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— Deberías comer un poco antes de que se enfríe la comida. — Sus labios se abrieron diminutamente formando una expresión de sorpresa. Casi como si se hubiese olvidado de que tenía que comer.

— ¿Qué hay de ti? ¿Ya desayunaste?. —

— Lo haré un poco más tarde. — Me acercó su plato de comida intacto para que yo lo tomara y comiera. — Descuida, no me pasará nada si postergo un poco mi desayuno. —

No muy convencido tomó la primera cucharada del extraño atole que había preparado Hye In y comenzó a comer. Una sonrisa se formó en mis labios provocando que bajara su rostro e inclusive lo girara un poco.

— Lo siento, no quería incomodarte. — Negó.

— Es solo que había pasado mucho tiempo desde que tuve compañía. — Estaba muda, ya no sabía que decir a pesar de tener un innumerable diccionario en la cabeza. — ¿Puedo preguntar algo?. —

— Adelante —

— ¿Cómo fue que llegaste a vivir aquí? Habían cientos de mejores lugares allá afuera. —

La historia detrás de la respuesta de aquella pregunta no era la más grata para contar a alguien que estaba escasamente conociendo y consideraba que agobiaría al joven con escuchar problemas familiares de una extraña.

— La universidad a la que asistía estaba realmente cerca de aquí. —

— Oigan — La voz de la hermana de Eun Hyuk resonó por el lugar. — Tú tienes trabajo que hacer, así que deja de revisar si come cada grano de arroz. — Dijo refiriéndose a mi.

Hasta el momento no me habían encargado ni un solo trabajo más que llevarle comida a Hyun Su por lo que suponía que las palabras de la chica no tenía otra intension más que fastidiar. Pero en cierta parte tenía razón, debía siquiera ir y ayudar a acomodar y limpiar los artefactos usados para el desayuno en lugar de seguir sin hacer nada.

— Iré en un momento. — La chica tornó la mirada y comenzó a alejarse. — Debo irme, ¿Necesitas que traiga algo más para ti?. —

— No, no es necesario. —

— Bien — Me levanté y tome el plato ahora vacío. Hyun Su llevó ambas manos a las mías y las tomó.

Su tacto era frío pero era bastante reconfortante haciéndome desear que no retirara sus manos de las mías, bajando la mirada y analizando el agarre divisé una enorme cicatriz en uno de sus antebrazos que indicaba un intento de suicidio.

— Gracias por todo. — Retiró sus manos en cuanto noto que sus cicatrices habían sido reveladas.

Salí con cierta confusión de aquel cubículo y un nudo de preocupación atorado en la garganta. Sabía que no debía de meterme en asuntos que no debían ser de mi interés pues podía provocar que el chico se viera mucho más incómodo e intimidado, así que únicamente me quedaba ser discreta y no decir nada al respecto.

Aun que claramente no podría sacar aquella imagen de mi cabeza por un largo tiempo. Es decir, el hecho de que la herida fuera tan grande y con unas pequeñas ramificaciones más saliendo de la cicatriz principal ¿Como era posible que no se desangrara en cuestión de minutos?

Sin prestar atención en mi camino, mi cuerpo chocó ligeramente con otro. Lleve mi vista desesperadamente en busca de la persona que había interceptado y ofrecí mis manos para levantarla en cuanto la identifique.

— Ji Soo ¡Lo siento!. — La chica aceptó mis manos, riendo y negando.

— ¿Tú atención se quedó en otro lado?. —

— Para nada —

— Yo creo que si. Venía justo enfrente de ti y ni siquiera me viste ¿Hay algo fue de lugar? ¿Estas teniendo síntomas?. — Una sonrisa un tanto burlona se plasmó en su rostro.

— ¿Síntomas? No, estoy completamente bien. Nada malo está sucediendo conmigo, mi nariz no ha sangrado ni nada por el estilo. —

— Me refería a otro tipo de síntomas. — ¿Era muy estúpida o esa chica no me expresaba bien lo que intentaba indagar?. — Hyun Su — Dijo con obviedad.

— Hay un Apocalipsis allá afuera, y centenares de monstruos que pueden asesinarnos en cualquier momento ¿Crees que enamorarse no sería algo ridículo?. —

— Analiza todo lo que dijiste y contéstame. Cómo sea, iba al baño para hacer el ensayo de defensa que está programado ¿Qué puesto tienes?. —

— Ni siquiera tenía idea de que había un ensayo. — Un poco de molestia se arremolinó en mi pecho.

La chica asintió con un tanto de confusión y tras compartir una despedida conmigo, se alejó hasta perderse por el pasillo.

Ahora, si al salir del cubículo de Hyun Su tenía múltiples dudas ahora tenía mucho más. ¿Por qué no me estaban tomando en cuenta? Entendía perfectamente que mi vida no debía de depender de las cabezas de este lugar, pero si no me encontraba en una armonía sistemática con la toma de decisiones pronto terminaría siendo una carga.

Toqué levemente la puerta de la sala de seguridad en donde Eun Hyuk permanecía vigilando todo a su alrededor y tras recibir su respuesta ingresé a esta.

— ¿Hyun Su terminó su comida?. — Expresó el joven.

— Lo hizo. Pero no vine por eso, Hyuk no tenía idea de que hoy harían un ensayo de seguridad, puedo ayudarlos con ello. — Su inexpresivo rostro se desvió al mío.

— No te di aviso de ello porque no te necesito ahí. — Había quedado muda ante esas palabras tan duras. — Porque tienes el trabajo que nadie quiere tomar. —

— ¿Qué? —

— Eres la única que se acerca a Hyun Su y no le teme. Tu trabajo es asegurarte de que esté en buenas condiciones para poder comenzar a subir. —

— ¿Subir? ¿De nuevo? No, Eun hyuk no lo hagas. No puedes mandarlo. —

— No puede morir, además alguien tiene que hacerlo para cubrir nuestras necesidades. Todos colaboramos en este lugar y a Hyun Su le tocó hacerlo de esa manera. —

— Se que alguien debe de hacerlo, soy consiente de que hay comida y muchas cosas servibles allá arriba, pero ... — Tocó el puente de su nariz y cerró los ojos. —

— ¿Aceptarás seguir con Hyun Su? O prefieres que pase el resto del tiempo solo. Si tu respuesta es afirmativa será mejor que te apresures a entregarle esto. — Extendió un pedazo de papel que parecía ser más bien una lista.

Tome el pedazo de papel y lo lleve lentamente a mi bolsillo. Acaba de tomar una decisión y no me retractaría de ello, el simulacro que habían montado comenzó y solamente pude ser espectadora desde lejos pues como Eun había dejado en claro, no me necesitaban ahí.

En cuanto tuve a Hyun Su nuevamente de frente, la culpa y el miedo me gritaban en el interior que no me atreviera a ser tan egoísta y colaborar con mandar al chico a exponerse por completo allá arriba, pero al mismo tiempo mi sentido de supervivencia me drogaba la conciencia al saber que literalmente Hyun Su no moriría en su trabajo y sería capaz de ir y venir intacto. Por lo que por fin tome valor e incline la lista hacia él.

— Lo siento — Curveó levemente sus comisuras y tomó la lista.

— No, está bien. No tardaré mucho — Colgó su mochila al hombro y se aferró del arma que le había fabricado Du Sik.

Dio media vuelta y se perdió detrás de las puertas metálicas.

Sweet HomeKde žijí příběhy. Začni objevovat