47. ADIÓS

670 37 24
                                    

La noche comenzaba a caer y mi casa se fue llenando de amigos, todos venían con la misma interrogante, el paradero desconocido de Marco

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La noche comenzaba a caer y mi casa se fue llenando de amigos, todos venían con la misma interrogante, el paradero desconocido de Marco. Con cada minuto que marcaba el reloj yo me moría más, todo lo veía pasar en cámara lenta, no había llevado a las niñas a su cuarto, tenía miedo y no las perdería de vista.

—Deberíamos dar parte a las autoridades— dijo Lucas.

—Que no, que hay que esperar 24 a 48 horas para poder decir que una persona estás desaparecida— aclaró Isco.

Esa sola palabra DESAPARECIDO, significaba tantas cosas y a la vez nada, mi temor más grande es que estuviera muerto. Tantas personas desaparecían de sus casas en el mundo y voy a sonar egoísta, pero porque tenía que sucedernos esto a nosotros en un momento en que estamos felices. La taza de té que sostenía entre mis manos se rompió, no sé en qué momento la dejé caer.

—Amiga él va a estar bien— Luna corrió a mi auxilio, pero yo solo podía ver los trozos de porcelana que representaban mi vida desechos a mis pies.

—No sé porque, llámame loca, pero sé que algo malo le tuvo que pasar— dije tomando el control de mi cuerpo, que había permanecido inerte por demasiado tiempo.

Mi teléfono suena y corro a cogerlo, es Gilberto, que hago que le digo. Miro a todos a mi alrededor en busca de auxilio.

—¿Es el papá de Marco? — me pregunta Luna y yo solo asiento con la cabeza— Derivas contestarle, pero cálmate y no lo pongas en alerta por gusto.

Tomo una gran bocanada de aire y cuento hasta diez antes de descolgar el teléfono, que vibra insistente en mis manos.

—Hola Gilberto— sueno lo más serena que la voz me lo permite.

—Eva, como estás cariño y mis nietas—suena feliz, si el supiera que nuestro mundo está a punto de desmoronarse.

—Yo estoy bien y las niñas ya duermen, ya Kira está mejor— parezco robot cuando contesto— ¿Y ustedes que tal están?

—Nosotros bien, locos por verlos de nuevo, sobre todo a las princesas.

—Sabes que cuando quieran son bien revenidos, esta es su casa. — Dios soy muy mentirosa, pero hasta no tener una certeza decido no contar la verdad.

— Gracias querida, lo sé, cuéntame donde se mete mi hijo que he intentado comunicarme para felicitarlo por el partido, pero no me contesta— contengo las lágrimas.

—Está aún de camino a casa— eso espero en lo profundo de mi corazón.

—¿Todavía no ha llegado?— dijo algo sorprendido y puedo asegurar que desconcertado.

—Gilberto, el problema es que se quedó para las entrevistas y después se fue a celebrar con los muchachos. — no me gustaba mentirle a mi suegro, pero no había necesidad de angustiarlo por ahora.

CURVAS EN EL JUEGO// Marco AsensioWhere stories live. Discover now