•|HYUN SU|•

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— Quédate, quédate con nosotros. — Pidió otra joven  de cabellos negros y largos.

Podía escuchar muchas peticiones, pero no haría nada que condenara el bienestar de esa mujer que quería, no haría nada hasta que ella lo pidiera.

Una serie de disparos se desató para colocar el desorden y miedo entre todos los presentes y obligarlos a entregar a los infectados de manera inmediata.

Ya no había nada que hacer, tenía que separarse y despedirse antes de que las cosas empeoraran.

— El abuelo por fin encontró ese túnel que tanto deseaba, ese es un lugar seguro. — Una pequeña niña informó de los hechos a la joven.

— Por favor, Hyun Su. Ven conmigo — Las lágrimas brotaron con agresividad de sus tiernos ojos, haciendo saber a su corazón que jamás se había expuesto de esa manera hasta ahora.

— Debo salir... —

— ¡No! ¡¡Ellos no saben quien es el infectado!! ¡Vámonos antes de que sea tarde! Hyun Su, te lo ruego —

El aire comenzaba a escasear en los pulmones de la chica, sus sollozos se volvían cada vez más fuertes y la manera en que sujetaba su mano había pasado de ser fuerte a desesperada.

Se odiaba por provocarle ese episodio de crisis, pero no podía hacer lo que ella pedía.

Por supuesto que quería estar a su lado y desaparecer de toda esa basura, pero no lo haría hasta que él mismo se sintiera capaz de hacerlo y de poder recordarla bien.

— Yo... —

— No —

— Por favor, escucha... —

— ¡¡No!! ¡¡No me abandones, Hyun Su!! —

— T/N tenemos que irnos ya...

La chica de cabellos largos y negros que se había quedado a presenciar la situación, tomó ligeramente del antebrazo a la joven e intentó separarla.

— ¡Aún estamos a tiempo! ¡Te pido que vengas conmigo! ¡Ellos te harán daño!

Jamás había imaginado el dolor que le producía ver cómo se alejaba, como su mano perdía el suave y frío tacto de ella, pero sobretodo esa sensación de incertidumbre por no saber si volvería a verla lo estaba matando en vida.

Entonces ahí comprendió que de eso se trataba la mierda del amor; tener que soltar en ocasiones cruciales era mejor que aferrarse a un futuro incierto.

— Te prometo que regresare. Necesito recordarte, necesito saber que haré bien las cosas por los dos. — Comenzó a retroceder. — Voy a volver a ti.

Escuchó los gritos y sollozos que partieron su corazón; no intentó mirar a tras una vez más, siguió, caminó y enfrentó la problemática que había afuera.

Su conciencia comenzaba a perderse de nuevo, estaba dejándose consumir nuevamente por ese ente maligno que habitaba en su cabeza desde hace mucho tiempo, pero en esta ocasión tenía algo claro.

Una sonrisa



Una mirada




Un suspiro





Una flor




Un par de calcetines




Su piel




Su nombre




Estaba recordando fragmentos pequeños de su vida




Ella




Ella estaba ahí



Ella siempre estuvo ahí




Él sobrevivió por ella




Él se mantuvo cuerdo por ella




La persona que más amaba




Era ella




Ella lo amaba




— T/N, yo también siento lo mismo que tu. — Susurró para si mismo antes de que los reflectores atacaran su rostro y las balas se abrieran paso entre el aire.

                                          [...]

— ¿Quién fue? — Mi voz a penas y sonaba tranquila en esos momentos.

Era fuerte, segura y cargada de odio.

— ¿Quién apretó el maldito botón? —

— Debes calmarte. — La dueña del maldito perro que por cierto acaba de aparecer, había intentado pedir algo que ya no estaba en mis manos.

— Fue él — Confesó Eun Yoo, señalando al joven de piel tersa y perfecta.

Cabía resaltar que ella también estaba mal o mejor dicho, en pésimo estado tras descubrir que su propio hermano había decidido dejarla junto a los demás para cometer un acto de suicidio dentro del bombardeo que se había desencadenado.

— ¡Perra mentirosa! —

Camine con rapidez, levante mi mano en el aire y abofeteé con todas las fuerzas que mi corazón y frustración habían recaudado, la mejilla del chico.

Nadie dijo nada, todos guardaron silencio como si lo que acabara de hacer cobraba justicia por todos cuando no era así.

— Ustedes son los monstruos... — Recite con la voz quebrada.








¡¡¡¡ Ustedes son los monstruos !!!!

Sweet HomeOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz