03. "Líos amorosos".

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Un serio, pero muy consternado Chifuyu, observaba detenidamente como la rubia se acercaba a él con una sonrisa capaz de desarmar a alguien en tan solo segundos. Tenshi tenía un paso seguro, no flaqueaba en ningún momento y siempre miraba al frente. Toda esa seguridad que ella imponía, lo demostraba al captar todas las miradas que se encontraban a su alrededor, sin siquiera hacer algún tipo de esfuerzo. Siempre era el centro de atención, no importaba el lugar al que salieran, ni como vistiera, Tenshi siempre se llevaba todos los piropos. Sobresalía por sobre cualquier otra mujer. Solamente debía hacer presencia para que medio Japón esté a los pies de la reina.

Y, lamentablemente, él era uno de esos sirvientes dispuestos a dejar todo por aquella rubia.

No sabía en qué momento cayó ante los encantos de Tenshi ni cómo logró hacerlo. Quizá fue la primera vez que la vio aparecer junto a Baji-san aquella tarde de mayo o tal vez cuando, preocupada, curó sus heridas tras una pelea que Toman tuvo con una pequeña pandilla de Shibuya, no lo sabía, pero lo que sí sabía (y estaba muy seguro de eso), era que, por ella, sería capaz de arriesgar todo lo que tuviese a su alcance. Y su puesto como subcomandante de la primera división estaba incluido.

Tenshi se paró frente a Chifuyu levantando un poco la mirada para conectar con aquellos faroles turquesa y sin decir algo, se puso de puntitas de pie y depositó un corto beso en los labios del rubio.

—Hola, Chifuyu.

Matsuno le sonrió, tierno, a pesar de que siempre hacía lo mismo.

—Hola, Ten.

Ella lo miraba con una mirada brillante y una sonrisa que lo mataba por dentro. A veces, quería dejar de ser un cobarde de mierda y decirle todo lo que sentía, pero luego recordaba que ella amaba a su propio comandante y todo lo que por momentos creía que Tenshi podría llegar a sentir por él, se desvanecía.

Antes de subir a la moto, Chifuyu la tomó de la muñeca para volver a enfrentarse a ella, le gustaba mucho mirarla y aunque sus ojos no sean de los más exóticos, para él eran la cosa más hermosa del mundo. Ambos se miraban sin decir nada mientras que un par de ojos, muertos de envidia, los veía desde la altura. Quería ser él, quería poder besarla y hundirse en sus brazos como Chifuyu lo hacía.

—No estarás pensando en tirarte —comentó Draken, dudoso— ¿O sí?

—Solo hubo algo que llamó mi atención —respondió sin mirar a su mejor amigo. Prefería seguir castigándose y observar cómo Chifuyu le daba un beso en la frente a Tenshi.

—Voy a matar a Kiyomasa esta tarde, es un hijo de puta.

—¿Alguna vez te le declararás a Emma?

Draken quedó paralizado ante la pregunta del enano, no entendía por qué había metido a Emma para cambiar el tema de conversación.

—¿De qué mierda hablas, Mikey? ¿Acaso te golpeé fuerte hace un rato?

Mikey miró a Draken y sonrió falsamente.

—¡No es nada, Kenchin!

"Tenshi observó, preocupada, a los miembros que llegaban a la casa de Mikey luego de la disputa con otra pandilla de Shibuya. Estaba segura de que ganarían porque eran las personas más fuertes que había conocido, pero jamás creyó ver a Chifuyu con la cara llena de sangre y al borde de perder la consciencia.

—¿Qué le pasó? —preguntó Emma. También estaba preocupada.

—Los cobardes usaron una varilla de hierro y antes de irse le dieron en la cara. —contó Baji. Él era el más afectado ante lo ocurrido con Chifuyu.

Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo RevengersWhere stories live. Discover now