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CAPÍTULO 08: Loco destino.

T H A D E O

—¿Por qué debe de haber una razón en concreto para que me gustes? —cuestioné cansado del mismo tema y mientras caminaba por el puente sobre la cafetería de la preparatoria Carver.

Kara giró los ojos frustrada, dejando escapar un pesado suspiro por sus labios.

—Porque siempre la hay —respondió contundente mientras caminaba a mi lado.

Bufé escondiendo mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta de mezclilla.

—Si te digo que es por tu forma de ser, no me lo vas a creer.

Ella negó, justo como esperaba que lo hiciera.

—No lo hago —afirmó. Asentí resignado mientras miraba mis zapatos. Ella terminó bufando, dándose por vencida—. Está bien, lo dejaré pasar. Al fin y al cabo, solo te gusto. Es decir, no estás perdidamente enamorado de mí ni nada por el estilo, ¿cierto?

Mi mirada asustada se encontró rápidamente con la suya expectante. Tragué en seco al creer que había podido leer a través de mí, pero rápidamente me recompuse y terminé asintiendo efusivamente.

—Cierto.

Ella asintió con una tenue sonrisa dibujada en sus labios dirigida hacia mí. El timbre que anunciaba el final del descanso resonó en toda la escuela, provocando que Kara corriera lejos de mí, reuniéndose nuevamente con Max y Dante para volver a su aula.

Solté un sonoro suspiro, dejando escapar el aire que había retenido durante nuestra conversación y, mientras volvía a mi aula, me reproché mentalmente el no poder evitar sentir ese tipo de cosas por ella.

Era loco y un tanto escalofriante como el destino actuaba haciendo de las suyas. Porque definitivamente yo nunca me hubiese esperado que, durante mis primeras semanas en una ciudad a la cual recién me había mudado, quedaría flechado a primera vista de una chica desconocida, alguien completamente ajena a mí.

De la nada y sin poder evitarlo, mi mirada se había encontrado con la suya a través de la ventana de mi nueva habitación. Hicimos contacto visual por un período de tiempo que me pareció eterno, pero realmente fugaz al mismo tiempo.

Sin quererlo, había quedado flechado por ella con tan solo una mirada. El misterio que la rodeaba al verla salir a hurtadillas por la ventana de mis vecinos me abrumó de una manera insensata, y prácticamente me obsesioné con volver a saber de ella cuanto antes.

Días después de aquel intercambio de miradas, el destino jugó una vez más con nuestros caminos, volviéndolos a cruzar en ese restaurante con temática de los 80's, mismo que mi padre solía frecuentar en su juventud y, por coincidencia, también resultaba ser el favorito de Kara para pasar el rato.

Mi pulso se aceleró al verla ahí, aunque la presencia de los dos chicos que la acompañaban logró intimidarme un poco. Al verlos, pensé en no acercarme, pero entonces recordé la historia que mi padre siempre solía contarnos acerca del miedo que él tuvo en su momento de confesarle sus verdaderos sentimientos a la chica que había sido su primer amor durante la preparatoria. Debido al miedo, su historia terminó como algo que pudo haber sido, pero desgraciadamente no logró serlo, con ambos distanciándose al terminar la preparatoria, haciendo su vida con nuevas personas y no siendo nada más que simples conocidos.

En definitiva, yo no quería tener que pasar por ello. En cambio, quería que por lo menos la primera chica que había sido capaz de robarme el aliento supiera de mi existencia. Que fuera consciente de la existencia de alguien que estaba completamente flechado por ella.

The Forever IMPERFECTS [#2]Where stories live. Discover now