Capitulo 24: Gracias al inventor del beso

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Me despierto por algunos rayos de sol que se cuelan por la ventana. Bostezo y palpo a mi alrededor en busca del cuerpo de Jacob. No lo encuentro. El lado de cama esta vacío.
Abro los ojos y cojo el móvil. No tenia ningún mensaje suyo ni nada importante. Bajo en su busca. Y me lo encuentro cocinando. Sonrio apoyada en la pared mirando su espalda al desnudo. Con el, todo lo malo se esfumaba. Con el, todo era tan diferente. Tan irreal.

Me acerco a el y le abrazo por la cintura. Apoyo mi cara en su espalda. Siento como se rie. Me da un trozo de fresa, abro la boca y me la como. Se gira y me coge de la cintura. Mientras mastico, subo mis brazos a sus hombros, mis manos se entrelazan detrás de su cuello. Me besa la frente. Me besa la nariz, arrugo la nariz. Rie.

Siento sus labios en los míos, cierro los ojos. Tengo que darle gracias al inventor del beso, es una forma sensitiva de expresar lo que sientes por esa persona. Te eriza la piel, te provoca escalofríos y te paraliza el corazón.
No quiero separarme de sus labios nunca mas, quiero seguir con el. Quiero seguir sintiendolo. Nos juntamos formando uno. Nadie sabia lo que se sentía en un beso hasta que lo probaron. Nadie sabía que se sentía tanto con tan poco.
Sus labios gruesos y suaves, sobre los míos. Su lengua haciendose paso en mi boca para explotar en un lento pero significativo baile con la mía. Nos separamos y juntamos nuestras frentes. Respiramos con pesadez. Abro los ojos y le miro fijamente a los suyos. Me provocan un escalofrío, sonrio. Me sonríe.

- Me vuelves loco, princesa. Quiero hacerte mía. - susurra en mi oído. Le sonrio. Cojo una fresa y me la como. Le agarro de la mano y lentamente le atraigo a mi habitación. El me mira sorprendido.
Entramos y cierro la puerta. Le necesito. Necesito sus manos sobre mi cuerpo, sus labios formando un húmedo camino sobre mi piel. Necesito que borre lo que antes alguien marcó sobre mi.

Le empujo a la cama y me subo sobre el. El niego y me gira. El esta sobre mi, dejando caer su peso en la cama sin hacerme daño.
- Segura, princesa? Una vez empiece no se si podré parar. - me mira. Asiento. Sonríe. Me besa el cuello, pequeños besos. Absorbe en una parte de este. Y sigue bajando, me quita suavemente la camiseta. Le ayudo sentandome un poco. E

El me tumba y empieza a besar en mis caderas. Las levanto. Ríe. Las baja y asciende los besos. Pasa la lengua por mi ombligo. Suspiro de placer.

Sube y besa la parte que sobresale de mi sujetador. Me lo quita. Con una mano coge un pecho y en el otro da pequeños besos y mordiscos. Gimo. Se me endurecen los pezones. Sube su cara hasta la mía.

- Voy a borrar las marcas que alguna vez alguien te dejó sin su consentimiento. - susurra y me besa. Baja los besos y llega a mi pantalón, me lo quita. Besa la parte interior de mis muslos. Estaba mojada, y mucho. Le paro. Me mira y señaló a el. Llevaba los pantalones aún, yo iba solamente en bragas. Se va a quitar los pantalones y niego. Me acerco y se los bajo yo lentamente dejando besos en su pecho. El gime. Una vez sin pantalones me gira y sigue con lo suyo. Pasa la mano por encina de mis bragas y me mojo aún mas. Rie. Su voz suena ronca. Sube la mano y la mete debajo de la lencería que cubría mi parte baja. Con su dedo roza mi clítoris. Gimo. Estaba mas que mojada, y eso le encantaba. Mete un dedo y gimo, me agarro a las sabanas y arqueo la espalda. Me besa el vientre mientras lo mueve en círculos. Luego dentro fuera. Gimo. Mete el segundo dedo. Casi grito. El rie. Saca la mano mojada y me quita las bragas lentamente. Le miro y no tenia calzoncillos. Su miembro era tan grande y estaba tan erecto. No tengo palabras para describirlo. Simplemente no sabia como eso cabria en mi.

- E-eso va a caber en mi? - pregunto. Una vez mas, las palabras salen sin pensar. Rie.
- Si, princesa. - me besa la frente. Se agacha y coje un plastiquito de su pantalón. Era brillante. Lo abre y va a sacar el contenido cuando niego. Lo saco yo y se lo pongo despacio, y lo que creo que seductoramente, en su erección. El suspira de placer.
- Estas lista, princesa? Quiero que sepas que te amo. Cualquier cosa dimelo y paro. - No caigo en el te amo, no en ese momento. Me da un beso en los labios y mientras me besa me penetra. Gimo en su boca. Algunas lágrimas saltan. El para de moverse aún con su pene dentro de mi. Me mira. Cierro los ojos fuerte, intentando reprimir las lágrimas.
- Sigo? - asiento con dificultad. Respiro hondo y abro los ojos. Le sonrio y asiento. Le beso. Su cadera empieza a empujar en la mía. Mis muslos se abdieren a el. A su cuerpo. Gimo como nunca. Se sentía tan bien. Es algo tan placentero y tan satisfactorio. Era un sentimiento tan extraño, tan perfecto. Empezamos a movernos al compás. Empezamos a disfrutarlo. Lo olvidamos todo. Solo eramos el y yo. Todo a nuestro había desaparecido dejando a un simple nosotros.

Y llegamos, llegamos al climax. Soltamos todo y suspiramos. Gemimos. Ha sido uno de los mejores momentos de mi vida, por no decir el mejor. He sentido que me amaba, he sentido que era importante para el. Como si todas nuestras emociones se hubiesen juntado en esto. Como si todo lo hubiesemos dicho sin palabras.

Me sentía agotada. Se quita el condón y lo tira a alguna parte de la habitación, cerca de la papelera. Me abraza y pongo mi cabeza en su pecho. Un "te amo" suena en mi cabeza.

Subo mi mirada para mirarle. Me mira.

- Me has dicho que me amas? - su mirada parece temer. Como si temeriera haberme dicho eso. Como si pensase que eso jofetia todo.

- Yo...- le interrumpo.

- Yo también te amo. - el parece respirar con tranquilidad y soltar todo el aire de golpe. Me pongo a dormir. Cierro los ojos protegida en sus brazos. Protegida por el. Sabiendo que nada ni nadie me hará nada si estoy a su lado. Junto a el.

- Pero no tanto como yo, princesa. - me duermo mientras esas palabras se repetían en mi mente. Una y otra vez.

* * *

Siento besos en mi cara. Abro los ojos y le miro. Sonrio.

- Como estas? - pregunta. Me intento incorporar pero paro.

- Genial, aunque me duele todo. - reimos. Me besa. Otra vez, gracias al inventor del beso.

- Te amo Madeline. - y se que lo dice enserio, o eso creo. En este momento creo eso y mas. Creo que nada ni nadie nos puede parar. Que me ama. Sus ojos me lo confirman, con una pequeña mota en la que se ve miedo. Miedo a que acabemos mal. Que todo se vaya a pique.

- Te amo Jacob- le beso.


Espero que os guste.
Siento si es un poco mierda el capítulo, me he tenido que dar prisa al escribirlo. Gracias por leer y votar, y comentar.
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Mi BoxeadorWhere stories live. Discover now