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Severus  Snape

Parte 2 del one-Shot anterior.

Su pequeña Eileen había nacido con los hermosos ojos igual que su madre castaña, verdes.
Su pequeña fue recibida con gusto en toda la escuela, tanto profesores como alumnos amaron a la niña y Dumbledore era el más eufórico pues su querido amigo y alumno al fin era de nuevo feliz y ahora con una familia.
Por desgracia para el anciano hombre el tiempo empezaba a ser contado para el y su final, Snape había hecho una posición para retrasar los efectos de la maldición del señor tenebroso pero aún con ello su muerte no dejaría de ser visible.

La castaña seguía dando clases de runa pero en menor cantidad y poder cuidar más a su hija, en cambio los alumnos ahora temían más al profesor Snape al ver cómo destila a un aura de felicidad pero eso sí jamás sonreía, lo cual les daba más escalofríos.



Sin darse cuenta los meses pasaron y el fin del año escolar estaba a la vuelta de la esquina, su nena de casi 9 meses ahora sí que era la belleza de su madre, cabello negro ondulado y ojos verdes, tez pálida pero con una gran sonrisa siempre. Nadie creía que aquella bebé era hija del profesor de las tinieblas.

Aun con ellos los problemas no se solucionan o desaparecen, Dumbledore se había llevado al sobrino de la chica en busca de una de las reliquias de Tom, un guardapelo, por desgracia Snape al ver que el pobre hombre ya no podía más con el sufrimiento hizo aquel hechizo.

—Avadakedabra— Eso fue el fin de gran mago Dumbledore.
Todos estaban de luto a escepcion de los mortifagos celebrando la derrota de aquella escuela.

Todos tenían que irse para darle aviso a su señor, mientras Harry hiba detrás del hombre de cabellera larga, este dejó al chico inmóvil pero sin necesidad de matarlo. Se hizo humo negro y desapareció.

La castaña había escuchado todo el agetreo y hechando varias cosas en una bolsa que tenía un hechizo expasor tomó a su hija en brazos y al igual que su esposo se esfumó en humo.
Había llegada una casa algo chica y su morocho ya estaba ahí, al verla corrió y a la abrazo con fuerza la igual que le dio un beso en la frente a su hija.

—Ahora el plan está en marcha, el señor tenebroso me querra de seguro como director en la escuela, al ser su mano derecha creerá que tendré en vigilancia a los jóvenes y que no se revelen contra él, al igual que creerá que le diré si Potter llega a entrar a la escuela. Seguro también te querrá a mi lado, así que estaremos bien mientras estemos juntos—Tomo con fuerza la mano de su esposo.

Cuál adivino Snape tenía razón, Voldemort lo quiso como director y que su esposa se mantuviera a su lado.
En Hogwarts todos volvían como si nada, recibiendo como nuevo director a Severus Snape y su esposa ahora como la nueva profesora de DCAO, muchos ahora tenían pensamientos malos sobre la castaña.
Que siempre fue mala, que Snape le había dado Amortentia desde un inicio, y muchos más rumores.

Así fueron varios meses, hasta que la guerra Mágica dio inicio, al parecer Harry Potter ya había terminado con 5 reliquias y solo le quedaban dos.

La profesa McGonagall había decidido  levantar su varita encontrá de la pareja y como si hubieran huido derrotados, ambos se fueron de ahí no sin antes quitarle las varitas a los mortifagos de la escuela para que no lastimaran a los alumnos. Ambos se habían ido de ahí con él señor tenebroso, la castaña había dejado su hija a cargo de la única persona que confiaba, a su viejo amigo y escritor favorito Newt Sacamander, la pequeña se quedaría con ellos mientras la lucha comenzaba.




Voldemort tenía miedo de morir por primera vez, aquel niño estaba apuntó de derrotarlo y solo le faltaba una reliquia, su amada Nagini.
Se fue a esconder con ella y llamo consigo a su más fiel seguidor; Severus Snape.

—La varita le rosponde a usted y solo a usted —Voldemort lo veía con perspicacia— ¿Seguro? —.

—¿Mi señor? —Moviéndose a su alrededor cual serpiente cazando a su presa miraba al hombre.
La castaña por su parte había llegado haciendo una aparición un poco lejos, escondiéndose en el lugar empezó a escuchar la conversación.

— ¿la varita de verdad me responde a mí?... Eres un hombre Astuto Severus ¿A quien le das su lealtad de verdad? —Aun sin inmutarse Snape le miró— A usted por supuesto mi señor—.

—La varita de Saúco no puede servirme bien porque no soy su verdadero amo la varita le pertenece a quien mato a su dueño anterior, tu asesinaste a Dumbledore Severus, si estás vivo la varita de Saúco no puede ser del todo mía, fuiste un sirviente fiel Severus pero solo yo viviré por siempre—Al escuchar aquello la castaña empezó a llorar, su esposo le había dicho momentos antes que si uno moría el otro debía vivir para cuidar a su Eileen y sin importar
que.

— Mi señor... —Un corte directo a la gargante dejo sin habla al morocho, Nagini fue ordenada a matar al hombre y la castaña solo podía llorar a mares, sabía que si se enfrentaba a Voldemort no ganaría y moriría al igual que su esposo, dejando sola a su hija.

Cuando Voldemort se fue, la castaña corrió hacia el cuerpo casi moribundo de su amado— ¡No! No te puedes ir así, Eileen te espera—Con algo de dificultad el hombre puso su mano en la mejilla de su esposa— Te amo... Cuidala y amala por ambos, vive por mi—Apenas y podía hablar el hombre, daba grandes tragos de aire.

El trío de oro de igual forma había entrado, Severus le pidió a Harry que tomará sus lágrimas y que después las viera en el pensadero.

Con dolor la castaña beso por última vez los labios del amor de su vida— Te amo Severus Prince Snape al igual que Eileen te ama—Con una sonrisa el hombre se fue de ese mundo.

Los jóvenes le dieron sus condolencias a su profesora, ella los mandó al pensadero—La verdad esta en ese frasco y sabrás que no todos somos malos—La castaña hizo un Aparicio con el cuerpo de hombre.

Con dolor enterró a su esposo sola, en el único lugar donde sabría que el estaría su lado.

Cuando la guerra acabó con el derrotado de Voldemort el mundo mágico al fin puedo respirar, Snape fue redimido y un cuadro en su honor fue puesto en Hogwarts, por su parte la castaña había renunciado a la escuela y se había ido con su hija al único lugar donde el y su esposo juraron ir juntos al final de la guerra, la mansión Prince.

La joven reconstruyó aquella casa y pasó sus años ahi hasta su último respiro, siempre soñando estar con su amado y al fin ese sueño se hacía realidad.
Ambos estaban de nuevo juntos y está vez el destino no los separa abrutmente, ambos irían por aquel sendero tomados de la mano y unidos hasta el final.
Fue enterrada al lado de su amado en el árbol donde se confesaron su amor, en el valle de Godric.

su hija vivió feliz sabiendo que su padre fue un héroe al igual que su madre y el linaje Snape siguió décadas después.




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