|D I E C I S E I S|

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CAPITULO 16: Los dilemas de la amistad.

"M A X"

—Sigo indecisa sobre que comprar, porque la blusa es linda, pero el vestido me hace ver mucho más como una diosa. Supongo que podría comprar ambos, pero sigo preguntándome si de verdad mataría por la blusa como lo haría por ese vestido... —parloteaba Dhalia a mi lado sin cesar desde hacía un buen rato.

Suspiré pesadamente, cerrando los ojos y limitándome a asentir de manera automática cada treinta segundos, haciéndole creer que de verdad escuchaba con interés todo lo que hablaba mientras caminábamos por el centro comercial. Ambos al lado del otro, casi a la par, con nuestros brazos entrelazados y con ella abrazándose a mi brazo, dejándose caer ligeramente sobre él en cada paso que dábamos.

Me gustaba pasar tiempo con Dhalia, pero cuando comenzaba a hablar sobre temas que solo eran de su interés, perdía por completo mi atención. Así que, cada vez que aquello pasaba, yo recurría a desconectar por completo, perdiéndome en mis pensamientos y dejando que ella simplemente se desahogara sobre el tema del que hablaba, al final, la mayoría del tiempo parecía que hablaba más consigo misma que conmigo.

Hey —llamó, deteniéndose bruscamente y atrayéndome de vuelta a la realidad, haciéndome sacudir la cabeza para terminar de despertar del trance al que me había auto sometido—, conozco a esas chicas —indicó a la par que dibujaba una sonrisa radiante, pero a la vez algo falsa en sus labios, haciéndome fruncir el ceño confundido.

¿Si eran sus amigas, por qué sonreía de manera falsa?

Ella levantó la mano para llamar la atención del grupo de chicas a unos metros frente a nosotros y la movió ligeramente de un lado a otro para saludarlas una vez sus miradas se posaron sobre nosotros.

Contrario a lo que imaginé, el grupo de chicas apartó rápidamente la mirada el percatarse de que yo era quien acompañaba a Dhalia. Y sin ser nada discretas, todas ellas se giraron dándonos descaradamente la espalda, ignorando el saludo de Dhalia y comenzando a caminar a paso apresurado lejos de nosotros.

Dhalia entrecerró los ojos al observarlas y abrió la boca de manera indignada.

—Perras... —bufó, frunciendo el ceño y apretando con fuerza mi brazo entre su agarre, haciéndome dibujar una pequeña mueca de dolor ante la gran fuerza que empleó.

Sacudí mi brazo, llamando la atención de Dhalia y logrando que me soltara.

—Lamento que nuestra amistad haya resultado en una plaga social para ti —murmuré, sintiéndome medianamente incómodo y culpable por la situación.

Su mirada molesta se posó en mi rostro, cambiando a una mucho más serena cuando conectó con mi mirada.

—¿Bromeas? —preguntó, sonriendo divertida—. Juntarnos con ustedes no disminuyó en nada nuestra popularidad, al contrario, la aumentó. —Fruncí el ceño sin entender nada de lo que insinuaba. Ella rodó los ojos sin perder la sonrisa y el semblante divertido antes de explicar—: Los adolescentes en esta ciudad aparentemente no tienen una vida propia, así que de lo único de lo que hablan es de ustedes y ahora también de nosotras. Porque si no es sobre la relación de Alexandra y Kara, es sobre lo que ocurrió con Thiago luego de sacar del closet a nuestras amigas, del recién llegado Theo o de...

Me tensé cuando su voz murió de un momento a otro al darse cuenta de lo que diría.

Cerré los ojos y tragué saliva con algo de dificultad.

—De Melissa —terminé por ella unos segundos después al notar su silencio.

Su mirada medianamente asustada se posó sobre mí, analizándome y tragando saliva de manera nerviosa mientras asentía con delicadeza.

The Forever IMPERFECTS [#2]Where stories live. Discover now