La tercera vez es la vencida

43.-Obras mágicas

Kazuma estaba teniendo un muy mal día.

¡Él había pensado que estaría listo! Tenía un montón de dinero de blackm- err, 'haciendo un acuerdo' con esa chica Serbayakof, e incluso había obtenido un poco de dinero por ayudar a matar a ese mago no-muerto- no tenía una recompensa por él como el Demonio King's Generals, pero la recompensa por ayudar a salvar la ciudad fue más que suficiente.

Además, después de que ese no-muerto llamara a Darkness 'noble' y se dieran cuenta de que tenía un montón de dinero y, más que eso, una casa real, él y Aqua podrían navegar en el sofá si el clima empeoraba y no podían. encontrar un lugar mejor para quedarse en unas pocas semanas.

Por supuesto, había desafiado al universo al declarar eso en voz alta. Después, descubrió que Aqua había usado todo su dinero, y ¿cómo pudo haber sido tan estúpido como para permitir que su dinero fuera de su mirada y cayera en sus manos arrebatadoras de dinero? – para comprar ropa de invierno que ciertamente era necesaria, junto con el mejor alcohol que pudiera conseguir en algún lugar llamado Blonde Pixie.

Con la llegada de la nieve, se había publicado una misión solicitando que alguien matara a los 'Sprites de la nieve', lo que haría que la primavera llegara antes. Un encuentro con la personificación del invierno, que tomó una forma sorprendentemente familiar debido a otros Reencarnados, y aquí estaba, de vuelta en ese vacío.

Y, para colmo, acababa de llorar, solo un poco, un poco, de una manera que definitivamente no era lamentable, frente a esta Diosa melancólica con ojos verdes, cabello plateado y ropa blanca y púrpura. eso le recordaba a un sacerdote real, nada parecido a lo que vestía esa estúpida e idiota no-Diosa.

"Ah... ¿estás bien ahora?" preguntó ella, sus ojos llenos de tristeza. Kazuma desvió la mirada-

"Oye, no es nada de lo que avergonzarse. Después de todo, perdiste tu preciosa vida..."

Kazuma pensó, por un momento, que la escuchó murmurar algo después de eso, si había mencionado 'habilidades' y 'ladrón', hasta que descartó el pensamiento. Una chica así no tendría necesidad de murmurar por lo bajo.

Ella sonrió beatíficamente. "Kazuma Satou. Viniste del pacífico Japón y te encontraste con algo como esto... Alma valiente que vino de otro mundo, usaré mi poder para permitirte reencarnar en el pacífico Japón en una familia adinerada y vivir una vida libre".

Los pensamientos se arremolinaron en su cabeza, y sintió una punzada de anhelo en su rostro al pensar en sus amigos...

"¡Oye, KAZUMA! ¿Volverías ya? ¿Cómo pudiste morir en un lugar como este? ¡Date prisa y vuelve!"

En la confusión de Kazuma, no vio a Eris suspirar al darse cuenta. "Oh, cierto... con todo el trabajo que ha estado pasando..."

Kazuma escuchó a Aqua por unos momentos más antes de volverse hacia Eris. "Ah, Lady Eris, Aqua-"

Ella desechó sus palabras con una sonrisa. "Sí, lo sé. Y, conociéndola, no aceptará un no por respuesta, así que tendré que romper las reglas para permitirte volver, haciendo aún más papeleo..."

Se apagó con otro suspiro, y Kazuma sintió un parentesco con esta Diosa. Parecía que ambos estaban familiarizados con la limpieza después de Aqua...

Eris se aclaró la garganta. "Está bien. Ah, pero antes de que te vayas, me gustaría hablar un poco contigo".

Los ojos de Kazuma se abrieron con sorpresa, pero asintió felizmente y volvió a sentarse. "Ahora... mi primera pregunta es ¿por qué no has estado cumpliendo con tu contrato?" ella preguntó.