18. Verdad.

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—¿Ah? —preguntó Mikey, molesto—. ¿No te basta con dignarte a aparecer, a pesar de habértelo prohibido, como para también golpear sin motivo al comandante de la tercera división?

—Él no es ni será el comandante de la tercera división —respondió Tenshi, firme—. El comandante siempre será Pah, por lo que seré incapaz de aceptar esta mierda.

—No eres una miembro oficial, por lo tanto, no tienes el derecho de opinar.

—No, no soy una miembro oficial, pero después eres tu el que me busca para que esté a tu lado en estas malditas escaleras —La voz de Tenshi comenzaba a quebrarse, pero no sería capaz de llorar frente a todo Toman—. No soy una miembro oficial, pero mueres porque sea yo quien te acompañe en la conquista.

—Solo lo hago porque me conviene tenerte a mi lado —respondió Mikey, restándole importancia y haciendo que todos los allí presentes quedaran anonadados—. Está claro que es mejor que te vean como la chica del comandante antes que la de un subordinado, pero, al parecer, te gustó andar tomada de la mano de Chifuyu durante toda la reunión.

Los cuchicheos comenzaron al instante haciendo que Tenshi sonriera.

—No es de tu importancia lo que yo hago con mi vida.

—Así como tampoco es de tu importancia que Kisaki esté en Toman.

—Metiste a la pandilla a uno de los que, muy seguramente, estuvo involucrado en mi ataque aquel 3 de agosto y ni siquiera eso te importa —Su vista comenzaba a ser cada vez más borrosa—. Mejor jódete, Mikey. Ya estoy harta de todo esto.

—¿Entonces por qué sigues aquí, frente a mi?

Tenshi tomó aire y mientras aguantaba las lágrimas, se dio la vuelta sobre sí para ver a su alrededor. Al parecer, nadie, ni siquiera su hermano, estaría de su lado, por lo que solo se dignó a sonreír incrédula para intentar ocultar el dolor que le generaba aquel rechazo de quienes, creía, eran sus amigos. Por lo tanto, con una dignidad rota, pero con la cabeza en alto, comenzó a alejarse de todos. Evitaba toda mirada que se posaba en ella, con lástima, intentando demostrarle que, a pesar de no tener los huevos para apoyarla, la entendían, pero que su miedo hacia Mikey era mucho más grande que el recordar cómo casi la matan en medio de la noche.

Por otro lado, Mikey solo observaba como Tenshi también se alejaba de su lado. El pecho le dolía demasiado, a decir verdad, pero no sería capaz de demostrarlo. No conocía a Kisaki, así como tampoco sus verdaderas intenciones, por eso, aquella era la única forma de mantenerla a salvo y sus más allegados lo sabían muy bien.

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Tenshi frenó su moto fuera de la casa de Takemichi quien ya se encontraba esperándola afuera. Con una sonrisa, el rubio se acercó a ella.

—¿Cómo estás, Tenshi-san?

Tenshi no despegó su vista del frente. Recién habían pasado tres días de aquel incidente y todavía no podía procesarlo.

—¿Quieres dar un paseo? —preguntó Tenshi, evitando la pregunta de Takemichi.

Takemichi asintió y, un poco dudoso, se acomodó en la parte trasera de la motocicleta. Cuando Tenshi se aseguró de que su acompañante estaba bien acomodado, arrancó nuevamente a toda velocidad haciendo que el rubio se asustara un poco.

El viaje hasta el muelle fue tranquilo y silencioso. Tenshi se encontraba sumergida en los cientos de pensamientos que su cabeza formulaba cada segundo, mientras que Takemichi pensaba, muy confundido, porqué ella había pedido verlo. Si bien ambos tenían una buena relación, jamás pasaron tiempo a solas y, eso, lo llegaba a incomodar un poco.

Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora