Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo Revengers

14. Disculpas.

La mañana estaba siendo bastante tranquila.

Tenshi se encontraba realizando los últimos trabajos extra que sus profesores le habían preparado para poder pasar de año. A pesar de que había sido una pésima alumna durante todo su último ciclo lectivo, el cuerpo docente decidió darle una oportunidad con la esperanza de que entregaría todo en tiempo y forma (algo en lo que se estaba esforzando demasiado por demostrar). Por otro lado, Draken leía atentamente los mensajes que Emma le había enviado mientras se encontraba tirado en el sillón que le habían colocado en la habitación para que su estadía no sea tan incómoda.

—¡Tenshi-san! ¡Vine a verte!

Los gemelos miraron con espanto a Takemicchi, quien vestía de la manera más ridícula que alguna vez pudieron ver en sus cortas vidas.

—¿Cómo has estado?

—Oh, mira quién vino, Kenchin —comentó Tenshi, riendo.

—¿Ah?

—Deja de hacer el ridículo, Takemicchi.

El rubio miró desconcertado a Draken.

—No estaría entendiendo nada de lo que dicen.

—Basta con mirarte para darnos cuenta —se metió Draken—. Recibes un mínimo de atención y dejas que se te suba a la cabeza.

—Eres patético —agregó Tenshi.

Enojado, Takemichi se quitó los lentes.

—Ustedes nunca lo entenderían, pasé toda mi vida en las sombras...

—¿Ah? Das asco igual —dijo Tenshi.

Takemichi se acercó a Tenshi.

—¡Nunca nadie me había admirado! ¡Déjenme disfrutarlo un poco!

—¿Y encima lo admites? —le preguntó Draken con una sonrisa burlona.

—Envidiosos —comentó dándole la espalda a los gemelos—. Tenshi-san, primero dices que me debes una y luego cambias cuando te sientes mejor.

Sin darle importancia, Tenshi dijo:

—Toma.

Takemichi se dio la vuelta, confundido.

—Te lo dejó Mikey —dijo dándole una bolsa—. Me pidió que te lo diera.

Takemichi sacó lo que había dentro de la bolsa y se quedó perplejo ante lo que tenía en manos.

—¿Un uniforme de pandilla?

—Es de Mikey, cuando formó la Toman —le respondió Draken, tirado desde su sillón—. En la Toman importa tanto como nuestras vidas.

—¿Y por qué me daría esto?

—Es asunto tuyo si decides usarlo o no —dijo Tenshi con una sonrisa—, pero él quería que lo tuvieras de todos modos. Takemicchi, salvaste a la Toman... todos sabemos eso. Nosotros incluidos.

Tenshi salió de su camilla para quedar frente a frente con Takemichi. Luego, como pudo y a tientas, hizo una pequeña reverencia, evitando el dolor de su herida.

—Gracias, Takemicchi... cuida bien del uniforme.

Takemichi le sonrió para luego observar mejor el uniforme.