CAPITULO 21 DECEPCIÓN

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La ultima semana había sido dura para Marin, durante todos esos días Aioria no contesto ningún mensaje ni devolvió alguna llamada, ella entendía pero no por eso dejaba de doler menos.

Era sábado, no sabia que hacer, ya no ayudaría mas a Saori ya que entraría a trabajar como asistente en la escuela, por eso se dedico a dejar todo en orden para que así su aun cuñada no tuviera problemas, ademas de que eso le sirvió para entretener un poco sus pensamientos, pero no alejarlos del todo de aquella persona que quería.

Sábado, un día que particularmente le dedicaba a alguna actividad con Aioria, eso le hacia mas difícil querer salir de la cama, con todo lo sucedido, Saga y Saori ya estaban enterados de la situación, la ultima mas molesta porque su esposo sabia y nunca le dijo, ella sospechaba que podría ser pero no con alguien tan cercano y vaya que si le cayo de sorpresa lo del niño.

Saori le insistió en fue fuera a su casa pero Marin prefería quedarse sola, no necesitaba la compasión de nadie, el sentirse miserable ella misma era suficiente aun no entendía como pudo hacerle eso a Aioria, como?..... pudo haberle dicho a Kanon que lo ayudaría sin necesidad de seguir unidos, que tonta porque se le ocurrían esas cosas cuando ya no servían.

Un ruido de su estomago, le hizo pensar seriamente en levantarse, tomo el celular para ver que hora era, las nueve y media, sonrió al ver la foto que tenia de fondo, una foto en su ultima salida con Aioria, fue suficiente para que ella abrazara el aparato y llorara, tratando de consolarse, hasta quedarse dormida de nuevo.

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Al mismo tiempo Aioria estaba en su departamento, echado en su cama mirando hacia el techo, no se le apetecía en realidad hacer nada, tomo su celular y también tenia en el fondo una foto junto con Marin del día que fueron al restaurante, cuanto recuerdos tenían juntos en tan poco tiempo, valieron la pena?... se preguntó.

Cada vez que podía revisaba los mensajes que ella le escribió y escuchaba los audios, era tonto pero era una manera de sentirla, se reía de si mismo al verse como un adolescente enamorado, pero era cierto, estaba enamorado, amaba a esa mujer mas de lo que jamas pensó en amar a alguien.

Dejo el teléfono a un lado, tenia que hacer algo o se volvería loco, se restregó el rostro con las manos, tratando de despejar su mente, se giro sobre si mismo arropándose al mismo tiempo con la cobija dormiría un rato mas, cuando ya estaba acomodándose alguien le halo la sabana dejándolo descubierto.

- Aioria, por todos los dioses hombre, cúbrete las vergüenzas.

- Oye, quien te manda a entrar sin permiso en la casa de alguien sin avisar, por muy buen amigo que seas, Milo.

- Mu, no entres que este hombre esta desnudo, te evitaré un mal rato y tu cámbiate te esperamos afuera.

- Idiota.

Al cabo de unos minutos estaban los tres amigos sentados en la mesa de la cocina, Mu preparaba algo para comer, se notaba que su amigo no había probado bocado

- Tendré que cambiar la contraseña, no quiero que vuelvas a entrar sin permiso.

- Seras idiota, estuvimos llamando mucho tiempo, pensamos que estabas muerto o algo así.

- No seas exagerado, Milo - intervino Mu - pero es cierto que nos preocupamos, sabemos lo que paso, aunque yo me puse al tanto hace poco, no pensé que las cosas fueran tan raras.

- Raras, Mu? - cuestionó Aioria - es una locura, yo no entiendo.

- Has hablado con Marin?

-Solo el día que vino aquí justamente a decirme que tenia pensado quedarse con Kanon un tiempo.

SECRETOS Y MENTIRASUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum