07. "Crush".

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Tenshi bostezó mientras jugaba con el lápiz que tenía entre sus manos. Sabía que estaba en clase de matemática, pero no podía descifrar cuál era el nuevo tema que estaba explicando su profesor, aunque, a decir verdad, tampoco le importaba mucho, estaba tan inmersa en los miles de pensamientos que la abatían que no estaba enterada de lo que ocurría a su alrededor. Sus ojos le ardían. La noche anterior no logró dormir por lo que prefirió ir a ver el amanecer al muelle al que suele ir con Mikey en sus salidas nocturnas. Estando allí pudo pensar un poco en lo que haría con Baji y Kazutora, así como también en las dos preguntas que Takemicchi le había hecho.

—Ryuguji Tenshi —La rubia bajó de su nube cuando oyó a su profesor nombrarla—, ¿es que acaso la clase no te interesa?

Ésta sonrió, irónica.

—De hecho, no, no me interesa una mierda su clase —Y antes de que su profesor pueda decir algo, agregó—: Sí, sí, ya sé que tengo que ir a dirección.

Tomó sus cosas y salió del aula dando un portazo. Estaba claro que no se presentaría en la dirección, allí no la dejarían dormir, así que fue hasta detrás del gimnasio que los chicos de vóley solían usar y se tiró en el pasto. Tomó aire por unos segundos y luego lo expulsó, cerró sus ojos e intentó que todo pensamiento incógnito desapareciera. En aquellos momentos, extrañaba la presencia de Draken y Mikey, pero desde que los separaron de clase por ser un trío insoportable tuvo que acostumbrarse a que el enano no se presente nunca a las clases y que su hermano sea el preferido del cuerpo docente. Sí, aunque parecía un chico malo, Kenchin era muy estudioso.

Sin embargo, su paz fue interrumpida por unas suaves patadas. Era Atsumu despertándola.

—¿Qué mierda quieres, Tsumu?

—¿Por qué te estás salteando las clases, Tenshi?

—Estaba haciendo tiempo hasta que la clase de matemática terminara.

—Y veo que lo lograste —comentó el pelinegro, divertido—. Ya es hora de irnos.

Tenshi bufó molesta y decidió revisar su celular: quince llamadas perdidas de Draken y otras cinco de Mikey. Sabía que se le vendría un sermón por hacerlos esperar en el horario del almuerzo.

—¿Y tu qué haces? —preguntó Tenshi mientras se reincorporaba.

—Hoy debo entrenar, el sábado tengo partido, ¿lo recuerdas?

—Debo irme, Tsumu. —comentó. Intentaba evitar a toda costa otra pelea innecesaria—. Draken y Mikey seguro estarán de malhumor.

Atsumu suspiró, cansado de la situación.

—¿Algún día irás a verme jugar? —Tenshi no respondió—. ¡Vamos, Tenshi, eres mi maldita novia y ni siquiera eres capaz de hacer un poco de tiempo para presenciar un puto juego de vóley!

—Me aburre, Atsumu —respondió, borde. Atsumu no respondió, sólo la observó incrédulo—. Mis chicos me esperan.

Tenshi dejó atrás a su novio sin siquiera darle un beso en los labios. Recién se despertaba, Mikey y Draken la estaban llamando de manera desesperada y no quería tener que soportar las quejas de alguien que todo el tiempo esperaba algo que ella jamás podría dar.

Nunca creyó que el tener una relación sería tan agotador y aburrido. De niña creía que una vez que conocías a "esa" persona todo se volvía color de rosa, pero a pesar de que Atsumu sea el único joven de su alrededor que puede darle aquel cuento de hadas que ella tanto deseó de niña, se sentía consumida por algo que ni siquiera la llenaba. Tal vez ese mismo deseo de tener una familia numerosa e inseparable con el que creció no era lo que realmente quería. Entonces observó al enano que la esperaba de malhumor junto a su hermano y, de manera inconsciente, sonrió, al mismo tiempo en el que una paz absoluta la abrazó haciéndole sentir que su hogar era aquel par, y que por nada en el mundo necesitaba más.

Ryuguji Tenshi (Sano Manjiro/Mikey) Tokyo RevengersWhere stories live. Discover now