SECRETOS Y MENTIRAS

CAPITULO 26 DUELO

Antes de ir a casa, decidió comprar algunas cosas para su nueva casa, quería renovar su cocina, así que fue a comprar elementos para esta, vio una hermosa taza con una impresión de un león, la tomó en sus manos y decidió comprarla, pensó en Aioria, aunque no sabría si se la daría.

Cuando iba camino a su auto, recibió una llamada de Shaina.

- Hola Shaina, como estas?

- Bien y tú?..........hace días no sé de ti, como van tus cosas?

- Muy bien, estoy comprando algunas cosas para mi nueva casa, si quieres nos vemos este fin de semana.

- Si, quiero conocer tu nuevo apartamento.

- Muy bien, entonces mañana nos ponemos de acuerdo y podemos decirle a June.

- Si claro, yo me encargo de eso.

- Gracias por llamar, cuídate........saludos a Milo.

- Bien de tu parte, adiós

Marin suspiró, era cierto que había abandonado a sus amigas, poco se comunicaba con ellas, pero este fin de semana sería solo para chicas.

Llegó a su casa, entró ya eran pocas cosas suyas que debía llevarse, los recuerdos llegaron de golpe y una sensación de tristeza la invadió, quedarse con los buenos momentos era lo mejor que podía hacer.

Sus últimos años allí, no fueron los mejores, pero daría media vuelta y empezaría una nueva historia.

Poco tiempo después, apareció Káiser, ella le indicó las cajas que debería ayudarle a cargar, él las acomodó en el auto de ella y algunas otras en el propio, Marin al terminar, apagó todas las luces, cerro la puerta y cuando iba camino a su auto, se giro a contemplar lo que por muchos años fue su hogar.

- Estas bien?

- La verdad, no lo sé.

Muchos sueños y planes se hicieron allí, pero ninguno tuvo buen fin, Kanon, fue alguien importante para su vida y en el proceso de recoger y guardar, muchos de esos sentimientos afloraron, como si algo dentro de ella doliera.

- Marin?

Insistió Káiser, quien se preocupó de ver a su amiga tan ausente. La tomo de los hombros y la miro de frente, lloraba, Marin lloraba, tenia sus manos puestas en el pecho, como si le faltara el aire. El no sabia que hacer ni como tratar de consolarla.

- Que puedo hacer por ti?..........por favor, Marin, dime.

Ella lo miró y le sonrió.

- Ni yo misma - decía entre sollozos - sé que quiero ahora.

- Deberíamos irnos........vamos en mi auto y luego que te calmes regresamos por el tuyo, esta bien?

Marin solo asintió. Ambos subieron al auto, el camino fue silencioso, Káiser no quería molestar a la mujer con preguntas, mientras la mente en ella era un caos.

No podía entender por que se sintió así, por que esos sentimientos le golpearon de repente, pensaba que sus sentimientos hacia Kanon eran claros y que tal si ella fue quien quiso mentirse todo este tiempo?

Al llegar al edificio, Marin se adelanto y Káiser fue llevando las cajas, primero las dispuso en el corredor y al traer la ultima empezó a dejarlas en el lugar que le indico la dueña del lugar.

Cuando todo estuvo dispuesto, Marin le ofreció un te a Kaiser quien se sentó con ella en el sillón de la sala.

- Podemos ir por mi auto después?