Eva Vegas es una chica con un pasado, que la ha llenado de dolor y cicatrices. Sus padres se divorciaron cuando apenas tenía un año y medio, pero a pesar de no tener un ejemplo a seguir en tema de relaciones amorosas sueña con flores, corazones y to...
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Era apenas las 8 de la mañana cuando desperté, anoche había sido una gran noche, la disfruté como hace rato no lo hacía, principalmente por la compañía de una rubia hermosa que dormía junto a mí, cerca de las tres de la mañana estaba algo tomada y me alegro que así fuera pues no se dio cuenta en el momento en que nos escabullimos de dos o tres periodistas amarillistas.
En el camino a casa se quedó dormida, y me la traje conmigo a la cabaña, aquí nunca había traído a una mujer y mucho menos había dormido en mi cama, aunque me hubiera encantado hacerla mía y más cuando le quité el sexy vestido y quedó en una diminuta braga de encaje negra y sin sostén, tuve que hacer una vez más acopio de todas mis fuerzas de voluntad para contenerme.
No suelo ser un hombre romántico pero cada vez queda menos para mí partida y quisiera pasar cada minuto a su lado, así que aprovechando que es domingo, trazo el plan no salir de casa, más cuando aquí tengo todo lo que necesito o bueno casi todo, tendré que ir a Villa María por algunas cosas, lo mejor de todo es que tenemos la propiedad para nosotros solos ya que la familia ha regresado a la casa de Palma.
Me pongo unas deportivas y una playera y voy corriendo hasta la casa, solo espero que Rosa Haya dejado comida en la despensa y algo de la ropa de Fanny le quede a Eva, ya después se la repondré, en su cuarto encuentro un traje de baño nuevo, hoy las temperaturas rondan los 20°C así que nos podremos bañar en la playa o en la piscina, unas sandalias y un vestido, ya después le daré uno de mis suéteres si siente frío. En la nevera me hago con jamón, huevos, yogur, fruta y queso, con eso tendremos un desayuno decente, meto todo en dos bolsas y me regreso corriendo a la cabaña.
Cuando entro por la puerta en el exterior suena música y hay un delicioso aroma a café y pan tostado, detrás de la barra de la cocina está Eva con su pelo recogido en un moño alto, la observo sin que se dé cuenta, se para en puntas de pie para alcanzar algo en los estantes superior, lo que hace que la playera se le levante dejando ver un filo de su trasero. Sigilosamente me coloco detrás de ella, le beso en el cuello, lo que hace que pegue un brinco, le doy la vuelta tomándola de la cintura y la siento sobre le encimera para poder robarle un beso, a lo que ella abre las piernas para dejarme acercar aún más.
-Buenos_días_hermosa- entre palabra y palabra le doy un beso de pico.
-Buenos_dían_guapo- ella repite mi acción.
- ¿Cómo has dormido? - soltó un suspiro, y me quedé maravillado por su dulce mirada, la vi hundir los dientes en el labio inferior, su sonrisa creció, haciendo que creciera una erección en mí.
-Bien- inhaló hondo y exhaló, la piel se su mejilla tomó un ligero rubor, todo mi ser la quiere, no sé si sea una descabellada idea, pero necesito hacerla mía, el deseo creció aún más cuando sus piernas se enroscaron en mis caderas y comenzó a besarme con pasión.
Mis manos buscaron el dobladillo de la playera, para después levantarla y recorrer con ellas sus caderas, su piel era suave y estaba caliente al igual que yo. Removió con algo de torpeza la parte superior de mi vestimenta, sus ojos no dejaban de recorrer mis pectorales y se inclinó ligeramente para pasar la lengua por el six pack de mi abdomen, me estaba volviendo loco, me lamió como si se tratara de un rico chocolate, hasta que me mordió, su risa ante la travesura que acababa de hacer, nublo mi juicio e hizo que aumentara mi lívido.
