Capítulo 16

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 16:

Sonrió entre sus labios mientras intentaba forzosamente separarse de sus musculosos brazos que la sujetaban con firmeza de la cintura. Kagome puso ambas manos sobre su pecho para intentar zafarse de su prisión, aunque no quería, pero ya era tarde y había pasado todo la noche y el día fuera.

- Oye... ya debo... irme.

El joven gruñó de mala gana al tiempo que sentía como ella se separaba de su cuerpo. La miró levantando una ceja algo sorprendido.

- ¿No te duele la muñeca?

Kagome se la miró y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

- Lo siento... debí decírtelo... el dolor ha pasado, ya estoy bien.

Inuyasha ladeó la cabeza confundido. Bien sabía que un esguince no se curaba de un día para otro, y menos si también el tendón había resultado dañado por el impulsivo Kouga.

- Pero... ¿cómo?!

Ella se la llevó hacia el pecho como queriéndola proteger.

- No lo sé... hace días que ya no siento dolor... esta bien.

Inuyasha sonrió feliz ante la noticia. La volvió a abrazar esta vez más fuerte.

- Qué bien... las cosas resultarán mejor de lo que esperaba.

Ella lo miró sin entender.

- ¿Qué dices?

Él se apartó pero no lo suficiente y sonrió seductoramente. Kagome sintió de pronto que el corazón comenzaba a latir con violencia dentro de su pecho.

- No tendremos ningún inconveniente este fin de semana.

Ella sonrió un poco, sintiendo un leve rubor en sus mejillas. Vaya. Un fin de semana sólo para ellos dos, lejos de todo, de todos. Lo miró luego deteniéndose en su ámbar mirada, tan transparente y pura. Lo sabía, él quería alejarla del dolor que la embargaba.

- Gracias por preocuparte por mí.

Inuyasha suspiró enamorado. La miró con ternura y luego su vista bajó a sus sonrosados labios, húmedos y entreabiertos, listos para un beso. Quiso alcanzarlos por última vez de esta eterna despedida pero ella fue más rápida y se acercó a sus labios besándolo intensamente. El chico la abrazó más contra su pecho. No quería separarse de ella, pero... ya tendrían tiempo para estar juntos. Kagome se separó poco a poco no sin antes darle pequeños y cortos besos en sus labios. Sonrió divertida.

- Ahora si me voy.

Inuyasha tomó su mano y la besó.

- Hasta mañana.- Dijo ansioso.

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La pálida mujer la miró con seriedad mientras Kagome entraba a la casa lentamente dejando la mochila en el suelo.

- ¿Dónde estabas?

Kagome la miró sin expresión. Ahí estaba ella, altiva aún a pesar de lo que era ¿acaso no tenía vergüenza? ¿O remordimiento de engañar a su pobre madre?

- En casa de una amiga.- Respondió sin inmutarse, después de que Inuyasha le contara lo que Sango había hecho. Kikyo se sentó en la silla mientras cruzaba las piernas graciosamente y afirmaba el codo en la mesa, sujetando su cabeza con la mano.

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