💜 Escape🖤

229 3 1
                                    

|Sui-Feng AND Aizen|

Un viento otoñal dió inició en medio de una larga tarde de trabajo cuando un cielo sin nube alguna se alzaba en medio de un eminente frío que era algo cálido en comparación a un ambiente de invierno, así las hojas caen como lluvia en un baile sincronizado dando color a la estación.

Suí-Feng había dado un largo bostezo una vez terminó el día con un papeleo ya resuelto. Las flores del jardín habían cerrado sus capullos y caían, en especial aquellas rosas blancas a la entrada de la ventana, esos pétalos cayeron muriendo en totalidad la planta para florecer en una estación más calurosa, o eso observó mientras tomaba un té relajante.

Un día tranquilo o eso parecía porque en lo más profundo lo único en que pensar cuando veía los pétalos obsequiados por un hombre que actualmente estaría en la cárcel por unos mil años por el cual ahora ella tenía que usar una prótesis era inevitable, ella aún pensaba en él.

Un acto de impulso golpeó con fuerzas lo primero visto, un jarrón que se hizo añicos de cerámica al chocar contra la pared. Aún cuando lo miró a los ojos cuando lo llevaban no podía identificar lo que realmente sentía, había pasado el tiempo y esa expresión tranquila aún cuando había perdido y ella lo miraba no borraba su probe rastro en su memoria.

¿Acaso estaba sufriendo como ella o sólo ella se había creído esa falsa historia de amor? ¿Sólo ella extrañaba los roces, los besos, las caricias y esas palabras y promesas que se rompieron o se llevó el viento cómo hacía ahora con los pétalos del único regalo de ese hombre que no se digno a deshacer?

Dolía el alma pero las lágrimas secas, dolía el corazón pero no la piel. Entonces y solo entonces cuando terminaba el trabajo y Sosuke Aizen no estaba aquí, cuando debes en cuando lo llamaba o ponía dos platos en la mesa sintiendo un vacío en u pecho era que se derrumbaba como una niña pequeña en busca de calor, como una niña pequeña que le han roto su juguete favorito.

Quería estar con él sin importar que pero al mismo tiempo quería, no, necesitaba saber si era real o no todo lo que vivieron o estuvo parte todo previsto en sus planes.

Las lágrimas caían, apenas podía respirar y él dolor era como una reciente quemadura de tercer grado en el pecho, como sal en una vieja herida rota la cual se abrió por razones desconocidas. Sólo quería estar con él, solo una vez para golpearlo, besarlo, golpearlo otra vez y preguntarle si en verdad la amó. Así, solo así, se sentiría bien.

- Sosuke, Sosuke -, lo llamó cuando mordía sus propios labios para no emitir un grito poderoso. Como si no estuviera en prisión, como si la escucharía con tan solo llamarlo.

Salió de su tristeza de todos los días cuando un fuerte pitar la aturdió, el nombre de la teniente del cuarto escuadrón inundó la sala como si nada.

- Aizen ha escapado, alerta a los capitanes y todos los miembros del gotei trece -. Alertó sus sentidos que aún confundidos empezó a vestirse con su traje de capitán.

Era imposible escapar de esa prisión pero sabía que Aizen era un experto en esa clase de cosas engañando a las personas y usando sus grandes habilidades para escapar. Su corazón se contrae mientras corre por las largas calles del gotei trece directamente a su escuadrón mientras saltaban sobre casas y veía los del escuadrón once como dementes corriendo de un lado a otro.

Desvío su mirada a la izquierda al percatarse que alguien la alcanzaba, su teniente estaba a su lados jadeante de tanto correr y se veía tan asqueroso que n evitó chasquear la lengua con fastidio.

- ¡Capitana! - gritó el teniente con fuerzas como si no estuviera a medio metro de ella - Aizen ha escapado.

- No soy sorda, imbecil -. Dijo con frialdad alejandose del lugares corriendo con todas sus fuerzas para dejarlo atrás - ordena al escuadrón dividirse, buscar e informar si es encontrado.

Saltó lejos perdiendo de vista a su teniente, podía sentir su rieatsu que sabía de memoria, era demasiado diminuto acercándose a toda prisa mientras su corazón se volvía pequeño, no se sentía fuerte para enfrentarlo o psicológicamente preparada para ver cómo era asesinada por el hombre que amaba, pero quería verlo aún siendo la última vez, sus ojos brillantes querían llorar porque picaban mientras su respiración faltaba.

Finalmente llegó a los alrededores del distrito cuarenta y dos, pudo verlo a la distancia con aquél uniforme blanco sentado en una roca gigante cerca del bosque mirando el horizonte, tan tranquilo, tan inalcanzable estando cerca de ella cuando finalmente estaba frente a él.

Sui-Feng estaba herida desde que él se fue pero esa herida se abrió de golpe cuando esté únicamente inclinó su cabeza hacia ella penetrándola con la mirada, se sintió frágil por primera vez en su vida, tan destruida, como una niña pequeña que solo quería llorar.

- Esperaba que vinieras -, se levantó con calma soltando una sonrisa que le hizo irritar bastante mientras se acercaba y ella inconsciente retrocedía cada vez que se acercaba a ella como si con alejarse bastaría para evitar llorar - ¿Qué sucede? ¿Me tienes miedo?

Negó la cabeza varias veces tratando de mirarle fijamente con frialdad pero su mirada vacilaba y su voz se había perdido.

- No desaparecí del todo mi rieatsu porque sabía que tú me encontrarías primero, muchos olvidaron mi rieatsu después de... ¿Cuánto a pasado? - fue entonces que su enojo regresión al recordarlo, frunció el entrecejo y los ojos de Aizen brillaron con fulgor.

Esos ojos desafiantes habían vuelto.

- Veinte años -, dijo furiosa - veinte malditos años encerrado en esa prisión, solo porque tú querías... No si quiera sé que querías, es absurdo lo que querías.

- Ya veo, veinte años -, dijo sin dejar de mirarla - pareces molesta, en lo que a mí concierna no deberías, si han pasado tantos años pudiste haberte olvidado de mí ¿No es así?

Fue un impulso, en cuanto dijo eso le dió un golpe en la cara que lo hizo caer al suelo sin ejercer ninguna resistencia ante el ataque, tal vez lo esperaba así como la manera de tomarle la chaqueta blanca.

Lo agitó hacia atrás adelante.

- ¡Maldita sea! - gritó histérica - ¿Tienes idea de lo que he sufrido? No te podido... Vivir sin ti y vienes como si nada escapandote de esa mierda después de veinte años reclamando que debí haber buscado a otra persona, claramente re dije cuando estábamos juntos que solo me enamoraría de ti, tú me prometiste lo mismo. ¿Acaso soy la única que cumplió la promesa? - preguntó quebrando su voz en medio de tanta mierda - ¿Acaso solo yo pensaba en ti a diario? ¿Solo yo lloraba por ti en las noches? ¿Solo yo te amaba?

Las manos temblaban y el masculino lo notó así que tomó sus manos hechas puños cerrando la sobre si, estaba serio, mirando con sus ojos penetrantes.

- Todas las noches pensé en ti, aún en el hueco mundo como en prisión. Debí llevarte conmigo pero tenis miedo de perderte si todo fallaba - habló firme, en voz baja - cada vez que anochecía pensaba en ti y si tú pensabas en mi, con el tiempo pensé qué tal vez habías hecho tú vida y ... Qué te habías olvidado de mí. Si así era no podía exigir nada, yo lo arruine todo, te hice daño, tanto que no podría describirlo. Aún sigo siendo egoísta y esperaba verte, pensaba en un último beso tal vez.

Soi-Feng soltó una risa torcida sin dejar de mirarlo a los ojos, estaba sobre él sintiendo sus manos cálidas que tanto extraño, escuchando el latido de un corazón ajeno sintiendo de nuevo el calor corporal contrario, su mirada fija en ellos mientras pensaba que no quería más engaños pero a la vez que eso le valía una mierda.

Se inclinó de golpe dándole un beso. Uno necesitado que le dejaba entender que lo amaba como la primera vez así como en sus adentros quería soltarse a llorar, la abrazo con fuerzas besando con igual necesidad a la chica incluso jugando con sus lenguas hasta quedarse sin aire.

- No quiero que sea el último -, dijo segura de sus palabras - quiero que sea el primero de muchos más, empezar de cero tal vez, no me importa.

El masculino sonrió y le estampó otro beso en los labios pero más corto que el anterior.

- Entonces escapemos de aquí antes que me vuelvan a atrapar -, ella asintió sujetando con firmeza su mano realmente no le importaba dónde irían siempre y cuando estuviera con él.

One Shot - personajes de bleach.Where stories live. Discover now