Día 16 : Bajo el agua

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Se había encontrado con sus viejos amigos de la Kiseki y sus respectivas parejas.
Todos había organizado tener un viaje a un lago.

Akashi había conseguido una cabaña para todos los presentes y aparte lo mejor era que pasaría tiempo con su pelivioleta.

-Aka-chin...- dijo Atsushi con un brillito en los ojos.

-¿Qué sucede, Atsushi?- interrogó curioso el emperador.

-Vamos al agua, quiero ir con Aka-chin.- Dijo el más alto ilusionado.

Akashi asintió y fueron seguidos por Kagami, Kuroko, Aomine y Kise.
Takao y Midorima se "perdieron" al ir a buscar comida. Todos sabían que esos dos se fueron hacer de las suyas.

Murasakibara abrazó a Akashi desde atrás y muy suavemente comenzó a frotarse contra el más bajo.

-At-Atsushi, nos pueden ver los chicos...- susurro completamente rojo el emperador.

-Eso no pasara Aka-chin.- aseguro el más alto. -Mido-chin y Taka-chin no están, deben estar en el cuarto.- dijo Atsushi muy seguro de sus sospechas. -Kaga-chin y Kuro-chin están muy alejados y seguro que también están con sus cosas y Mine-chin acaba de arrastrar Kise-chin (o Se-chin, como quieras :v) fuera del agua para irse atrás de los arbustos. No lo notaran, Seijuro.- dijo el mayor, lo ultimó salió con una voz grave y sexy por sobre todo.

Las manos se colaron por la maya del pelifresa, buscaron el pene del más bajo y comenzaron a estimularlo deliciosamente.

El agua hacía que aquello fuera más placentero, sentía como acariciaba su miembro con delicadeza y las manos de Atsushi le daban aquel punto medio de caricias suaves con un toque de dolor placentero.

Murasakibara bajo a penas la maya del menor y la propia. Apoyo su erección entre las nalgas del pelifresa y comenzó a frotarse deliciosamente con aquel hermoso trasero que poseía su Sei-chin.

El tiempo pasaba, el vaivén de la mano de Atsushi no frenaba, solo se incrementaba. Lo mismo con el vaivén que llevaba Atsushi entre las nalgas del menor.

-¡At... ahh...sushi!- gimió fuerte el pelifresa al sentir el orgasmo, ¿Se había corrido? Pues suponía que si. Aunque el agua ya se habría llevado su escénica.
Atsushi siguió con su vaivén y luego de que su novio volteara su rostro para empezar un beso francés, se corrió inevitablemente entre las nalgas del menor. Aunque toda evidencia fue limpiada por el agua.

-¡Chicos, hora de comer!- gritó Kazunari desde la orilla.

Ambos se levantaron sus mayas y comenzaron a nadar hacía la orilla, esperaban que sus compañeros no los hubieran visto o escuchado. Ya en la noche tendrían tiempo de seguir con su juego.

•°30 Días de Otp°• ∆MuraAka∆Where stories live. Discover now