02. "Un poco de historia".

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5 de julio, año 2005

Volvió su vista a la ciudad de Shibuya que se encontraba gratamente adornada por las grandes luces que alumbraban y coloreaban una noche llena de miserias disfrazadas de lujos y lleno de cuerpos frágiles escondidos detrás de un discurso de empoderamiento. Shibuya se distinguía por ser un libro abierto de fantasía capaz de cumplir tus más grandes metas. Podías encontrarte a personas con familias, comunes y corrientes, así como también a funcionarios importantes y a las grandes redes de trata que se camuflaban con el cuento barato de una nueva vida perfecta. Sin duda, Shibuya era la ciudad del "todo se puede".

Suspiró cuando volvió a recordar que aquella gran ciudad consumida por los excesos era su hogar desde que nació y aunque quisiese, siempre sería el sitio de donde salió su persona.

Fue abandonada en un burdel disfrazado junto a su gemelo cuando eran muy pequeños por lo que debieron acostumbrarse a la escasez y a aprender a cuidarse por sí solos. Si bien las personas que trabajaban allí siempre fueron (y son) de gran ayuda durante la crianza de los gemelos, nada sería igual si no tuviese a su lado a Draken, su hermano mayor, por sólo diez minutos.

Gracias a Draken ella sabía defenderse y hacerse valer por sí sola. No necesitaba de un príncipe que la salvase. Gracias a su hermano, creció con el pensamiento de que depender de un hombre de manera amorosa y afectiva era sinónimo de debilidad.

El silencio de su cabeza fue interrumpido cuando oyó, a unos metros detrás de ella, los gritos de su hermano y mejor amigo. Sonrió en lo bajo. Aquel par eran más que un dolor de cabeza para ella, pero aun así los amaba.

—Vuelves a decir algo sobre mi hermana y te mato, ¿oíste enano?

—¡Kenchin! —exclamó el más pequeño—. Sólo dije que tiene un bonito trasero, ¿por qué te molesta?

Tenshi se giró de inmediato, con el semblante serio, generando que aquellos dos tontos se asustaran.

—¿Pueden dejar de comportarse como dos idiotas? —preguntó con desgano—. Tengo hambre y ustedes me están retrasando.

—¿Pero acaso no escuchaste lo que dijo este idiota? —preguntó Draken, indignado. Varias personas ya los quedaban mirando al pasar.

—¡Sólo dije que tenía un bonito trasero!

—¡Hijo de puta!

Draken le dio una patada en el estómago dejando sin respiración al menor. Tenshi suspiró mientras le sonreía a quienes pasaban y los quedaban mirando. Tras eso, volvió a suspirar y se acercó al par para tomar a ambos por las orejas y empezar a arrastrarlos hacia el burdel que no se encontraban a más de cien metros.

—¿Qué crees que haces, mocosa? —gritó Draken, dolorido, e intentando seguir los pasos rápidos de su hermana.

—Eres salvaje, Tenshi, me gusta —comentó Mikey, coqueto.

—¡Te mataré, Mikey!

—Draken, cierra la boca —El mayor miró a su gemela mientras seguían caminando a la fuerza. Ella miraba al frente, pero sabía muy bien que estaba enojada—. Dije que tengo hambre, así que vas a dejar de decir idioteces, vamos a llegar a casa y vamos a comer un rico ramen. Luego ves si es necesario matar o no al mocoso.

—¡Oye! —se quejó Mikey haciendo que los tres rían.

Los tres subieron al cuarto piso y se dirigieron directamente al cuarto de Tenshi. Al parecer, a Draken y a Mikey les gustaba pasar tiempo allí porque, según ellos, era más espaciosa y siempre olía rico. Aparte, tampoco negaban el hecho de que amaban observar las pinturas que realizaba la rubia. Tenía un gran talento para el arte y ellos eran sus admiradores número uno.

Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo RevengersTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon