Capítulo 19

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 19:

- Oye... estamos en tu departamento.

Inuyasha apagó la moto y se bajó de ella al tiempo que colocaba el seguro. Kagome se quedó aún sentada atrás mirándolo seriamente.

- ¿Quieres volver tan temprano a tu casa?

La muchacha suspiró hondamente mientras lo veía sacarse el casco. Derrotada y sin muchos ánimos aún bajó y lo imitó.

- La verdad es que sólo quiero dormir- Murmuró siguiéndole los talones.

- Ahhh, cómo tan perezosa- Dijo el chico mientras le tomaba una mano y caminaba a su lado.

Metió la llave en la cerradura y la puerta se abrió de inmediato. Entraron lentamente como si de pronto ambos llevaran una carga inmensa en sus espaldas. Cómo era posible que una magnífico fin de semana se hubiera echado a perder de esa manera. Ella se tendió pesadamente sobre el sofá más grande de la sala mientras Inuyasha se plantaba delante de ella.

- ¿Quieres un café?

La muchacha recostó su cabeza en el respaldo y sus cabellos negrísimos cayeron desordenadamente a su alrededor.

- Bueno... - Respondió apenas con una semi sonrisa.

El chico sonrió complacido y fue hasta la cocina y mientras vertía agua la cafetera eléctrica pensaba en lo grato de tenerla cerca suyo, en lo mucho que había cambiado su agria vida y la posibilidad de que estuviera a su lado por siempre se fue colando en su mente.

- Estoy muy solo... debería pedirle que viva conmigo pero no creo que acepte... es sacerdotisa... ¿y si?...- Sonrió más ampliamente mientras un pensamiento totalmente nuevo se coló en su cerebro, algo que hacía poco tiempo nunca imaginó pero que ahora, con Kagome a su lado, imaginaba que podría ser...

Caminó con dos tazas de café humeante y se sentó a su lado. Kagome miraba el techo apenas concentrada en sus pensamientos.

- Sé que te gusta con leche pero no tengo... creo que de ahora en adelante comenzaré a comprarla...

Kagome bajó la vista hasta él que le ofrecía la taza de café.

- Gracias, no importa- Respondió suavemente mientras la tomaba y le daba un pequeño sorbo, luego la dejó sobre la mesa de centro.

- No sabes como lamento lo que sucedió... - Dijo de pronto el chico mirándola tristemente.

Kagome se volvió a recostar sobre el sillón mirando el techo.

- Tuve miedo... tú no estabas conmigo...

- Ese imbécil entró cuando yo estaba en la cocina... maldito... lo lamento tanto... - Su voz se quebró pero también la rabia comenzó a nacer en él.

- No tienes la culpa.

- Es mi hermanastro, Kagome él...

- Ya no sigas.

El tono de su voz sonaba calmo y extrañamente apaciguó la rabia e ira que iba naciendo en él al recordar la desagradable escena con Sesshomaru. La miró dando un hondo suspiro y luego algo brillante que colgaba de su cuello llamó su atención, arrugó el ceño recordando las palabras del anciano Myoga. "Una maldición". Se mordisqueó el labio inferior temeroso a preguntar a Kagome si la perla en algo la había incomodado.

Corazón de PiedraWo Geschichten leben. Entdecke jetzt