10. "Regalo".

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Con pesadez, volvió a tomar el pincel e intentó concentrarse en terminar las sombras del último dibujo que estaba realizando. Luego de pensar bastante en lo que podía presentar, y basándose en que aquel año habían trabajado con la temática "paisajismo", cayó en cuentas de que jamás había incluido a la Toman con el arte por lo que decidió tomar al santuario Musashi como protagonista principal para su trabajo integrador de ese año. Observó detalladamente la obra que estaba realizando: era Mikey, solo e imponente sobre las escaleras, siendo iluminado solamente por la luz de la luna. Se encontraba utilizando de manera correcta cada tono frío que, ella creía, le daría al espectador aquella misma presencia escénica que tenía el enano en la vida real. Sonrió satisfecha. No veía la hora de mostrarle todo terminado a sus amigos.

Sabía que todo trabajo debía seguir siendo mucho más perfecto que los anteriores para seguir obteniendo la beca para su último año, así que por nada en el mundo debía dejarse llevar por la impaciencia. Debía terminar todo de manera lenta y sensata, probando, primero, cada color que, creía, debía usar y luego pasándolo de manera correcta al lienzo.

Desde muy pequeña comenzó a dibujar y a pintar, pero no fue capaz de perfeccionar aquel don hasta los nueve años, edad en la que logró conseguir una beca en un curso pequeño de dibujo inicial. Allí comenzó con técnicas y dibujos básicos como personas y animales en blanco y negro. Dos años después se aburrió de sólo trabajar con lo mismo, sintió que debía perfeccionarse en otras áreas, así que se animó y pidió una beca en "Arte y Entretenimiento", una escuela prestigiosa de Shibuya que tiene como objetivo preparar a los nuevos artistas independientes de la generación. Se esforzó durante un año entero hasta que fue aceptada con una beca completa. Sonrió al recordar que aquello fue causa de festejo entre sus amigos. Ellos parecían mucho más felices y conformes que ella misma.

Antes de proseguir, un inquieto Draken entró a la habitación sin siquiera golpear la puerta haciendo que Tenshi se sobresalte.

—¡Draken, idiota! ¿Qué mierda te pasa? ¡Casi me haces cagarla!

—¡Lo siento! ¿Sí? Necesitaba hablar contigo sobre algo.

—Cuéntame mientras termino mi trabajo.

Antes de comenzar a comentarle a su hermana lo que le estaba sucediendo, observó las otras tres obras que se encontraban acomodadas, muy ordenadamente, sobre su escritorio. Admitió que se sorprendió al ver al santuario Musashi, pero su asombro fue más cuando se vio a él dibujado y pintado en acuarelas. Éste aparecía parado sobre las escaleras en las que Mikey siempre hablaba, de perfil y dejando ver el dragón que llevaba en su cabeza mientras se encontraba observando el atardecer. Sonrió nostálgico al ver de lo que era capaz su pequeña hermana. Estaba muy orgulloso. Cada año, Tenshi demostraba que podía romper aún más barreras con su mismo talento, algo que le recordaba mucho a Mitsuya.

A veces, deseaba poder darle otra vida a Tenshi, una muy distinta a la que tenían en aquel presente y sabía que se solo se esforzaba para conseguir aquel objetivo. Para nada quería que ella se viera involucrada en una vida criminal, quería darle lo mejor y pensaba romperse el culo con tal de ver a su pequeña hermana brillar.

Mientras seguía observando los otros dos trabajos hechos por su hermana, Draken comenzó a hablar:

—Emma me invitó al festival.

—¿Y qué tiene de malo eso? —preguntó Tenshi, tranquila, sumergida en su lienzo.

—¿Cómo se supone que debería actuar? —le preguntó éste, con miedo—. Soy pésimo para esas cosas.

Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo RevengersWhere stories live. Discover now