sakusa–San tenía un manejo increíble del balón y de su cuerpo.

Celebro junto con Suzumeda–Chan y los animadores de Fukurōdani el asombroso directo de Bokuto–San que sonríe orgulloso tras anotar dos puntos seguidos.

— ¡Hey hey hey! —Levanta los brazos y suelto una risilla alegre ante la alegría tras marcar sus puntos

— ¡Muy bien, Bokuto–San! —Alagó y el voltea a verme a pesar de que mí grito no fue tan alto

— ¡Hanako–Chan! —Agita los brazos y yo vuelvo a reír sacudiendo mis manos como saludos.

Una gran sonrisa se planta en su rostro antes de volver la mirada a su equipo, el partido sigue intenso y con unas agradables jugadas para mis ojos. Sinceramente este partido era un deleite para todo aquel amante del deporte, e incluso para quienes no lo amaban.

La victoria parecía cercana a Fukurōdani, pero al final la victoria no pudo ser de ellos e Itachiyama bien merecidamente se la llevo con un marcador de 30 • 32

Aunque habían quedado como los segundos representantes de Tokio en las nacionales, lo cual seguía siendo asombroso

— Voy al baño —Digo a lo que Suzumeda–Chan asiente, me voy toda alegre al baño por qué mí vejiga no aguanta y no queremos que explote, ¿verdad?

Al salir del baño suelto un largo suspiro y sacó de mí bolsillo el teléfono que Kousuke–San me presto para no estar incomunicada, miro la hora, estaban por dar las tres de la tarde y yo ¡moría de hambre en serio!

𝖥𝗅𝖾𝗎𝗋 | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora